La enfermedad renal crónica afecta a uno de cada siete adultos en España, es decir entre el 10 y el 15% de la población. Se trata de una patología que va en incremento debido al envejecimiento de la población y en la que existe una importante brecha de género. Como expuso una jornada organizada por la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), a través de su Grupo de Género y Salud Renal, existen distintas desigualdades que afectan a las mujeres con enfermedad renal en cuanto a acceso a los tratamientos, evolución de la enfermedad y el impacto en la calidad de vida.
Como explica a ConSalud.es la Dra. Ana García Prieto, nefróloga del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, las patologías renales son más frecuente en mujeres, principalmente tras la menopausia, etapa de la vida en la que la disminución de los niveles de estrógenos afecta negativamente a la salud renal, con el incremento, además, del riesgo de hipertensión, osteoporosis y enfermedades cardíacas, patologías que impactan en la función de los riñones, tal y como recoge un estudio de la Sociedad Internacional de Menopausia. Sin embargo, “es llamativo que el porcentaje de mujeres en tratamiento renal sustitutivo, es decir en diálisis o trasplantadas, es menor que el de hombres. Además, las mujeres tienen menos posibilidades de ser trasplantadas, mientras que suelen ser las principales donantes de órganos en vida”, indica la experta.
El lupus, más frecuente en ellas, presenta hasta en el 60% de los pacientes adultos una clínica renal con complicaciones asociadas como la nefritis lúpica
Según recoge la S.E.N. hace tiempo que se reconocen las diferencias de sexo y género “en la presentación, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades renales”. Las mujeres presentan factores de riesgo como la hipertensión inducida por el embarazo y la preeclampsia. Durante el embarazo, las pacientes con ERC tienen diez veces mayor riesgo de preeclampsia y cinco veces mayor riesgo de parto prematuro. Asimismo, el lupus, más frecuente en ellas, presenta hasta en el 60% de los pacientes adultos una clínica renal con complicaciones asociadas como la nefritis lúpica, sin tratamiento preventivo para disminuir la afectación renal, pero con opciones de diagnóstico precoz en los casos en los que se detecte “alguna anomalía de la función renal de cara a intensificar el tratamiento inmunosupresor para prevenir la progresión de la afectación renal”, explica la Dra. García Prieto.
No obstante, pese a esta situación, sigue existiendo una disparidad significativa en el acceso a la atención y los resultados de patologías como la enfermedad renal crónica. De hecho, solo el 40% de los pacientes en diálisis son mujeres, ellas tienen un 30% menos de probabilidades de ser incluidas en lista de espera para trasplante renal en comparación con los hombres, a pesar de que representan la mayoría de los donantes de riñón en vida, en torno al 60-65%, son menos propensas a recibir un trasplante de donante vivo, y, en diálisis, inician el tratamiento con peor estado de salud y una mayor carga de comorbilidades, lo que influye en su evolución y calidad de vida, como recoge un estudio de la revista de Nefrología.
Solo el 40% de los pacientes en diálisis son mujeres, ellas tienen un 30% menos de probabilidades de ser incluidas en lista de espera para trasplante renal
Las causas de estas desigualdades no se terminan de conocer, en parte es debido al retraso con las que ellas acuden a la atención sanitaria por priorizar las responsabilidades familiares a la propia salud; por otra parte, también puede deberse a una menor progresión de la enfermedad renal en mujeres debido a “factores hormonales que retrasan la llegada a fases terminales de la enfermedad renal”. Como señala la Dra. Ana García Prieto “se deben realizar estudios poblacionales a este respecto para poder buscar la forma de garantizar el acceso equitativo a tratamientos renales sustitutivos en ambos sexos”. Y desde la S.E.N. señalan que, como nefrólogos, “debemos ser conscientes de esto y asegurarnos, en la medida de lo posible, de que la atención que brindamos sea equitativa y apropiada”.
UN ABORDAJE CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
En los últimos años, el incremento de los casos de enfermedad renal crónica, que se espera que en 2040 se convierta en la quinta causa de muerte, ha ido acompañado de una mejora en el abordaje. La aparición de nuevos tratamientos que enlentecen su progresión ha incrementado “el interés por el diagnóstico precoz de esta patología”. Además, “se han desarrollado nuevos ensayos clínicos que incluyen pacientes con enfermedad renal que hasta ahora eran excluidos de los estudios, para evaluar el efecto de estos nuevos tratamientos sobre la progresión de la insuficiencia renal”, indica la experta.
Sin embargo, actualmente todavía existe un déficit de representación de la mujer en investigaciones, solo suponen un 30% de la poblaciones incluidas en los estudios. “Es por ello que se debe concienciar sobre estas diferencias y aplicar una perspectiva de género en todos los estudios de investigación de ahora en adelante para intentar una representación equitativa de ambos sexos”, explica la Dra. Ana García Prieto. Y concluye: “De este modo se podrá ahondar en las diferencias en la prevalencia y la evolución de la enfermedad renal crónica entre hombres y mujeres y asegurar un acceso equitativo a los tratamientos a lo largo de todas las etapas de la enfermedad”.