La embolización, “estrategia clave” frente a la hemorragia posparto: “Ya no se extirpa el útero”

Esta técnica de urgencia lleva utilizándose 20 años y ya está implantada en todo el país, con importantes beneficios para los pacientes, como explica la Dra. Elena Lonjedo a ConSalud.es

Mujer dando a luz (Foto. Freepik)
19 enero 2024 | 00:00 h

La hemorragia posparto es una complicación del acto que afecta al 5% de las parturientas y que constituye la principal causa de mortalidad materna en el mundo. En los últimos años se han hecho importantes avances que han permitido mejorar el pronóstico de las mujeres, su calidad de vida y proteger su fertilidad.

La embolización de arterias uterinas constituye actualmente la primera opción de tratamiento para estas pacientes. Clave en su abordaje, se trata de una técnica intervencionista mínimamente invasiva, como destaca a ConSalud.es la Dra. Elena Lonjedo Vicent, radióloga intervencionista de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y jefa del servicio de radiología del Hospital Universitario Dr. Peset en Valencia. “Ahora el objetivo es preservar el útero para que la paciente tenga capacidad de tener más hijos”.

Antes cuando sucedía un sangrado abundante tras el alumbramiento se realizaban medidas conservadoras como administración de fármacos uterotónicos o el balón intrauterino, que comprime las arterias contra la pared muscular uterina evitando así el sangrado. Si estos fracasaban, se empleaba el tratamiento quirúrgico.

"Antes de la embolización el profesional se veía obligado a quitar el útero porque con el sangrado tan abundante la paciente se moría”

Esta intervención consistía en la ligadura de arterias uterinas o en una histerectomía, es decir, la extracción del útero. “Antes de la embolización el profesional se veía obligado a quitar el útero porque con el sangrado tan abundante la paciente se moría”. Hace 20 años algunos hospitales comenzaron a realizar la embolización arterial percutánea, actualmente está completamente instaurada, también por el incremento de la presencia de radiólogos intervencionistas en salud.

Se trata de la oclusión endovascular del aporte arterial del útero mediante la embolización selectiva de las arterias uterinas y/o de otras arterias pélvicas implicadas en el origen de la hemorragia postparto. Como indica la Dra. Lonjedo, los avances en tecnología de catéteres han proporcionado nuevas herramientas para la realización del tratamiento endovascular con mayor precisión y seguridad, con catéteres de pequeño tamaño que permiten la embolización más selectiva de pequeñas arterias, aumentando la precisión terapéutica y minimizando los posibles efectos adversos de la técnica.

El objetivo es “preservar el útero”, para que estas pacientes, que normalmente se encuentran en edad fértil, “tengan capacidad de tener más hijos”. Tal y como recoge un estudio publicado en la revista ‘Radiología’ perteneciente al a SERAM, esta intervención endovascular es segura y eficaz, con una rápida recuperación de la paciente.

 “La recuperación es igual que cualquier mujer que acaba de parir”, señala la Dra. Lonjedo, una de las autoras de la investigación. “De hecho, como lo que se hace es parar el sangrado, las mujeres recuperan las constantes rápidamente”, añade. De ahí que esta técnica mínimamente invasiva se haya convertido en la primera opción, por delante de las medidas más conservadoras.

ADELANTARSE A LA HEMORRAGIA

Prever un sagrado abundante posparto no es sencillo. La incidencia actual en Europa de la hemorragia posparto oscila entre el 3,36% tras el parto vaginal y el 2,83% tras la cesárea. Esta puede ocurrir en las primeras 24 horas, pero también más tarde, con un sangrado persistente y de gravedad. En los últimos años se han identificado diferentes factores de riesgo que pueden ayudar a predecir o adelantarse a esta complicación.

“Más del 90% de las embolizaciones uterinas que realizamos son urgentes en el contexto de un parto y son hemorragias posparto en el inmediato momento de dar a luz”

Actualmente los factores que se han asociado con la hemorragia son la edad, ya sea porque la paciente sea muy mayor o porque sea muy joven, la obesidad, raza negra, embarazos inducidos, antecedentes de sangrados posparto o un mal control durante la preñez. “No se conocen exactamente las causas de por qué ocurre, pero sí se han identificado esta serie de factores”.

Algunas  de las intervenciones se programan, pero lo cierto es que la mayoría no se puede prever. “Más del 90% de las embolizaciones uterinas que realizamos son urgentes en el contexto de un parto y son hemorragias posparto en el inmediato momento de dar a luz”, recuerda la Dra. Lonjedo.

Asimismo, todavía existen campos de mejoras como que no todos los ginecólogos, bien por tiempo o por encontrarse en zonas rurales, pueden intervenir de forma endovascular. “También se necesitan más unidades especializadas”. Con todo, es una técnica clave, que “no conlleva gravedad, no provoca secuelas ni complicaciones graves por la intervención, no se pierde el útero y se tiene una rápida recuperación”, concluye la especialista.

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