El Consejo General de Enfermería, con motivo de la Semana Mundial de la Continencia, ha celebrado un seminario web bajo el título “Incontinencia fecal y urinaria: una perspectiva desde enfermería”. La sesión, que ha servido para visibilizar las poblemáticas que esta condición acarrea y la importancia de la detección precoz, ha sido organizada a través del Instituto Superior de Formación Sanitaria ISFOS. Además, ha contado con la colaboración de la Asociación para la Incontinencia (ASIA).
La incontinencia, tanto urinaria como fecal, es un problema que afecta a cada vez más personas, debido en gran medida al envejecimiento de la población. Sin embargo, esta patología puede aparecer a cualquier edad y en ambos sexos. Además, su prevalencia se estima en un 20% en grupos de riesgo, como ancianos o mujeres que acaban de dar a luz. Además, la incontinencia puede ser también un problema asociado a trastornos neurológicos, esclerosis múltiples e intervenciones quirúrgicas en la zona anal, entre otras.
“No estamos ante un problema que afecte solo a la gente mayor. La mayoría de las mujeres, tras el parto, sufre incontinencia, aunque es cierto que en muchos casos la sintomatología mejora o la mujer acaba compensando esa debilidad, manteniendo una función defecatoria razonablemente buena", comenta Javier García Septiem, jefe de Sección de Coloproctología del Hospital Universitario La Princesa de Madrid.
Maite Carreras: “La enfermera debe preguntar por la incontinencia al igual que lo hace por su alimentación y debe hacerlo en todas las etapas de la vida"
A pesar de esto, se trata de una patología infradiagnosticada, debido a que los pacientes no acuden a la consulta por vergüenza. “La incontinencia es un problema infradiagnosticado porque a los pacientes les sigue dando pudor hablar de ello y no se atreven a consultar", explica José Luis Cobos, vicepresidente III del Consejo General de Enfermería y moderador del encuentro.
En este sentido, la enfermería de Atención Primaria juega un papel fundamental, tanto en la detección como en el seguimiento de los pacientes. "También es clave en el ámbito hospitalario, en el seguimiento y manejo de los pacientes que presentan incontinencia por distintos motivos", añade el vicepresidente III del Consejo.
Los pacientes, según explican los expertos, suelen ocultar que existe un problema y evitan hablar de ello. Para lograr que el paciente se abra y comente su situación, es recomendable que no se haga un abordaje directo, sino que se puede comenzar preguntando por cuestiones como cambios en las actividades diarias.
“La enfermera debe preguntar por la incontinencia al igual que lo hace por su alimentación y debe hacerlo en todas las etapas de la vida porque este es un problema que afecta también a los niños", aclara Maite Carreras Alberti, tesorera de ASIA, que añade que "si se preguntara de forma proactiva sorprendería la cantidad de gente que mancha su ropa habitualmente y no consulta con un profesional. Hay que ser proactivos porque esta situación no debe normalizarse y esto es lo que suele pasar, que se normaliza y se vive con el problema”.
Maite Carreras: "Hay que ser proactivos porque esta situación no debe normalizarse y esto es lo que suele pasar, que se normaliza y se vive con el problema”
Además, los expertos quieren destacar que no es una condición que no tenga solución, sino que se puede controlar y mejorar la calidad de vida del paciente. Por parte de las enfermeras, su competencia de prescripción de medicamentos y productos sanitarios permite a estos profesionales prescribir tratamientos muy útiles en estos casos como son compresas, pañales, tapones o sondas.
Esto es fundamental, pues la incontinencia genera un gran número de heridas en pacientes mayores que no utilizan el pañal adecuado y sufren escapes. El manejo de estas heridas genera un gasto elevado que podría evitarse si se controla la incontinencia o el paciente recibe el absorbente que más se adapte a sus necesidades.
Finalmente, otro tema que se ha tratado ha sido el del acceso a los tratamientos en el manejo de la incontinencia. En este aspecto, algunas comunidades autónomas cubren total o parcialmente el gasto, pero muchas otras no lo hacen, generando grandes desigualdades. Esto obliga a que muchos pacientes se vean obligados a renunciar al tratamiento al no poder asumir los costes.
El Consejo General de Enfermería llevó el tema, hace unos meses, al Congreso de los Diputados, donde organizó una jornada en la que los pacientes con incontinencia pudieron plantear sus reivindicaciones a las distintas formaciones políticas para que fueran sensibles a este problema y se adoptaran las medidas oportunas.