Con el objetivo de encontrar para cada paciente con psoriasis el tratamiento más adecuado que le permita controlar la enfermedad a largo plazo y recuperar su calidad de vida, Janssen ha organizado un simposio titulado Historias de éxito en psoriasis en el marco del XLV Congreso Nacional de Dermatología y Venereología de la AEDV. Para ello, un panel de expertos ha señalado los aspectos clave a tener en cuenta como la presentación clínica, la extensión y localización de las lesiones, el tipo de vida del paciente, la presencia de comorbilidades y de otras patologías concomitantes.
El doctor Lluís Puig, director del Departamento de Dermatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y moderador del simposio, explica que, tras un diagnóstico de psoriasis de moderada a grave, comienza para el dermatólogo y paciente un largo camino en común. “Uno de los principales retos que tenemos los dermatólogos es mantener el éxito terapéutico, estableciendo una relación de confianza con los pacientes con enfermedades crónicas. En el caso de la psoriasis, la llegada de los fármacos biológicos ha revolucionado el abordaje terapéutico y ha cambiado completamente las expectativas de aclaramiento continuado y control de comorbilidades como la artritis psoriásica”.
Los fármacos biológicos que bloquean la vía de la interleuquina 12/23 demuestran ser eficaces como tratamiento de psoriasis con un favorable perfil de seguridad, además de tener un efecto sobre comorbilidades como la artritis psoriásica, que se encuentra presente hasta en un 20-30% de los pacientes con psoriasis. “A menudo se emplean los datos de los ensayos clínicos para hacer comparaciones directas o indirectas que indican una posible superioridad entre tratamientos. Sin embargo, el tratamiento siempre debe individualizarse y, en muchos casos, el bloqueo de IL-23 e IL-12 permite también el rescate de pacientes con pérdida de respuesta o acontecimientos adversos debidos a otros fármacos”, explica el doctor. Además, añade, la eficacia mantenida, el perfil de seguridad y la escasa inmunogenicidad de ustekinumab determinan que en la actualidad sea el agente biológico con la mejor persistencia a largo plazo.
CASOS CLÍNICOS
El PASI absoluto (Psoriasis Area and Severity Index, índice de gravedad y área de la psoriasis), explica el especialista, se utiliza como criterio en práctica clínica para evaluar la eficacia a largo plazo de la terapia biológica y es la medida más importante en la evaluación de la mejora en la gravedad de la enfermedad. Además, es un elemento determinante para evaluar la calidad de vida en un paciente.
En concreto, durante el simposio, se han aportado ejemplos de tratamiento con ustekinumaben cinco pacientes con psoriasis, todos complejos, en situaciones especiales (afectación palmoplantar, ungueal o de cuero cabelludo, pacientes con enfermedad de Crohn o pacientes con problemas de adherencia al tratamiento) en los que se constató que hay que tener en cuenta la eficacia, la seguridad y la adherencia al tratamiento por encima de otras circunstancias.
La adherencia a los tratamientos prescritos para psoriasis es baja, se estima que aproximadamente un 40% de los pacientes no cumplen bien el tratamiento. Sin embargo,con los tratamientos biológicos la adherencia al tratamiento es mayor, y simplificar lo máximo el tratamiento ayuda a este objetivo. “Usar terapias con una eficacia contrastada y una posología cómoda como la del ustekinumab en psoriasis, con solo cuatro inyecciones al año en la fase de mantenimiento, permite administrar el tratamiento coincidiendo con la consulta y nos ayuda a mejorar el cumplimiento”, opina el experto.
De acuerdo al doctor Puig, los avances en el tratamiento de los pacientes con psoriasis han sido revolucionarios, ya que en solo tres meses es posible blanquear a más del 50% de los pacientes, pero, advierte, “nos falta disponer de tratamientos que consigan una remisión, en ausencia de tratamiento, prolongada y de marcadores que permitan seleccionar aquellos pacientes en los que un tratamiento precoz podría modificar el curso de la enfermedad e incluso el desarrollo de comorbilidades como la artritis psoriásica o las comorbilidades asociadas a síndrome metabólico”.
