El Consejo General de Enfermería y la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), con la colaboración de la biofarmacéutica GSK, han hecho públicos este martes los datos de un estudio llevado a cabo con el fin de conocer la percepción del los profesionales de enfermeríasobre la vacunación de adultos en España. En el acto, celebrado en Sede histórica del Consejo General de Enfermería, han estado presentes Diego Ayuso, Secretario General del Consejo General de Enfermería (CGE), Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería; así como José Antonio Forcada, presidente de ANENVAC, e Inmaculada Cuesta, secretaria de esta misma asociación.
La encuesta se ha llevado a cabo sobre una muestra de alrededor de 3.000 enfermeras de todo el país. Entre las conclusiones más significativas que ha dejado este estudio, destaca el hecho de que mayoritariamente las profesionales de enfermería tienen la imposibilidad de conocer el historial de vacunación de sus pacientes al no disponer de acceso a un registro de vacunación. Esta dificultad en el acceso a esta clase de registro es reflejada por una de cada cuatro enfermeras. Además, cabe destacar que está mucho más presente entre las trabajadoras del sector privado, hospitales y centros para mayores. En el otro lado, las enfermeras de Atención Primaria pública fueron las que mostraron una mayor satisfacción en las facilidades relacionadas con la vacunación.
Tradicionalmente no se “ha dado la importancia que se merece a la vacunación de personas adultas en el mismo grado que se ha hecho con la infancia”
Esta circunstancia resulta especialmente sangrante en los centros de mayores y en enfermos hospitalarios con problemas respiratorios, dado que se trata de población vulnerable. No en vano, la mitad de las enfermeras de estos ámbitos asegura no poder consultar la situación vacunal de sus pacientes y, por tanto, son incapaces adecuar su situación vacunal. De este modo, Diego Ayuso, Secretario General del CGE, insta a “potenciar la coordinación entre la Atención Primaria y los entornos hospitalarios y sociosanitarios”. Añade, además, que tradicionalmente no se “ha dado la importancia que se merece a la vacunación de personas adultas en el mismo grado que se ha hecho con la infancia”.
Por su parte, Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería, ha incidido en el hecho de que muchas enfermeras son conscientes de la gravedad de diferentes enfermedades, potencialmente mortales, y de la importancia de la vacunación para lograr la inmunización de los pacientes. Nos referimos a enfermedades como la neumonía, tétanos, meningitis, gripe o herpes zóster. Sin embargo, respecto a estas dos últimas, ha señalado que aún hay margen de mejora en la concienciación de su gravedad por parte de las enfermeras; un 17% y un 25% no las consideran la gripe y el herpes zóster, respectivamente, potencialmente graves o mortales.
PRESCRIPCIÓN Y RECOMENDACIÓN
Los datos de la encuesta han sacado a la luz también que tres de cada cuatro enfermeras consideran que deberían poder indicar y prescribir vacunas no financiadas, pero sí recomendadas. Esto serviría para agilizar el acceso a las vacunas y contribuiría a mejorar la cobertura vacunal. En esta línea, en palabras de José Antonio Forcada, presidente de ANENVAC, los “profesionales de enfermería somos un punto vital en la vacunación y aceptamos que somos referentes. Por eso demandamos tener la capacidad de indicación de vacunas, y así aumentar la tasa de vacunación en adultos”. No en vano, el 94’6% de las enfermeras encuestadas en el estudio se ven como profesionales que deben recomendar activamente la vacunación.
Para tomar el papel proactivo que demanda el sector, el compromiso de las enfermeras con la vacunación de adultos “pasa también por una formación continua en este campo”, afirma Inmaculada Cuesta, secretaria de ANENVAC. A lo que Diego Ayuso añade: “La formación por parte de la Administración es escaso o prácticamente inexistente, por eso somos nosotros los que tenemos que trabajar en esta mejora formativa. No en vano, las vacunas avanzan muy rápido y, por tanto, nuestro conocimiento debe avanzar con la misma rapidez.
UN REGISTRO GENERAL DE VACUNAS
Los participantes en la presentación de resultados de esta encuesta han coincidido también en que la pandemia de Covid-19 sirvió para demostrar el compromiso y buen hacer de los profesionales de enfermería, así como su papel clave en la vacunación de adultos. Según datos de estudio, casi el 80% de las enfermeras considera que el impacto de la pandemia ha resultado positivo para la percepción social sobre la vacunación y 2 de cada 3 considera que ha ayudado a mejorar la cobertura de vacunación del adulto.
En esta línea, Inmaculada Cuesta, afirma que “el Covid-19 vino bien para implementar los registros de vacunación en adultos en España, por el trabajo conjunto de todas las CC.AA con el Gobierno. Este fue el punto de partida hacia un registro general de vacunas en nuestro país”. No en vano, Sanidad plantea lograr este registro unificado de vacunación para 2024. Así, como aclara José Antonio Forcada: “El Ministerio de Sanidad lo está desarrollando, pero no será sencillo; hay CC.AA que lo hacen muy bien a nivel de registros e información disponible, pero otras no tanto, o bien no han mostrado interés hasta el momento”. Sin embargo se muestra optimista: “Este registro de vacunación general que llegará –previsiblemente en 2024- será beneficioso para todos los profesionales sanitarios y para toda la población”, concluye.