Enfermeras geriátricas: "Nuestro liderazgo en los cuidados debe llegar a los puestos de dirección"

La vocal de Enfermería Geriátrica del CGE, Pilar Lecuona, reclama para su colectivo un papel preponderante en la gestión de las residencias de ancianos

La vocal de Enfermería Geriátrica del CGE, Pilar Lecuona, atiende a ConSalud.es. (CGE)
La vocal de Enfermería Geriátrica del CGE, Pilar Lecuona, atiende a ConSalud.es. (CGE)

Las enfermeras geriátricas son un colectivo de gran importancia para el cuidado y la asistencia especializada a las personas mayores. Un grupo poblacional que no para de aumentar en nuestro país por el creciente envejecimiento y las bajas tasas de natalidad. Esta certeza ha llevado al Gobierno de Castilla y León a aprobar recientemente una Ley de Residencias que prevé que estas instalaciones sean consideradas como el domicilio de los residentes, lo que implicaría que la asistencia de los mismos dependerá de la Atención Primaria.

Esta normativa trata también de empoderar a los trabajadores sanitarios que ejercen en estos centros, mayoritariamente enfermeras geriátricas. Por todo ello, la iniciativa ha sido vista con muy buenos ojos desde el Consejo General de Enfermería (CGE), quien espera que pueda servir de base para que las enfermeras especializadas en geriatría sean el “principal perfil” a la hora de dirigir las residencias y también para “definir las ratios” de estos profesionales en los mismos, en Castilla y León y en el resto del país.

“No solamente comprende la complejidad que rodea la asistencia a las personas mayores”, sino que también “están dotadas de una formación que les habilita para tomar las riendas de la gestión”

Una esperanza que traslada a ConSalud.es la vocal de Enfermería Geriátrica del CGE, Pilar Lecuona, quien asegura que el perfil de estas profesionales implica una visión holística, que “no solamente comprende la complejidad que rodea la asistencia a las personas mayores”, con gran dependencia, vulnerabilidad o deterioro físico y mental, sino que también “están dotadas de una formación que les habilita para tomar las riendas de la gestión” en estos espacios, “ahora controlados eminentemente por los servicios sociales”.

La representante colegial, tras 35 años de experiencia en el ámbito de la geriatría, reconoce que la posibilidad de que las enfermeras especialistas puedan tomar un papel primordial en la dirección de los espacios residenciales es una reivindicación que su colectivo lleva mucho tiempo solicitando. “He trabajado toda la vida como enfermera de residencia y también como adjunta de dirección. Las enfermeras parece que sólo estamos en la asistencia, pero, al igual que yo, también hay compañeras que están en la gestión”, explica.

“Ahora más que nunca, después de lo que vivimos en pandemia y las carencias que se observaron, es el momento de reivindicar el liderazgo de las enfermeras geriátricas”

Sin embargo, actualmente tener la oportunidad de ejercer este doble papel profesional no es lo más habitual para ellas. “No nos dejan dar esos pasos para poder alcanzar plenamente los espacios de gestión. El motivo exacto no lo sé”, lamenta la sanitaria guipuzcoana, quien considera que el “papel de liderazgo” que las enfermeras geriátricas ostentan en los cuidados y las intervenciones que se desarrollan en las residencias de ancianos no se traduce posteriormente en adquirir mayores cotas de dirección en dichos centros.

La llegada de la pandemia de Covid-19 supuso una importante prueba de fuego para las residencias de mayores de todo el país. Muchas de ellas se vieron desbordadas ante esta inesperada crisis sanitaria que se cebó especialmente con nuestros ciudadanos más veteranos. Asimismo, este episodio puso de relieve la importancia de contar con responsables capaces de guiarse por criterios científicos especializados. “Ahora más que nunca, después de lo que vivimos en pandemia y las carencias que se observaron, es el momento de reivindicar el liderazgo de las enfermeras geriátricas”, asevera.  

CADA VEZ MÁS CANAS

España es uno de los países del mundo con mayor esperanza de vida y el creciente envejecimiento de la población nos acompañará en el futuro, así como el consiguiente replanteamiento en la atención que requerirán. Los datos del Instituto Nacional de Estadística proyectan que la esperanza de vida al nacimiento alcanzará los 83,2 años en los hombres y los 87,7 en las mujeres para el año 2035. “No a todos los mayores los vamos a poder ingresar en una residencia de ancianos. De hecho, deberán ser un recurso especializado para las personas que, por su perfil, no puedan estar en un domicilio”, advierte Lecuona.

“Tendrá que caer por su propio peso que haya enfermeras geriátricas liderando las actuaciones a desarrollar, no sólo en las residencias de ancianos, sino también en el ámbito de la Atención Primaria"

En este contexto que se avecina, para la vocal del CGE, cobrará especial importancia el hecho de que las enfermeras especializadas en geriatría tomen un papel preponderante. “Tendrá que caer por su propio peso que haya enfermeras geriátricas liderando las actuaciones a desarrollar, no sólo en las residencias de ancianos, sino también en el ámbito de la Atención Primaria. Son la pieza que actúa de nexo entre el auxiliar, el paciente y el médico”, augura.

Por tanto, desde el Consejo General de Enfermería no cejan en su empeño de trasladar a los responsables sanitarios que “tengan más en cuenta a las especialistas geriátricas” con el fin de “dignificar” la atención que le estamos dando a nuestros mayores. “Deben confiar en la enfermería, dotarla de recursos y reconocimiento”, concluye Pilar Lecuona.

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