Sólo la mitad de los especialistas visitados diagnosticaron una migraña “evidente”sin solicitar ninguna prueba médica
Para demostrarlo, la organización ha analizado un total de 30 consultas a neurólogos, visitadas entre julio y agosto de 2016, en cuatro provincias españolas: Madrid, Barcelona, Málaga y Sevilla. Para ello, seleccionó a pacientes con una migraña simulada, que no presentaban ningún signo de alarma que hiciese necesaria la realización de una prueba de imagen y tampoco, según señala la OCU en un comunicado, mostraban preocupación por tener una enfermedad grave, como un tumor. Ante esta situación, la asociación de consumidores considera que lo correcto habría sido no mandar ninguna prueba para confirmar el diagnóstico de una migraña “tan evidente”. Sin embargo, sólo la mitad de los especialistas visitados diagnosticaron esta afección sin solicitar ninguna prueba médica.
Ante una migraña evidente, con síntomas típicos y sin complicaciones, OCU esperaba “muchas preguntas, una exploración física básica, general y neurológica, un diagnóstico inmediato y una propuesta de tratamiento para reducir los síntomas y prevenir las crisis, junto con recomendaciones para el día a día”. Más aún, añade, porque los problemas simulados que presentaban los pacientes seguían los criterios para confirmar el diagnóstico de la Guía oficial de práctica clínica en cefaleas 2015 de la Sociedad Española de Neurología, que no recomienda pruebas en estos casos.
En todo caso, OCU señala que, si hubiera existido algún elemento en la historia de las pacientes que hiciese pensar en la necesidad de una prueba de imagen, la recomendada sería una Resonancia Magnética y no un TAC. “Por otra parte, la solicitud de un TAC o una resonancia puede generar preocupación o ansiedad sin necesidad. Además, si los resultados de la prueba son inciertos o poco claros, eso puede llevar a más pruebas e incluso a tratamientos que el paciente no necesita”, advierte la organización.
Por todo ello, la OCU señala que los resultados de esta inspección de incógnito son un ejemplo de lo que puede ocurrir en el día a día tanto en la sanidad privada como en la pública: “es habitual que se manden pruebas y se realicen actuaciones innecesarias. Se consideran innecesarias cuando su balance beneficio-riesgo es negativo, dudoso y tienen escaso valor para la salud del paciente”. Así, la organización destaca la importancia de eliminar de la práctica clínica habitual, “siempre de acuerdo a la evidencia científica”, intervenciones innecesarias y que en ciertos casos pueden desembocar en un perjuicio para los propios pacientes.
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