Cada 10 de octubre, más de 100 países celebran el Día Mundial de la Salud Mental. Promovido por la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH, por sus siglas en inglés), la edición de 2024 lleva por lema ‘Trabajo y salud mental, un vínculo fundamental’, poniendo así el foco en la necesidad de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo. Y es que, recuerdan desde la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), su abordaje tanto en este como en otros ámbitos de actuación ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos, y la realidad de hoy en día es mucho más favorable a lo que había en nuestro país hace no tantos años.
“Estamos luchando por reducir el estigma y por favorecer la integración laboral de todos nuestros pacientes. Los tratamientos psicofarmacológicos que tenemos actualmente ya nos permiten hablar de integración social y laboral”, destaca a ConSalud.es la doctora Marina Díaz Marsá, vicepresidenta de la SEPSM, profesora titular de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y jefa de sección de la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) y del Programa de Intervención Precoz en Psicosis del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. “También se ha instaurado la intervención precoz. Sabemos que las enfermedades mentales aparecen fundamentalmente en personas jóvenes, y que tratar desde el inicio cualquier síntoma de riesgo e iniciar el tratamiento es importantísimo”, afirma.
"Hay patologías que, aunque no tienen una indicación farmacológica específica, pueden mejorar muchos de sus síntomas con tratamientos farmacológicos innovadores”
Son, afirma la psiquiatra, nuevos tratamientos y abordajes psicoterapéuticos basados en la evidencia científica que han cambiado esa citada anteriormente “realidad” y “pronóstico” de sus pacientes. “Hemos encontrado marcadores biológicos y genéticos, identificado factores psicológicos y sociales, entendido la importancia de la intervención precoz en el ámbito comunitario y con equipos multidisciplinares…”, insiste Díaz Marsá, quien pone el foco en los fármacos como uno de los grandes avances que han conseguido que, por ejemplo, trastornos como la esquizofrenia y la psicosis tengan actualmente un panorama “radicalmente mejor”.
“Han salido fármacos antidepresivos con un perfil de efectos secundarios significativamente inferior a los que teníamos antes, opciones para la depresión resistente como la esketamina, estabilizadores del ánimo para las personas con trastorno bipolar… y hemos entendido que hay otras patologías que, aunque no tienen una indicación farmacológica específica, pueden mejorar muchos de sus síntomas con tratamientos farmacológicos innovadores”, afirma la vicepresidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría. “Los fármacos que tenemos son seguros y eficaces y permiten la remisión de muchas enfermedades mentales”, añade.
"Las plantas de Psiquiatría ya son como las de cualquier otra especialidad del hospital"
La psiquiatra se licenció en Medicina y Cirugía en 1991, y realizó la especialidad en el Hospital Ramón y Cajal de la capital de España en la última década del siglo pasado. La evolución desde entonces ha sido enorme y, lógicamente, muy positiva para reducir ese estigma que aún a día de hoy sigue existiendo. “Para ello, también han cambiado mucho los espacios. Las plantas de Psiquiatría que había antes estaban mucho menos humanizadas, eran como de manicomio, y ahora ya son como las de cualquier otra especialidad del hospital”, comenta la experta.
E incluso, empezando por la formación, la especialidad MIR (médico interno residente) de Psiquiatría ha pasado de cuatro a cinco años, y desde hace tres convocatorias existe la especialidad específica de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia para los que prefieran optar por este tipo de pacientes. “Las rotaciones se cuidan más, los residentes pueden participar en proyectos de investigación y en actividades psicoterapéuticas…”, subraya Díaz Marsá.
ESPAÑA, A LA COLA DE EUROPA
De hecho, la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, que depende de la SEPSM, oferta cada año unas becas para que los residentes de la especialidad puedan rotar en el extranjero. En este periódico tuvimos la oportunidad de hablar con Cecilia Sanjuan Ortiz, MIR de Psiquiatría en el Hospital La Fe de Valencia que tuvo la oportunidad de rotar por Australia durante tres meses. De su experiencia al otro lado del mundo, entre otros muchos aspectos, la joven destacaba las mejores condiciones laborales, “y no solamente referido a la remuneración económica”, sino, sobre todo, al disponer de más tiempo para los pacientes.
"A veces olvidan que los psiquiatras también hacemos psicoterapia”
Y es que esta es, desde hace muchísimo tiempo, la gran reivindicación de los psiquiatras españoles: dejar de estar a la cola de Europa en cuanto a número de profesionales. Según recoge el último Libro Blanco de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, nuestra red pública de salud mental tiene cerca de 4.500 psiquiatras, unos 11,5 por cada 100.000 habitantes, ratio muy por debajo de la de países del entorno “con un PIB similar”: Portugal (14), República Checa (15), Bélgica (17), o Dinamarca, Reino Unido e Irlanda (19).
La media europea, recuerda Marina Díaz Marsá, es de 18: “Lo mismo ocurre con la de psicólogos clínicos, que también es de 18, mientras que en España es de 6 por cada 100.000 habitantes”. A pesar de estos déficits, asegura la psiquiatra, la atención a la salud mental es buena en el sistema público, gracias precisamente al trabajo que realizan sus profesionales. “Este Día Mundial de la Salud Mental también debe servir para felicitar a mis compañeros por el trabajo bien hecho. Se implican un montón en los tratamientos, son cercanos, empáticos, y luchan contra el estigma que existe sobre la Psiquiatría. No solo recetamos fármacos y hacemos seguimiento, sino que también trabajamos con psicoterapia. De hecho, a veces parece que se olvida que las primeras escuelas psicoterapéuticas fueron iniciadas por psiquiatras, y que el tratamiento integral es el mejor abordaje para los pacientes”, reivindica.