El último informe de Vigilancia Epidemiológica del VIH y Sida en España indica que casi la mitad de los nuevos diagnósticos de VIH llegan tarde. Por ello, contar con profesionales expertos en VIH en todos los ámbitos asistenciales, así como acabar con el estigma y realizar prevención activa en las consultas, es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sistema sanitario en la actualidad.
Así se ha puesto de manifiesto al webinar “El VIH a debate: del diagnóstico a la cronicidad”, organizado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería con la colaboración de Gilead, en el que enfermeras expertas en VIH y representantes de los pacientes han destacado la importancia de seguir luchando para avanzar en la concienciación sobre el VIH entre la población.
“Las enfermeras y enfermeros tenemos una función esencial en la atención personalizada de estas personas y también de sus familiares, así como del resto de la población. El VIH no afecta solo a determinadas personas, sino que cualquiera podría tenerlo. La evidencia científica nos ha enseñado que la infección por VIH provoca en muchas ocasiones un envejecimiento prematuro en los afectados. Paliar los posibles síntomas, tener una buena adherencia al tratamiento y resolver todas las dudas desde el diagnóstico es fundamental para mejorar su día a día”, afirma Pilar Fernández, directora de ISFOS.
“Cuando hablamos de un paciente con VIH hablamos de un paciente crónico, al que vamos conociendo muchísimo y es esencial la empatía, la comunicación y la confianza con ellos"
La necesidad de detectar los casos a tiempo para frenar la transmisión y comenzar el tratamiento de manera temprana es clave para conseguir hacer realidad la premisa de que el VIH indetectable es igual a intransmisible. Y esto es algo que la sociedad debe conocer, pero también los propios profesionales sanitarios. En este panorama, el acompañamiento de enfermeras expertas desde el diagnóstico evita problemas de salud mental en el futuro y ayuda a prevenir otro tipo de comorbilidades que pueden surgir a lo largo de los años.
“Cuando hablamos de un paciente con VIH hablamos de un paciente crónico, al que vamos conociendo muchísimo y es esencial la empatía, la comunicación y la confianza con ellos. Muchas veces vienen a la consulta y lo que menos problemas les da es el propio VIH. Tenemos que hacer una consulta abierta con el paciente, la familia y con todo el equipo porque es impensable hacerlo si no es con un equipo multidisciplinar y, sobre todo, con la continuidad de los cuidados. Lo que es importantísimo es contar con la figura de la enfermera experta en las unidades específicas de atención del VIH”, explica Rosa María Badia, enfermera gestora de casos de la Unidad VIH SIDA, del Hospital Vall d'Hebron, en Barcelona.
VALORACIÓN
Así, Silvia Rodríguez, enfermera gestora de casos en enfermedades de transmisión sexual del Hospital Universitario Álvaro Cunqueiro, en Vigo, indica que las enfermeras deben valorar al paciente en la esfera biológica, psicológica y social y teniendo en cuenta también su entorno, conociendo si están solos, si pertenece a un colectivo más vulnerable. "Realizamos un cuidado integral para luego dar educación para la salud y explicar a él o a sus familiares también aspectos tan importantes como las vías de transmisión, intentando romper todos aquellos mitos que continúan a día de hoy. Las primeras personas a las que ven tras el diagnóstico somos nosotras y depende mucho de cómo se sientan los pacientes de acogidos y entendidos para que quieran volver y garanticemos la adherencia a las consultas y al tratamiento”, aclara.
Más allá de los profesionales expertos, el Consejo General de Enfermería, puntualiza tener unos conocimientos sobre VIH básicos en todas las unidades ayudará a evitar el estigma y a mejorar la calidad de la atención durante las consultas.
“Estamos en un momento en el que los pacientes con VIH se enfrentan a ser atendidos por un sistema que no está preparado todavía para dar respuesta a la cronicidad"
“Estamos en un momento en el que los pacientes con VIH se enfrentan a ser atendidos por un sistema que no está preparado todavía para dar respuesta a la cronicidad porque se ocupa más de la enfermedad y no tanto del paciente. Si queremos avanzar hacia un modelo de atención integral y centrado en la persona será necesario cambiar el modelo actual. Sin duda, la formación en todos los niveles asistenciales es primordial para evitar el estigma de las personas con VIH también en los centros sanitarios. Creo que es imprescindible que se añada esta formación en los estudios propios de Enfermería y Medicina. Desde la facultad el alumno debe empezar a familiarizarse con esto”, apunta Juan Sebastián Hernández, coordinador del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (GTT).
En esta misma línea se muestra Rosa María Badia, que puntualiza que en VIH “nos hemos quedado anclados muchos años atrás. Además, arrastramos un reto desde hace más de cuatro décadas y es el estigma porque es una gran barrera para el diagnóstico, la prevención y la curación. El VIH es una de las enfermedades que más ha evolucionado a nivel médico, pero menos a nivel social”, concluye.