Este domingo, 10 de febrero, profesionales y pacientes volverán a salir a la calle para exigir la mejora de la sanidad pública. En esta ocasión, Santiago de Compostela (Galicia) y Teruel (Aragón) serán dos de las ciudades en las que se producirán manifestaciones en defensa del Sistema Nacional de Salud (SNS).
De este modo, las protestas de profesionales sanitarios han seguido el rumbo establecido en 2018, donde se llevaron a cabo manifestaciones en autonomías como Cataluña, Galicia, Castilla y León o Andalucía. Y es que, pese a que las diversas formaciones políticas coinciden en que España está saliendo de la crisis, lo cierto es que los trabajadores del sector sanitario distan mucho de su visión y abogan por exponer en las calles sus peticiones a la Administración.
"Si los médicos no ven progresos, habrá llegado el momento de plantearse una huelga general"
El descontento generalizado llevó, a finales del citado año, a que el Comité Ejecutivo de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) acordase expresar su apoyo a las protestas que se están sucediendo en la sanidad, a la vez que avanzaban un calendario de movilizaciones que podría acabar en huelga general si no hay "una respuesta efectiva por parte de las administraciones nacional y regionales a las principales demandas de los facultativos".
De este modo, la organización médica aprobó las siguientes dos medidas: Convocar a todos los facultativos a concentrarse ante las puertas de los centros asistenciales el pasado 7 de febrero, y llevar a cabo una concentración en Madrid un mes más tarde, el 7 de marzo, de modo similar a la del pasado 21 de marzo ante las puertas del Ministerio de Sanidad y del Congreso de los Diputados.
Tras ello, y si los médicos no ven progresos en resolución de los muchos problemas que vienen denunciando, "habrá llegado el momento de plantearse una huelga general", concluye el secretario general de la CESM, Francisco Miralles.
ATENCIÓN PRIMARIA, CLAVE
Como primera medida, la principal organización sindical de los médicos españoles ha manifestado su respaldo a las huelgas y otras expresiones de descontento que están teniendo lugar en Atención Primaria, así como a las que se produzcan en el futuro.
"La situación de Atención Primaria se traduce en una insoportable sobrecarga asistencial que crea frustración en los profesionales"
A juicio de CESM, el sector de Primaria está afectado de una "grave infrafinanciación" y "escasez de plantillas" que se traduce en "una insoportable sobrecarga asistencial que crea frustración en los profesionales" al no poder dedicar, en muchos casos, más de dos o tres minutos a cada paciente.