Las reivindicaciones sanitarias han venido protagonizando la actualidad en Europa, con diferentes huelgas sucediéndose en los últimos tiempos en España, Francia, Italia, Alemania o Reino Unido. La resaca de los periodos más duros de la pandemia, que aún viene estando presente en la actualidad, ha llevado a que muchos profesionales sanitarios decidan alzar la voz. Así, este descontento no es sólo cosa del ‘viejo continente’; las enfermeras sindicadas de Nueva York (EE.UU), trabajadoras del sector privado, han anunciado que iniciarán el próximo 9 de enero un periodo de diez días de huelga con el fin de reclamar mejoras en sus condiciones de trabajo.
De este modo, unas 10.000 enfermeras sindicadas neoyorquinas han dado su voto a favor de la huelga. Esto significa que un 99% de estas enfermeras han apoyado secundar este paro y, por consiguiente, este ha sido notificado con los diez días de antelación exigidos. Por su parte, las enfermeras del sector público no han podido pronunciarse ante la imposibilidad legal que les prohíbe ejercer cualquier huelga. "Hemos entregado el aviso de huelga en un plazo de 10 días a la dirección. Nuestra huelga comienza el 9 de enero a las 6.00 horas de la mañana a no ser que la patronal presente propuestas serias y razonables para lograr un acuerdo", explicaron desde los sindicatos el pasado 30 de diciembre, según publica la prensa local.
"Las enfermeras han estado en el infierno. Hemos arriesgado nuestras vidas para salvar a pacientes durante la pandemia de Covid-19, a veces sin el material de protección que necesitábamos para estar a salvo y, demasiado a menudo, sin el personal suficiente"
Entre las principales reclamaciones del sector de enfermeras se encuentra la necesidad de estipular unos ratios concretos de atención profesional-paciente. Así, la presidenta de la Asociación de Enfermeras de Nueva York, Nancy Hagans, ha remarcado la falta de personal y de medios que vienen padeciendo en su actividad diaria desde hace mucho tiempo. "Las enfermeras han estado en el infierno. Hemos arriesgado nuestras vidas para salvar a pacientes durante la pandemia de Covid-19, a veces sin el material de protección que necesitábamos para estar a salvo y, demasiado a menudo, sin el personal suficiente para una atención segura al paciente", ha destacado.
REINO UNIDO
Las protestas sanitarias han llegado con fuerza al mundo anglosajón; ya el pasado 25 de noviembre el sindicato mayoritario de enfermería del Reino Unido (RCN) anunció la convocatoria de huelgas para los días 15 y 20 de diciembre. El sindicato focalizó su decisión en el fracaso de las conversaciones con el Gobierno británico en el reclamo de un aumento salarial del 5% por encima de la tasa de inflación. Así que los trabajadores de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte anunciaron un paro de dos días durante 12 horas. Con este paro este colectivo logró el hito de convertirse en las responsables de la primera huelga sanitaria en la historia del Reino Unido.
Sin embargo, la historia tiende a repetirse, y el pasado 21 de diciembre el personal de ambulancias de Inglaterra y Gales se alineó con estas quejas por los salarios y la presión sobre el sistema de salud público británico. No en vano, en Inglaterra, ocho de los diez principales servicios de ambulancias ya habían declarado accidentes críticos, debido a la presión a la que están sometidos, y el tiempo de respuesta es ya el doble que hace dos años.