¿Eliminar el cambio de hora durante el año?: “Disminuyen significativamente los accidentes de coche"

Un estudio de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño insiste en la necesidad de mantener la misma hora durante todo el año para mejorar significativamente la salud de los seres humanos

Chica quiere dormir más (FOTO: Freepik)
Chica quiere dormir más (FOTO: Freepik)
Manuel Gamarra
7 enero 2024 | 00:00 h
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El cambio de hora, una tendencia que comenzó en Estados Unidos en el año 1916 -aunque sus orígenes datan del siglo XVIII- y que fue implementado en España por Francisco Franco en 1940, nunca ha estado exento de polémica, especialmente entre los estudiosos de esta disciplina. Incidiendo en ello, la Academia Estadounidense de Medicina del  Sueño (AASM) acaba de publicar un nuevo informe en el que aboga, “como opción óptima para la salud y la seguridad”, por mantener la hora estándar.

Pero, ¿qué es la hora estándar? Así es como el citado estudio de la AASM denomina al horario de invierno, esto es, el que va -en España- desde el último domingo de octubre hasta la madrugada del último sábado al último domingo del mes de marzo. En Estados Unidos, no obstante, el cambio se produce el primer domingo de noviembre y dura hasta el segundo domingo de marzo.

"La pérdida de sueño se acumula diariamente, lo que resulta en una deuda de sueño continua”

Sea como fuere, para los autores del estudio, los doctores Muhammad Adeel Rishi, Jocelyn Y. Cheng y Abigail R. Strang, lo que comparten todos estos cambios de hora es que afectan negativamente a nuestra salud. Y es que las actividades humanas, explican, se ven siempre afectadas por tres relojes: el circadiano, que regula el ritmo biológico interno; el solar; y el social, “que dicta cuándo comienzan y terminan actividades como la escuela y el trabajo”. “En condiciones ideales, los tres relojes estarían alineados para permitir una salud y un rendimiento óptimos”, afirman.

Sin embargo, el horario de verano, caracterizado por disponer de más horas de luz por la tarde, generalmente cuando ya se ha terminado la jornada laboral o educativa, produce una desincronización entre ese ritmo biológico interno del ser humano y sus relojes social y solar. Lo hace al aumentar la exposición tanto a la oscuridad de la mañana como a la luz de la tarde, provocando que los seres humanos prefieran acostarse más tarde que de costumbre y despertarse también más tarde al día siguiente, cuando ya ha salido el sol.

"Los seres humanos tienden a acostarse más tarde que de costumbre y a despertarse también más tarde al día siguiente"

Así, el cambio horario no resulta solo en la pérdida de una hora de sueño el día en el que se tienen que atrasar los relojes, sino que la bola se va haciendo más grande por la tendencia a acostarnos más tarde. La hora de despertarse, en cambio, sigue siendo la misma, sobre todo durante los días de trabajo. “Esta pérdida de sueño se acumula diariamente, lo que resulta en una deuda de sueño continua”, apunta el estudio de la AASM.

CONSECUENCIAS DE TODO TIPO

¿Y cuáles acaban siendo finalmente las consecuencias del cambio horario y de su “pérdida acumulada de sueño”? El estudio señala, entre otros muchos, alteraciones en el estado de ánimo, llegando a producirse una mayor incidencia de episodios depresivos unipolares; un tono vagal más bajo, que resulta en una frecuencia cardíaca y presión arterial más altas; distintos trastornos celulares, como una mayor producción de marcadores inflamatorios; o incluso un aumento en el riesgo de infarto de miocardio, de ictus y de ingresos hospitalarios por fibrilación auricular aguda.

“Además, en los días posteriores a la transición del horario de invierno al horario de verano, se observó un aumento significativo en el número de accidentes automovilísticos”, afirman sus autores, señalando que está demostrado que los accidentes mortales aumentan hasta en un 6% en Estados Unidos durante este periodo “debido a una conciencia situacional alterada, a un mayor comportamiento de riesgo y a un menor tiempo de reacción”.

"En los días posteriores a la transición del horario de invierno al horario de verano, se observó un aumento significativo en el número de accidentes automovilísticos en Estados Unidos"

Incluso otros estudios han detectado una mayor volatilidad de los mercados bursátiles de dicho país en el lunes siguiente al cambio de hora, ya que la falta de sueño tiene impacto en el funcionamiento del lóbulo frontal, “lo que puede resultar en un deterioro del juicio y la capacidad de tomar decisiones”. “La evidencia indica que el reloj biológico no se ajusta al horario de verano incluso después de varios meses, por lo que la falta de sueño y la desalineación circadiana continúan persistiendo”, insisten.

GANAR UNA HORA DE SUEÑO TAMPOCO ES BUENO

De igual manera, esta predisposición del ser humano durante el horario de verano a acostarse y despertarse más tarde, que produce que se tienda a dormir menos tiempo los días laborables y a dormir más los festivos, genera una mayor predisposición al insomnio, lo que irremediablemente deriva en la inmensa mayoría de los síntomas descritos anteriormente. Máxime cuando existe un grupo de población, los adultos jóvenes, que ya de por sí acostumbran a dormir poco entre semana y a recuperar las horas de sueño los fines de semana.

"Todavía no han acabado su ciclo de sueño cuando suena la alarma”

“Aunque una vez iniciado el sueño duermen fenomenal, ese retraso del ciclo del sueño hace que les cueste levantarse por la mañana, porque todavía no han acabado su ciclo cuando suena la alarma”, explicó a ConSalud.es el autor del informe ‘La prevalencia del insomnio en España’ y miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES) -que, como otros estamentos europeos, también se posiciona a favor de mantener el horario de invierno-, Manuel de Entrambasaguas.

Tampoco se libra de todos estos problemas de desincronización de ritmos la transición del horario de verano al de invierno, por mucho que comúnmente se celebre el contar con una hora más de sueño. “Provoca variaciones significativas en los linfocitos séricos, el cortisol, la hormona estimulante de la tiroides y la melatonina”, sentencia el estudio de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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