El cáncer de endometrio es el tipo de cáncer ginecológico más frecuente en nuestro entorno. Se presenta habitualmente en pacientes postmenopáusicas y tiene un síntoma claro de aviso que es el sangrado vaginal, que habitualmente pone en alerta a las mujeres para que consulten a su especialista en ginecología.
En declaraciones a ConSalud.es, la Dra. María Pilar Barretina Ginesta, jefa del Servicio de Oncología Médica del Institut Català d’Oncologia (ICO) de Girona y vicepresidenta del Grupo Español de Investigación en Cáncer Ginecológico (GEICO), apunta que puede ser más difícil de diagnosticar, y es menos frecuente, en mujeres premenopáusicas, pues los sangrados pueden confundirse con desarreglos menstruales. “No todos los sangrados anómalos son debidos a un cáncer de endometrio, pero es la causa más grave que hay que descartar, por lo que se recomienda a todas las mujeres premenopáusicas con sangrados distintos a los habituales por sus ciclos menstruales o a las mujeres postmenopáusicas que presenten un sangrado que consulten a su especialista”.
La experta apunta que, a pesar de no tener un programa de cribado poblacional, la presencia habitual de este síntoma “hace que la mayoría de casos se diagnostiquen en fases iniciales de la enfermedad y alcancen altos índices de curación”. Sin embargo, como en todos los tipos de cáncer, a pesar de tener el origen en el mismo órgano “hay distintos subtipos, y algunos de ellos tienen más tendencia a diagnosticarse en fases más avanzadas por su rápido crecimiento”, apunta la Dra. Barretina.
“A pesar de no tener un programa de cribado poblacional, la presencia habitual de este síntoma hace que la mayoría de casos se diagnostiquen en fases iniciales de la enfermedad”
Las principales opciones terapéuticas en cáncer de endometrio incluyen las clásicas cirugía, radioterapia, hormonoterapia y quimioterapia y las más recientes con inmunoterapia. “En los últimos años la incorporación de la clasificación molecular desde el momento del diagnóstico permite clasificar mejor cada caso en función del riesgo de recidiva. Así se puede personalizar el tratamiento quirúrgico y preventivo de radioterapia +/- quimioterapia tras la cirugía (e incluso ahorrarlo en algunos casos, evitando los efectos secundarios y potenciales secuelas)”, apunta Barretina, quien señala que esto también permite personalizar el tratamiento en caso de recaída o enfermedad avanzada al diagnóstico, dónde principalmente la incorporación de la inmunoterapia ha mejorado el pronóstico de estas pacientes.
“Se recomienda hacer un seguimiento por los profesionales especializados que incluyan revisiones ginecológicas así como analíticas y pruebas radiológicas en función del riesgo de recidiva de cada caso”, destaca la doctora. Asimismo, recuerda que al seguimiento y tratamiento de las posibles secuelas producidas por los fármacos hay que incorporar hábitos de vida saludables que disminuyan el riesgo de recidiva, como mantener un peso y composición corporal adecuados así como, por ejemplo, la práctica de ejercicio físico.
“Es importante que ante un diagnóstico de cáncer de endometrio se realice el estudio molecular en la biopsia para poder personalizar el tratamiento para cada paciente así como para poder detectar los casos que pueden ser hereditarios, que aunque representan un pequeño porcentaje sobre el total, ofrecen la oportunidad de establecer medidas preventivas en los familiares con alto riesgo de cáncer”, concluye la Dra. Barretina.
EL APOYO DE LAS ASOCIACIONES DE PACIENTES
Otro de los desafíos en el abordaje de esta patología es el impacto emocional que tiene en pacientes y familiares. Como asevera Charo Hierro, presidenta de la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario y otros Tumores Ginecológicos (ASACO), “el impacto que tiene el hecho de recibir un diagnóstico de cualquier enfermedad grave es tremendo”. “Cuando se trata de algún cáncer ginecológico el impacto es mayor porque también va unido a un estigma que existe socialmente y también una reticencia por parte de las pacientes a hablar claramente de su enfermedad”, añade.
“El facultativo debe dar el diagnóstico de una manera clara, sin maquillarlos, pero a la vez dar suficiente confianza y saber dar fuerza a la paciente para iniciar todas las fases del tratamiento que sean necesarias”, sostiene Hierro. “Es importantísimo que las pacientes percibamos empatía por parte del médico. Este hecho, en realidad, forma parte del tratamiento y va a conseguir que todos los pasos sean más beneficiosos”, apunta.
En este sentido, desde ASACO animan a todas las pacientes a hablar claramente, sin tabúes, de su enfermedad, y resuelven todas sus dudas y ofrecen apoyo psicológico a todas las pacientes y a sus familiares en el Proyecto Bienestar que la asociación viene desarrollando desde el año 2014. “El hecho de poder tomar contacto con mujeres que estén pasando o hayan pasado una situación parecida es muy beneficioso para todas”, revela Hierro. “Es el proyecto que cuidamos con más mimo porque sabemos la necesidad que tienen las pacientes de recibir este tipo de apoyo. También ofrecemos tratamientos de fisioterapia”, añade.
“El facultativo debe comunicar el diagnóstico de manera clara pero a la vez dar suficiente confianza y saber dar fuerza a la paciente para iniciar todas las fases del tratamiento que sean necesarias”
“Hay muy poca información y muy poca visibilidad para los cánceres ginecológicos”, denuncia la presidenta de ASACO, quien reconoce que las barreras para diagnosticar un cáncer de endometrio no son difíciles. “Es un cáncer que, normalmente, da síntomas por sangrados anormales y, casi siempre, después de haber tenido la menopausia”.
Por eso, una prioridad para ASACO es hacer campañas de visibilidad y concienciación para que las mujeres conozcan los síntomas que pueden crear una sospecha de que exista un cáncer ginecológico. “Estas campañas tienen como finalidad dar a conocer los síntomas y, también, poner mucho acento en lo importante que es acudir a las revisiones ginecológicas periódicas sin retrasarlas ni abandonarlas”.
Hierro reconoce que, afortunadamente, el cáncer de endometrio tiene unos síntomas que sí hacen sospechar de que “hay algo que no está funcionando perfectamente bien”. Esto hace que en muchos casos se diagnostiquen en estadios muy iniciales, lo que permite un abordaje que, generalmente, va acompañado por el éxito. Hierro concluye: “Es importante que ninguna mujer sienta vergüenza por tener un cáncer ginecológico y que pueden contar con ASACO para cualquier tipo de apoyo o para despejar cualquier duda que tengan”.