El Hospital Rey Juan Carlos apuesta por una sanidad segura, efectiva y afectiva. Estos valores le han llevado a adquirir un innovador Sistema de Trazabilidad Inalámbrica del circuito Quirúrgico (STIQ). Un método que se puso en marcha hace unos meses de forma pionera a nivel mundial.
Para el doctor Juan Rey, uno de los investigadores principales y promotores del proyecto, los beneficios de este sistema son obvios y contundentes. “Ayuda a la mejora de la seguridad del paciente; geolocaliza al paciente con un sistema que combina pulseras colocadas a éste y balizas distribuidas por el bloque quirúrgico; y optimiza toda la información, tanto para familiares como para profesionales, con diferentes perfiles para cada uno, proporcionando a estos últimos una imagen en tiempo real del funcionamiento global del bloque”, explica Rey.
El hospital ha incorporado también el manejo de los dispositivos electrónicos del bloque quirúrgico a través de interacciones verbales o gestuales
La cirugía persigue volverse de esta manera más segura, al contemplar el citado sistema de alertas, las profilaxis y la cumplimentación del listado de verificación quirúrgico electrónico integrado; más efectiva, puesto que implica la gestión global de los quirófanos, detecta ineficiencias, integra los sistemas de información en el bloque quirúrgico y optimiza los recursos; y, finalmente, también más afectiva, ya que facilita la localización e información a familiares en tiempo real.
Uno de los valores principales del proyecto es la participación de varios departamentos del hospital, lo que ha ayudado a un desarrollo con diferentes objetivos, centrado tanto en el paciente como en el profesional.
Este proyecto, desarrollado junto a la empresa BSimple Health Care Solutions, ya se ha integrado en el funcionamiento de la actividad quirúrgica del hospital durante los últimos seis meses, “permitiendo automatizar las mediciones de tiempos y los indicadores en un centro con un rendimiento quirúrgico del 92%”, asevera el también jefe del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Rey Juan Carlos.
En el desarrollo del STIQ se ha aplicado la metodología LEAN, que trata de detectar y eliminar los elementos de un procedimiento que no aportan valor al circuito. Esto ha hecho que se redefinan ubicaciones del proceso, empezando en la identificación y localización del paciente desde su llegada a admisión, previa a la entrada al bloque quirúrgico. De esta manera se detecta su movimiento dentro del mismo (en vestuario, preparación, recuperación, etc), tanto por los familiares como por el personal implicado en el circuito, y todo en tiempo real. La trazabilidad del paciente continúa hasta su alta del bloque quirúrgico.