En el País Vasco, acreditar un alto nivel de euskera puntúa más que haber realizado 600 horas de formación continuada o haber publicado un libro como primer autor
Más allá de los idiomas extranjeros, el conocimiento de las lenguas cooficiales españolas puede suponer una ventaja a veces insalvable para el profesional que aspira a una plaza fija o a un concurso de traslados. En el País Vasco, por ejemplo, acreditar un perfil lingüístico de nivel 2 del Euskera (hay un total de cuatro niveles) puede llegar a suponer un extra de hasta 18 puntos para algunos puestos (así fue en la OPE de 2015 de Osakidetza para médicos).Esta puntuación es superior incluso a la que aporta el hecho de haber realizado el MIR (15 puntos), haber realizado 600 o más horas de cursos de formación (6 puntos) o haber publicado un libro, siendo el autor principal (cuatro puntos). Si bien, el requisito del euskera no es obligatorio para todas las categorías.
En el caso de Cataluña, sin embargo, el requisito del catalán sí es obligatorio para poder optar a una plaza fija (aunque no para un concurso de traslados). En la OPE del Instituto Catalán de la Salud (ICS) de 2015 para médicos y enfermeros, por ejemplo, el conocimiento del nivel D de catalán se valoraba con cinco puntos, una cifra más baja que en el País Vasco, pero que sigue suponiendo más que la puntuación de estar un año como docente de un grado universitario (vale tres puntos). En Baleares, por su parte, desde el 1 de junio de 2017 se exige un nivel avanzado (B2) de catalán para trabajar en el servicio público de salud, aunque la puntuación en las bolsas de empleo no suele superar los cinco puntos como máximo.
EL VALENCIANO Y EL GALLEGO
Menos excluyente es el conocimiento del idioma en el caso de Valencia donde, aunque la administración amagó con solicitar por ley la acreditación del conocimiento del nivel mitjà (equivalente a un C1 de inglés) de valenciano a los profesionales sanitarios, por ahora este conocimiento no es obligatorio. En laOPE de 2016 para médicos, sin embargo, el conocimiento del valenciano también podía suponer hasta un máximo de cinco puntos si se certifica tener un nivel superior. En la práctica, esto supone valorar el idioma tanto como el hecho de tener un doctorado.
En Navarra, aunque existen los perfiles lingüísticos de euskera necesarios para algunas categorías, la administración defiende que esto sólo afecta al 0,5% de los puestos de la plantilla del servicio de salud. Y en Galicia, según la OPE de 2016, es necesario un ejercicio que acredite el conocimiento de la lengua gallega, el cual “tendrá carácter obligatorio no eliminatorio para todos los aspirantes, con la excepción de los que hayan acreditado poseer el Celga 4, curso de perfeccionamiento o equivalente debidamente homologado”.
Curiosamente, estos requisitos lingüísticos no son necesarios para hacer el MIR, aunque los médicos que elijan realizar la formación especializada en estas comunidades tendrán que desenvolverse con sistemas informáticos y burocráticos en las respectivas lenguas cooficiales.