A principios de esta semana pasada, la Organización Médica Colegial (OMC) hizo públicos sus últimos datos sobre agresiones a médicos en España. Correspondientes al año 2023, las cifras sitúan a Cataluña como la comunidad autónoma más afectada por esta lacra, con hasta 295 agresiones sufridas entre sus 49.815 colegiados. Son 5,92 agresiones por cada 1.000 colegiados, mientras que en la Comunidad de Madrid, por poner un ejemplo comparativo, la ratio es de 1,37: 70 agresiones entre 51.194 colegiados. Sin embargo, el número total en toda España -769 agresiones según la OMC- es en realidad mucho mayor.
Así lo indica a ConSalud.es Manuel Carasol Ferrer, secretario general del Colegio Oficial de Médicos de Tarragona, que acaba de publicar sus propios datos sobre agresiones a médicos en la provincia durante el año pasado. Solo allí notificaron 215, lo que fácilmente la situaría como la región de España donde más agresiones se registran. No obstante, apunta Carasol Ferrer, estos números tienen su razón de ser no tanto en el hecho de que en Tarragona se producen más agresiones, sino en que su recogida de datos es “muchísimo más exhaustiva” de lo que suele ser habitual en otros colegios.
“Es un tema que a nosotros nos preocupa mucho, y, aunque nos lleva tiempo una gran cantidad de tiempo hacerlo, los resultados luego están ahí"
“Llevamos quince años haciéndolo así, con la misma metodología. Recibimos la información directamente de todos los proveedores de salud que hay en Tarragona y de todos los servicios de prevención de riesgos laborales. A los hospitales privados los llamamos uno a uno”, destaca el secretario general del COMT, quien reconoce que en otros lugares, como en su vecina provincia de Barcelona, es inviable hacerlo: “Con todos los centros que tienen, es imposible que puedan dedicar tantas personas a la recogida de datos”.
“Es un tema que a nosotros nos preocupa mucho, y, aunque nos lleva tiempo una gran cantidad de tiempo hacerlo, los resultados luego están ahí. Cuanta más recogida de datos hacemos, más podemos informar a los colegiados y lanzar mensajes a la ciudadanía. Y los compañeros ya denuncian más cosas que antes no denunciaban”, comenta. No en vano, en 2023 coincidió el número de agresiones físicas, 16, con el de denuncias ante los Mossos d’Esquadra: “Entendemos que son las mismas”.
UNOS INCREMENTOS BASADOS EN LA CONCIENCIACIÓN DE LOS PROFESIONALES MÉDICOS
A nivel general, las mencionadas 215 agresiones registradas por el Colegio Oficial de Médicos de Tarragona suponen un incremento del 10% con respecto al 2022. Se trata del récord histórico de la provincia, y que tiene aún más relevancia si se tiene en cuenta que en 2014 solo se notificaron 35. “Realmente, por la sensación que nos da, las agresiones vienen a ser las mismas en los últimos años. Lo que pasa es que antes no se notificaban”, insiste Carasol Ferrer. De hecho, las agresiones físicas han disminuido, ya que en el anterior registro fueron 29.
“Si se ha de sufrir una agresión, siempre es mejor que sea una amenaza o un insulto. Pero, evidentemente, lo que tenemos que conseguir es que no se produzca ninguna agresión”, asegura el médico catalán. Y es que las agresiones verbales, insultos, amenazas y coacciones, son ya cosas “del día a día”: “Todos sabemos que en los dos años después de la pandemia había mucha crispación en la sociedad, no solo en la sanidad. Ahora ha bajado un poco, pero claro, sigue habiendo muchos factores que determinan las agresiones”.
“Realmente, por la sensación que nos da, las agresiones vienen a ser las mismas en los últimos años"
En la rueda de prensa de presentación de los datos, en la que también participaron Carlos Domínguez, fiscal de la Fiscalía Provincial de Tarragona -“aunque no haya lesiones físicas, se trata de un delito de atentado contra la autoridad”-, y Blanca Corral, abogada de la Asesoría Jurídica del Institut Català de la Salut -“es siniestralidad laboral”-, se remarcó cómo es en Atención Primaria donde se siguen produciendo la inmensa mayoría de las agresiones. En los hospitales, en cambio, se han reducido.
“También tienen mucho que ver los factores socioeconómicos de la población. Zonas donde hay más pobreza, falta de recursos o aislamiento social, y que se han acrecentado a raíz de la pandemia”, explica Carasol Ferrer. Pero, junto a estos, también hay otros factores derivados de los propios profesionales: “En ámbitos de trabajo con mucha sobrecarga y presión asistencial a veces no se puede atender a los pacientes de la misma manera”. “A veces quizá necesitemos mostrar más empatía, pero no tenemos tiempo”, se lamenta.
UN PERFIL DE AGRESOR CONCRETO
Los profesionales más agredidos son, según el estudio del Colegio Oficial de Médicos de Tarragona, las médicas de entre 36 y 55 años, que representan al 75% del total de agresiones. Tanto, que la OMC ha incluido en el suyo, por primera vez este año, las amenazas directamente relacionadas con el acoso sexual, que son el 1%. En cuanto al perfil medio del agresor en Tarragona, se trata de un hombre de unos 50 años con cita programada. “El fiscal nos lo recordaba, que no solo se va a condenar a un paciente por el hecho de que haya una agresión física. También entran las amenazas, y por eso hay que denunciarlo todo”, reivindica.
Por eso, como otros tantos colegios autonómicos, el COMT realiza periódicamente cursos de formación para sus colegiados y toma acciones para tratar de acabar con esta lacra. “Hemos incluido un botón en nuestra página web para denunciar las agresiones. A partir de ese momento, los servicios jurídicos del Colegio se ponen en marcha. Nos ha llamado la atención la cantidad de veces que se ha pulsado el botón, 233 en el año y medio que lleva activo”, informa Carasol Ferrer. Sin ir más lejos, este pasado jueves, dos individuos destrozaron el interior del CAP Baix Ebre de Tortosa después de acudir a una cita con su médico el día anterior.