El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz ha organizado recientemente el “I Taller para personal de Enfermería” sobre tratamiento anticoagulante. Este tratamiento es muy beneficioso para las personas que padecen enfermedades cardiovasculares y el personal de enfermería ocupa un lugar fundamental en el éxito de estos cuidados.
El taller de formación tiene tres objetivos principales: proporcionar información sobre cómo actúa el sistema hemostático y las indicaciones de la terapia anticoagulante, conocer los grupos defármacos que lo integran y abordar los aspectos prácticos en esta materia que debe conocer el personal de Enfermería.
En la actualidad, las patologías cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo, con alrededor de 17,5 millones de fallecimientos al año. En España, 119.853 personas perdieron la vida en 2020 por estas enfermedades.
La doctora Rosa Vidal, especialista del Servicio de Hematología del Hospital Fundación Jiménez Díaz, explica que “la terapia antitrombótica, que incluye fármacos antiplaquetarios y anticoagulantes, supone un pilar fundamental en su manejo, contribuyendo de forma sustancial a disminuir la morbimortalidad por causa vascular”.
“Familia de fármacos que impiden que la sangre se coagule dentro de los vasos, provocando una ralentización de la coagulación sanguínea mediante la inhibición de diferentes factores de la coagulación, según el mecanismo de acción de cada fármaco”
La doctora Vidal señala que si un vaso sanguíneo se daña, “el proceso de la hemostasia se activa y permite la formación de un ‘tapón hemostático’ que detiene el sangrado. Posteriormente, el daño vascular se repara y se elimina el coágulo para que no queden ‘huellas’ de lo ocurrido en la pared vascular, está en alerta continua para que los múltiples elementos que intervienen se mantengan en un delicado equilibrio y así evitar los sangrados excesivos y que se formen coágulos o trombos que persistan en el árbol vascular de forma patológica”.
La arritmia cardíaca más frecuente según los datos es la fibrilación auricular, la especialista resalta que “su prevalencia estimada en adultos es de un 2%-4%, y se prevé que aumente entre dos y tres veces en los próximos años, debido a la mayor longevidad de la población”. “Esta arritmia favorece la formación de coágulos dentro del corazón que pueden desprenderse, pudiendo ocluir las arterias cerebrales originando un ictus isquémico”. Una buena parte de los pacientes con fibrilación auricular requieren tratamiento anticoagulante para minimizar el riesgo de sufrir un ictus o embolia sistémica”.
Esta especialista define los anticoagulantes como “una familia de fármacos que impiden que la sangre se coagule dentro de los vasos, provocando una ralentización de la coagulación sanguínea mediante la inhibición de diferentes factores de la coagulación, según el mecanismo de acción de cada fármaco”, beneficiando así a los pacientes con fibrilación auricular, con una enfermedad tromboembólica venosa o a portadores de prótesis valvulares mecánicas cardiacas.
"Siempre hay que seguir trabajando en concienciación, tanto del personal médico y de Enfermería, como de nuestros gestores sanitarios"
Actualmente en el tratamiento anticoagulante oral, los especialistas señalan que está en aumento el uso de los de acción directa, los cuales “no precisan un control regular del efecto anticoagulante, ya que tienen un efecto de dosis predecible que hace que se puedan administrar en dosis fijas”. Aunque la doctora Vidal advierte de la necesidad de realizar el seguimiento que proporcionan desde la Enfermería, además de que el propio Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz cuenta con una Consulta de Enfermería específica para el seguimiento de pacientes anticoagulados. “Un apropiado seguimiento de estos pacientes es crucial para garantizar su seguridad y minimizar posibles complicaciones derivadas de la terapia anticoagulante”, subraya.
En este sentido, la doctora Pilar Llamas, jefa del Servicio de Hematología del hospital madrileño, comparte las líneas estratégicas que lleva a cabo el centro para tener un servicio de calidad y atender de la mejor forma a sus pacientes. “El futuro debe estar centrado en dos ejes: la prevención de los eventos cardiovasculares y la individualización del tratamiento anticoagulante”, aunque recuerda que “siempre hay que seguir trabajando en concienciación, tanto del personal médico y de Enfermería, como de nuestros gestores sanitarios. Esto nos hará mejorar los resultados en salud”.
Para concluir, la doctora Llamas resalta la comunicación como un factor clave, “que exista una mayorinteracción entre los especialistas hospitalarios y los de Atención Primaria, enfocada a realizar un tratamiento integral del paciente anticoagulado”.