En Atencion Primaria, la mayoría de los pacientes que acuden a la consulta por dolor crónico son ancianos y presentan comorbilidades y suponen aproximadamente un 80% del total de los casos de dolor crónico
Se trata de una de las conclusiones a las que ha llegado los expertos durante las Terceras Jornadas Nacionales de Dolor de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) celebradas este fin de semana en La Toja, Galicia. Una cita cuyo objetivo ha sido actualizar y compartir nuevos conocimientos farmacológicos, tecnológicos y organizativos “para un correcto diagnóstico y tratamiento del dolor, siempre teniendo en cuenta la importancia de la continuidad asistencial entre Atención Primaria y otras especialidades”, señala la sociedad científica en un comunicado.Como apunta Pedro Ibor, presidente del comité organizador de las Jornadas y coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor de Semergen, “la atención al dolor debe ser integral, atendiendo alas esferas psíquicas, sociales y biológicas del paciente”; tal y como añade este experto, “es en AP donde está el eje y la guía de esta atención y, para ello, es necesaria la formación y el compromiso de la Administracion”.
En Atencion Primaria, la mayoría de los pacientes que acuden a la consulta por dolor crónico son ancianos y presentan comorbilidades y suponen aproximadamente un 80% del total de los casos de dolor crónico. Más variado es, sin embargo, el perfil de los pacientes que presentan dolor agudo.
PACIENTES ANCIANOS
Esto plantea una serie de retos y precisa atenciones especiales. “Los pacientes ancianos tienen necesidades especiales, porque su fisiología es diferente por la edad, y suelen tener otras enfermedades añadidas (comorbilidades), suelen estar polimedicados, tienen muchas veces condiciones sociales y familiares complejas”, señala Ibor.
Las principales causas del dolor son de origen osteoarticular y, dentro de ellas, la artrosis, sin descartar causas neurológicas que también aparecen con frecuencia, dependiendo en muchos casos de complicaciones de enfermedades crónicas como, por ejemplo, la diabetes mellitus.
En este contexto, la formación sobre el dolor es deficitaria “tanto a nivel pregrado en Universidades (careciendo de programas propios relacionados con el dolor) como a nivel especializado y en la formación continuada de los profesionales”, señala Semergen. En muchas Autonomías, a pesar del compromiso en el Consejo Interterritorial del año 2014 (Documento marco para la mejora del abordaje del dolor en el SNS), no se han establecido programas específicos de formación en dolor dirigidos a profesionales y pacientes.
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