Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el melanoma afecta a 16 personas por cada 100.000 habitantes en España, llegando a diagnosticar alrededor de 7.500 casos de melanoma, que representan el 4% de los tumores malignos de piel siendo responsables del 80% de las muertes, sobre todo en los casos en los que no se detecta de forma precoz.
“Es un tipo de cáncer de piel que en fases tempranas se cura prácticamente en el 100% de los casos, pero que en casos avanzados puede complicarse”
Desde el grupo sanitario Ribera, los dermatólogos aconsejan un control periódico de lunares para detectar las lesiones sospechosas en la piel y tratarlas en estadios iniciales. Así lo confirma Javier Concheiro, el dermatólogo de Ribera Polusa (Lugo). “Es un tipo de cáncer de piel que en fases tempranas se cura prácticamente en el 100% de los casos, pero que en casos avanzados puede complicarse”, asegura.
Raquel Pardavila, dermatóloga del hospital Ribera Povisa (Vigo), declara que se aconseja a los pacientes que hagan autoexploraciones varias veces al año. Para realizarla, los dermatólogos profesionales recomiendan seguir la regla del ABCDE para detectar cambios en diferentes aspectos de los lunares: A de asimetría, B de borde, C de color, D de diámetro y E de evolución.
Sin embargo "en el caso de pacientes con factores de riesgo como antecedentes personales o familiares de melanoma, aquellos con más de 100 lunares o con lunares atípicos, los que han tenido quemaduras solares o exposición solar crónica, fototipos I y II, enfermedades genéticas que predisponen al cáncer de piel como el albinismo o xeroderma pigmentoso o pacientes con tratamiento inmunosupresor son necesarios controles más frecuentes por parte de un especialista en Dermatología”.
"Si hay más de 10-15 lunares en los brazos, son pacientes que van a superar esas cifras”
El doctor Concheiro insiste en la importancia de controlar la exposición solar sobre todo en los casos de pacientes de riesgo, haciendo especial hincapié en personas con muchos lunares. “Si una persona tiene más de 50 lunares en el cuerpo, el riesgo de melanoma se multiplica por dos, y si tiene más de 100, por 4. “Si hay más de 10-15 lunares en los brazos, son pacientes que van a superar esas cifras”, y añade, que el sol se considera el principal "factor de riesgo para las lesiones cutáneas", sobre todo en las sobrexposiciones del verano, "lo que conocemos como exposición intermitente, ya que el melanoma y el carcinoma basocelular surge así, a partir de una quemadura, y por eso es muy importante protegerse del sol de manera correcta”, explica.
Para lograr esa correcta protección pasa por usar cremas fotoprotectoras, utilizar gorros, gafas y camiseta, y también por evitar la exposición solar en las horas centrales del día. “Es importante la prudencia y el sentido común, utilizar factores de protección altos y no olvidarse de reaplicar la crema cada cierto tiempo y después de los baños”, asegura, y en la medida de lo posible, explica, evitar la exposición solar cuando el factor de radiación es igual o superior a ocho. Además, la doctora Pardavila recuerda que estas medidas “hay que tomarlas no sólo al ir a la playa sino también al hacer actividades al aire libre, como pasear o practicar algún deporte o trabajos en exterior”.
“De esta forma, los especialistas podemos compararlas en las siguientes revisiones y detectar si han aparecido lesiones nuevas o si se han producido cambios en las preexistentes”
Según nos confirma la doctora Pardavila explica, mediante la dermatoscopia se puede realizar un estudio de lesiones cutáneas “de una manera no invasiva, mediante el uso del dermatoscopio, una lente de aumento con luz polarizada que nos permite ver estructuras y patrones que no se perciben a simple vista, mejorando así la precisión diagnóstica”. Además, se recomienda a su vez, hacer un mapeo de los lunares. De esta manera se podría disponer de un registro fotográfico de las lesiones pigmentadas de los pacientes de riesgo, mediante un dermatoscopio digital, que lleva asociada una cámara y un software para almacenar imágenes macro y dermatoscópicas de los lunares. “De esta forma, los especialistas podemos compararlas en las siguientes revisiones y detectar si han aparecido lesiones nuevas o si se han producido cambios en las preexistentes”, asegura.
Además, la especialista de Ribera Povisa recuerda que, aunque la mayoría de melanomas se generan sobre lesiones pigmentadas preexistentes, es decir, lunares que sufren algún cambio, pero que también pueden aparecer “de novo” en zonas sin lesiones previas e incluso en zonas extracutáneas como a nivel ocular, cavidad oral, fosas nasales o mucosa gastrointestinal, aunque estos casos son mucho menos frecuentes que en la piel.
Para concluir debemos tener presenta que el melanoma se considera “un tipo de cáncer indolente” como bine explica el doctor Concheiro y por ello en ocasiones puede pasar desapercibido, siendo necesarias las autoexploraciones y las visitas al especialista en los casos antes mencionados. No obstante, señala, el profesional afirma que desde la pandemia, hay más preocupación en general por la salud, y por tanto los ciudadanos son más conscientes de la necesidad de revisiones periódicas.