El Día Internacional de la Enfermería de Salud Mental, que se celebra este 1 de septiembre, sirve para que el colectivo ponga de relieve la importancia de su profesión en el abordaje de estas patologías, así como para reivindicar algunas de las necesidades más acuciantes que han de enfrentar. Una problemática que tras la pandemia ha vivido un especial crecimiento en nuestro país. Cuatro de cada diez españoles asegura no gozar de una buena salud mental y casi el 75% de la población está convencida de que ha empeorado para todos durante los últimos años, según datos de la Confederación Salud Mental España.
De esta manera, desde el colectivo aseguran que la pasada crisis sanitaria, junto a la falta de reconocimiento institucional del papel desempeñado por las enfermeras, ha acarreado graves carencias en la atención de las patologías emocionales. El miedo de los pacientes a reconocer abiertamente estas afecciones ha quedado atrás, más allá del estigma social que solían generar. Por otro lado, este aumento en las necesidades asistenciales no parece haber venido acompañado de la proporcional apuesta por dotar a los servicios de salud de nuestro país de los efectivos necesarios, según denuncian.
AUMENTAR LA RATIO DE ESPECIALISTAS
El Congreso de los Diputados presentó en 2021 una Proposición de Ley General de Salud Mental que recogía la necesidad de que las CC.AA. alcanzasen un ratio deseable de 23 enfermeras especialistas por cada 100.000 habitantes. Un listón que está pendiente de alcanzarse en muchas CC.AA. De esta manera, desde el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería (CAE)han querido aprovechar esta jornada para exigir más enfermeras especialistas en salud mental como “herramientas posibles para solucionar este gran problema”. Alertan que en su región los trastornos mentales en adolescentes aumentaron un 47%; con 400 intentos de suicidio en menores atendidos por Urgencia del SAS en 2022.
El Consejo General de Enfermería (CGE) ha reclamado al Ministerio de Sanidad "un mayor número de plazas EIR en la convocatoria para la formación en la especialidad"
En la misma línea de más necesidad de efectivos, el sindicato Satse lamenta también que “en todo el Sermas haya únicamente 340 enfermeras especialistas en Salud Mental que deben ocuparse de cuidar a casi 7 millones de madrileños. Mientras que, en países como Noruega o Finlandia con unos cuidados de salud mental avanzados hay 20 enfermeras por cada 100.000 habitantes, por los 5 de Madrid”. Una situación similar a la que se vive en la mayoría de autonomías españolas y que nos distancia del abordaje de algunos de nuestros países vecinos.
Ante la escasez de efectivos el Consejo General de Enfermería (CGE) ha reclamado al Ministerio de Sanidad "un mayor número de plazas EIR en la convocatoria parala formación en la especialidad", asimismo invita a las CC.AA. a "crear puestos de trabajo en sus servicios de salud para estas enfermeras". El presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, reconoce que las plazas han aumentado un 80% desde 2026, pero aún así siguen "resultando insuficientes". No en vano, un reciente estudio sitúa España como el segundo país de Europa con más casos de trastornos de salud mental –después de Portugal-, superando el 20% de incidencia.
RECONOCIMIENTO DE SU LABOR
La labor de las enfermeras se presenta como crucial por su cercanía con los pacientes afectados y sus familiares. Los propios objetivos recogidos en la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud (2022-2026), abogan por la cooperación dentro del equipo interdisciplinar de salud mental y “otorgan un especial protagonismo a los profesionales de la enfermería”, destacan desde CAE. Por tanto, reclaman que este reconocimiento de la profesión se traslade del papel a la práctica y se valore su papel como “nexo primordial” entre los pacientes y las familias para descubrir los síntomas, conocer los tratamientos y el posterior desarrollo de las patologías.
"Acompañan a pacientes y familiares en todos estos procesos, en base a una escucha activa; hay que profundizar en los sentimientos y dificultades de las personas"
Por su parte, las enfermeras especialistas y residentes de Salud Mental del Hospital Universitario de San Juan (Alicante) definen su función con una palabra: acompañamiento. En un momento social en el que convive el auge de la salud mental con los "enquistados estigmas" que sufren las personas con diagnósticos, las enfermeras especialistas en salud mental “aúnan sus esfuerzos para ser el apoyo necesario en el sistema de salud. Además, acompañan a pacientes y familiares en todos estos procesos, en base a una escucha activa; hay que profundizar en los sentimientos y dificultades de las personas para poder comprenderlas mejor y asegurar una ayuda completa.”, resaltan.
DESARROLLAR LA ESPECIALIDAD
Otro punto relevante por el que el colectivo apuesta para la mejora del abordaje en salud mental pasa por impulsar la especialidad. El Consejo General de Enfermería (CGE) reclama que todos los puestos en las distintas Unidades de Salud Mental sean ocupados por profesionales con esta especialidad; que constituye una de las siete reconocidas dentro de Enfermería "desde hace 20 años" y cuya implantación en el SNS resulta todavía "incompleta".
La preocupante incidencia de los trastornos de salud mental en menores “obliga” a apostar por la puesta en marcha de la figura de enfermera escolar en los diferentes colegios e institutos
Prueba de ello, María del Mar García, vocal de Salud Mental del pleno del CGE y presidenta del Colegio de Enfermería de Almería, lamenta que "aún existan CC.AA. que no tienen creada la categoría estatutaria de Enfermería en Salud Mental”. Ante esta singularidad, García asevera que "nadie entendería que a una persona con enfermedad mental lo atienda un médico que no tenga la especialidad de Psiquiatría, por lo tanto, cuándo van a entender que con las enfermeras debería pasar lo mismo”.
De la misma manera, la preocupante incidencia de los trastornos de salud mental en menores “obliga” a apostar por la puesta en marcha de la figura de enfermera escolar en los diferentes colegios e institutos, para aprovechar a estas profesionales como "referente en materia de prevención y educación para la salud mental en la comunidad educativa", concluyen desde CAE.