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El doctor Lluís Puig, director del Departamento de Dermatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y moderador del simposio, explica que, tras un diagnóstico de psoriasis de moderada a grave, comienza para el dermatólogo y paciente un largo camino en común. “Uno de los principales retos que tenemos los dermatólogos es mantener el éxito terapéutico, estableciendo una relación de confianza con los pacientes con enfermedades crónicas. En el caso de la psoriasis, la llegada de los fármacos biológicos ha revolucionado el abordaje terapéutico y ha cambiado completamente las expectativas de aclaramiento continuado y control de comorbilidades como la artritis psoriásica”.
"La llegada de los fármacos biológicos ha revolucionado el abordaje terapéutico y ha cambiado completamente las expectativas"
En este sentido, los nuevos fármacos biológicos para la psoriasis, en opinión del experto, están demostrando tanto su eficacia como su seguridad en el tratamiento a largo plazo en los pacientes con psoriasis. “Cada vez existen más evidencias de su eficacia recogida en los diferentes registros con un gran número de pacientes por año de seguimiento demostrando que son fármacos eficaces a largo plazo en el control de la enfermedad y que presentan un adecuado perfil de seguridad”. Los fármacos biológicos que bloquean la vía de la interleuquina 12/23 demuestran ser eficaces como tratamiento de psoriasis con un favorable perfil de seguridad, además de tener un efecto sobre comorbilidades como la artritis psoriásica, que se encuentra presente hasta en un 20-30% de los pacientes con psoriasis. “A menudo se emplean los datos de los ensayos clínicos para hacer comparaciones directas o indirectas que indican una posible superioridad entre tratamientos. Sin embargo, el tratamiento siempre debe individualizarse y, en muchos casos, el bloqueo de IL-23 e IL-12 permite también el rescate de pacientes con pérdida de respuesta o acontecimientos adversos debidos a otros fármacos”, explica el doctor. Además, añade, la eficacia mantenida, el perfil de seguridad y la escasa inmunogenicidad de ustekinumab determinan que en la actualidad sea el agente biológico con la mejor persistencia a largo plazo.
CASOS CLÍNICOS
El PASI absoluto (Psoriasis Area and Severity Index, índice de gravedad y área de la psoriasis), explica el especialista, se utiliza como criterio en práctica clínica para evaluar la eficacia a largo plazo de la terapia biológica y es la medida más importante en la evaluación de la mejora en la gravedad de la enfermedad. Además, es un elemento determinante para evaluar la calidad de vida en un paciente.
En concreto, durante el simposio, se han aportado ejemplos de tratamiento con ustekinumaben cinco pacientes con psoriasis, todos complejos, en situaciones especiales (afectación palmoplantar, ungueal o de cuero cabelludo, pacientes con enfermedad de Crohn o pacientes con problemas de adherencia al tratamiento) en los que se constató que hay que tener en cuenta la eficacia, la seguridad y la adherencia al tratamiento por encima de otras circunstancias.
La adherencia a los tratamientos prescritos para psoriasis es baja, se estima que aproximadamente un 40% de los pacientes no cumplen bien el tratamiento. Sin embargo,con los tratamientos biológicos la adherencia al tratamiento es mayor, y simplificar lo máximo el tratamiento ayuda a este objetivo. “Usar terapias con una eficacia contrastada y una posología cómoda como la del ustekinumab en psoriasis, con solo cuatro inyecciones al año en la fase de mantenimiento, permite administrar el tratamiento coincidiendo con la consulta y nos ayuda a mejorar el cumplimiento”, opina el experto.
De acuerdo al doctor Puig, los avances en el tratamiento de los pacientes con psoriasis han sido revolucionarios, ya que en solo tres meses es posible blanquear a más del 50% de los pacientes, pero, advierte, “nos falta disponer de tratamientos que consigan una remisión, en ausencia de tratamiento, prolongada y de marcadores que permitan seleccionar aquellos pacientes en los que un tratamiento precoz podría modificar el curso de la enfermedad e incluso el desarrollo de comorbilidades como la artritis psoriásica o las comorbilidades asociadas a síndrome metabólico”.
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