La constante reducción de profesores en las facultades de Medicina se ha convertido en un motivo de preocupación para la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina. En un artículo publicado en el último número de la Revista Clínica Española (RCE), los decanos de varias facultades de Medicina realizan un análisis de la evolución previsible del número de profesores para la próxima década y llegan a unas conclusiones desalentadoras: hasta la mitad de docentes se jubilarán de aquí a 2026 sin que su relevo esté asegurado.
El artículo, cuyo autor principal es el doctor José Pablo Lara, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga, está firmado también por el presidente saliente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, José Luis Álvarez-Sala, en representación de este órgano, y por los decanos de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universitat de Barcelona, la Universidad de Navarra, la Universidad de Oviedo y la Universidad Miguel Hernández de Elche.
En concreto, el artículo –que lleva por título Evolución previsible en el número de profesores permanentes de Medicina de 2017 a 2026: La formación de los futuros médicos en situación crítica–, estima que en los próximos ocho años se jubilará el 43% del profesorado permanente. Dentro de esta categoría, la cifra más elevada de jubilaciones se producirá entre el profesorado vinculado de áreas clínicas (55%). Además, se calcula que se jubilará un tercio del profesorado no vinculado de áreas clínicas (34%) y una porción semejante del profesorado de áreas básicas (32%).
El Plan Bolonia ha incrementado de forma muy significativa el número de horas exigidas a los docentes
Los autores señalan que estos datos no hacen sino intensificar una tendencia que se viene produciendo a lo largo de los últimos años. “Ya se ha producido una disminución muy importante en el número de profesores permanentes, en especial en las áreas de conocimiento clínicas”, explican, por lo que consideran urgente que se establezcan medidas ante la “inevitable” necesidad de un fuerte relevo generacional entre los docentes.
Las facultades de Medicina españolas han llevado a cabo, en el último decenio, la implantación del nuevo grado en Medicina de acuerdo con las directrices derivadas del Espacio Europeo de Educación. Según los autores, estas directrices, también conocidas como Plan Bolonia, “han incrementado de forma muy significativa” el número de horas exigidas a los docentes.
“Podría pensarse que en estos últimos 10 años, de forma paralela, se ha incrementado proporcionalmente el número de profesores con docencia en el grado en Medicina, pero nada más lejos de la realidad”, señalan los decanos, que estiman el número de los profesores permanentes (catedráticos, profesores titulares y profesores contratados doctores) se ha reducido en más de un 20% como promedio.
En concreto, estas reducciones han sido del 20% y del 26% en las facultades de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Málaga, respectivamente, según los datos aportados por los autores. “Paradójicamente, a la vez que disminuye sustancialmente el número de profesores, aumenta exponencialmente el número de facultades de Medicina y el número de alumnos que se admiten cada año sin justificación académica ni sanitaria”.
Facilitar el relevo generacional
Ante esta situación, los decanos de Medicina exigen soluciones que pasan por facilitar la contratación de profesores permanentes. “La situación es compleja y las soluciones lo serán también. Deberá considerarse entre otras propuestas, la eliminación completa de la tasa de reposición y la convocatoria de plazas en función de las necesidades reales de cada universidad dependiendo de su situación presupuestaria”, afirman.
Además de levantar las trabas administrativas a la contratación, desde la Conferencia de Decanos, se propone hacer más accesible la carrera docente, “con la modificación de los criterios de acreditación para profesores permanentes, dándole el valor adecuado a la labor docente, asistencial y de gestión, y el diseño de una estrategia que haga atractiva la carrera universitaria a los jóvenes facultativos. En este mismo sentido, y a raíz desde la publicación de este estudio, la SEMI ha expresado la preocupación que existe en esta Sociedad “por las dificultades existentes para que los médicos clínicos puedan conciliar su carrera profesional con la carrera docente”, y ha reiterado su compromiso con la formación del profesorado.