Descubren una nueva diana para el tratamiento del hígado graso

Las proteínas 38 gamma y p38 delta son las responsables de controlar la acumulación de grasas en el hígado. Este hecho favorece el desarrollo de resistencia a la insulina y a la diabetes.

CS
7 febrero 2016 | 00:00 h
De izq. a drcha.: Guadalupe Sabio, Bárbara González-Terán, Nuria Matesanz y Ivana Nikolic
De izq. a drcha.: Guadalupe Sabio, Bárbara González-Terán, Nuria Matesanz y Ivana Nikolic
Dos proteínas, p38 gamma y p38 delta, son las responsables de controlar la acumulación de grasas en el hígado, lo que favorece el desarrollo de resistencia a la insulina y a la diabetes, dos eventos asociados con la obesidad. Lo explica un artículo realizado por un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), dirigido por la doctora Guadalupe Sabio, que muestra que actuar sobre estas proteínas mediante fármacos específicos podría convertirse en un tratamiento adecuado para el hígado graso o esteatosis. Los resultados se publican en la revista EMBO Journal.

La acumulación excesiva de grasa en el hígado o esteatosis es una de las enfermedades más frecuentes en Occidente
La acumulación excesiva de grasa en el hígado o esteatosis es una de las enfermedades más frecuentes en las sociedades occidentales, ya que se calcula que casi el 30% de la población adulta puede padecerla. Esta patología puede estar causada en ocasiones por la obesidad, la diabetes o a la ingesta excesiva de alcohol. Y sus consecuencias pueden ser graves: el hígado graso puede provocar cirrosis y fallo hepático, favorecer el desarrollo de diabetes e incluso promover el cáncer hepático. Actualmente existen pocas alternativas terapéuticas para tratar esta enfermedad.

Hasta ahora se sabía que la esteatosis se inicia con una acumulación excesiva de triglicéridos en el hígado, lo que estimula una respuesta inflamatoria. Debido a que también se conoce que las proteínas p38 gamma y p38 delta contribuyen a la inflamación en diferentes enfermedades, los investigadores del CNIC han podido observar en esta ocasión que los hígados de pacientes obesos presentan niveles elevados de p38 gamma y delta.

Este descubrimiento ayuda a favorecer el desarrollo de tratamientos para la enfermedad
Gracias al empleo de ratones que carecen de las proteínas p38 gamma y p38 delta en un tipo de células inflamatorias, los neutrófilos, los investigadores han demostrado que estas dos proteínas controlan la migración de dichas células inflamatorias al hígado. Y, explican, “la llegada de estas células es necesaria para la acumulación de grasa en este tejido”. Por tanto, añaden, la inhibición de su migración en los animales que carecen de las proteínas p38 gamma y p38 delta sería suficiente para protegerlos de la aparición del hígado graso, además de prevenir inflamación, el daño hepático e incluso la diabetes asociada a la obesidad.

PREVENCIÓN

Para la doctora Sabio este descubrimiento no sólo ayuda a lograr una mejor comprensión de los mecanismos implicados en el desarrollo de la enfermedad, sino que además podría favorecer el desarrollo de tratamientos para la misma, y también, algo muy relevante, para prevenirla. Actualmente, señala la investigadora, la única forma de determinar en personas obesas si se está produciendo este “reclutamiento de neutrófilos” es a través de la biopsia hepática, pero ahora se podrían administrar fármacos específicos para evitarlo. Además, añade la Sabio, “el hallazgopodría ayudar a tratar otras enfermedades relacionadas con el reclutamiento de los neutrófilos al hígado”.


Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es
Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído