El plan desprivatizador de Comín pone patas arriba a la sanidad catalana

La salida de la Clínica del Vallés de la red pública y el intento de comprar el Hospital General de Cataluña han coincidido con períodos convulsos en los hospitales públicos, los cuales también se han visto sobrepasados al tener que recibir parte de ese personal y de esos pacientes. A nivel político, el plan tampoco ha dado grandes alegrías al consejero, dado que el proceso le ha ocasionado desencuentros con diversos partidos.

CS
11 enero 2017 | 23:59 h
El plan desprivatizador de Comín pone patas arriba a la sanidad catalana
El plan desprivatizador de Comín pone patas arriba a la sanidad catalana
El plan desprivatizador que el consejero de Salud de la Generalitat de Cataluña, Antoni Comín, está llevando a cabo en la región, por el cual se están dejando de renovar las concesiones que la administración pública mantenía con centros de titularidad privada y que, por consecuencia, dejan de ofrecer servicios a la sanidad pública catalana, está despertando preocupaciones y críticas en los ámbitos político, económico y laboral.

Comín no ha aclarado cómo va actuar la Consejería para reducir el déficit que los hospitales Parc Taulí y Terrassa tuvieron en 2015
La primera etapa de dicho proyecto comenzó con la derivación, en septiembre, de la actividad que se realizaba en la Clínica del Vallès de Sabadell, cuya concesión acababa el 15 de agosto de 2016, al Hospital Parc Taulí de Sabadell y al Hospital de Terrassa.

En el aspecto económico, aunque Comín haya declarado que “hacer la actividad en el Taulí y en Terrasa va a costar menos recursos”, no ha especificado cómo va actuar la Consejería para reducir los déficit que ambos centros hospitalarios han registrado en 2015, de 13 y cinco millones respectivamente. Asimismo, la dotación que se destinaba a la Clínica del Vallès, de 7,5 millones, será menor ahora al tener que repartirse para ambos centros (5 y 2,5 millones).

En lo que respecta a los profesionales sanitarios, además, la salida de la Clínica del Vallés del sistema público catalán ha conllevado que 40 profesionales se hayan ido al paro, como confirman a Consalud.es fuentes de Comisiones Obreras ya que, pese a que Comín aseguró que se encargaría de todos los empleados implicado, finalmente sólo 32 empleos fueron subrogados y ubicados en los dos centros públicos a los que también se han derivado parte de los pacientes de la clínica privada.

Dos hospitales que, a su vez, han vivido períodos convulsos coincidiendo con este proceso desprivatizador. De hecho, el Comité de Empresa del Hospital de Terrassa ya ha convocado una huelga para finales de enero, frente a las nuevas condiciones laborales impuestas por Sanidad para paliar parte de la deuda que arrastra el consorcio.

Por otro lado, y en plena epidemia de gripe, desde el Comité de Empresa del Parc Taulí han enviado esta misma semana una carta a Comín para exigir “medidas urgentes” para paliar la “insoportable presión asistencial” que viven los profesionales en las Urgencias.

TIRA Y AFLOJA CON EL HOSPITAL GENERAL

Otra de las polémicas de los últimos meses ha sido la intención de Antoni Comín de comprar el Hospital General de Cataluña, también de titularidad privada. El consejero de Salud ha reiterado en varias ocasiones la voluntad de adquirirlo para que pase a titularidad pública y por el cual cifró el traspaso, en un primer momento, en una cuantía de entre 50 y 55 millones.

Comín ha reiterado su voluntad de comprar el Hospital General de Cataluña por 50 millones de euros, pero el centro ha negado siempre que el hospital esté en venta
No obstante, no han sido menos las veces que tanto Quirónsalud, grupo propietario del centro, como desde el mismo Hospital General, han repetido que no han recibido oferta de compra y que el complejo “no está en venta”. Además, la cantidad ofrecida por Comín se alejaría de la valoración real pues sólo la masa salarial anual supera los 60 millones y el valor del inmovilizado oscila entre los 200 y 300 millones.

El último movimiento, en este sentido, consiste en intentar cambiar el contrato de la concesión para trasladar la actividad manteniendo algunos servicios dentro de la red pública. “Esto es algo que no se puede hacer legalmente. Quiere mantener sobre todo la parte de radioterapia. Y esto, transversalmente, puede afectar a los profesionales de varios servicios”, indican a este periódico fuentes sindicales del hospital.

Pese a ello, dicha modificación aún no ha sido realizada, y tanto los trabajadores como los servicios siguen funcionando de la misma forma que antes, “tenemos incluso más derivaciones procedentes del Taulí que antes”, señalan.

OPOSICIÓN POLÍTICA A SU PLAN

Por otra parte, el plan del titular catalán de Salud ha despertado críticas de la oposición y de su formación política. Comín es integrante de la coalición Junts pel Sí (JxS), formada por PDECat, antigua Convergència, y ERC. Desde PDECat han intentado rebajar el plan temiendo un impacto laboral negativo y que pierdan apoyos de los sectores económicos afines. A esto, el consejero ha respondido que esta medida ya estaba detallada en el plan de gobierno.

Por su parte, miembros de C's como Inés Arrimadas o del PP como Xavier García Albiol han tildado de “falta de profesionalidad”, “temerario” y acusado de actuar con “improvisación” a Comín por la gestión del Hospital General. Por el contrario, la CUP, socio de gobierno de Junts pel Sí, ha presionado al consejero llamando a “ocupar” las plantas cerradas de los hospitales para reducir los colapsos.


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