El Hospital Universitario Son Llàtzer, de las Islas Baleares, ha creado un nuevo programa de criopreservación de tejido ovárico pionero en la Comunidad Autónoma. Gracias a este nuevo procedimiento, mujeres que se vayan a someter a tratamientos que afecten a su fertilidad, podrán conservar su capacidad reproductiva una vez superada la enfermedad.
En este sentido, y a pesar de que los tratamientos oncológicos puedan salvar la vida las pacientes, la toxicidad de los mismos puede llevar a una disminución o, incluso, cese de la capacidad reproductora.
Este programa ha sido desarrollado por la Unidad de Reproducción Humana Asistida del hospital balear. El jefe de esta unidad, Martí Mascaró Sastre, destaca que este procedimiento es ideal para aquellas mujeres que, por diferentes razones, no pueden someterse a una estimulación ovárica para obtener ovocitos, que sería una de las primeras opciones para las mujeres que deseen preservar su fertilidad.
“El procedimiento está indicado para mujeres en las que el tratamiento de su enfermedad, generalmente quimioterapia, puede afectar a su capacidad reproductiva”. En algunos casos “no hay tiempo para la estimulación ovárica para conseguir ovocitos”, por lo que la opción de preservar el tejido ovárico, sería la única opción viable.
“El procedimiento está indicado para mujeres en las que el tratamiento de su enfermedad, generalmente quimioterapia, puede afectar a su capacidad reproductiva”
En ciertas ocasiones, explica el experto, el tiempo que se requiere para conseguir esta estimulación interfiere con el propio tratamiento al que se debe someter la paciente. “Para la estimulación se necesitan más o menos dos semanas de tratamiento, y puede suceder que el oncólogo deba empezar el tratamiento inmediatamente. Ahí, la única opción es criopreservar el tejido ovárico”.
Mascaró también explica que no existe una edad mínima para someterse a esta intervención. Y es que, en el caso de las niñas, en ocasiones no es posible realizar la estimulación ovárica ya que todavía no han alcanzado la pubertad. “Por ejemplo, en una niña de 10 años que va a recibir un tratamiento contra el cáncer que podría afectar a su futura fertilidad, al no tener aún la regla, la estimulación de sus ovarios no es factible”. En este caso la criopreservación del tejido ovárico también sería la única opción.
Para realizar este procedimiento, en primer lugar será necesario evaluar la toxicidad del tratamiento que va a recibir la paciente. En los casos a priori favorables a la criopreservación, la Unidad de Reproducción Humana Asistida del Hospital Son Llàtzer deberá hacer una evaluación en un plazo de menos de 72 horas. Para esta valoración, la unidad tendrá en cuenta la historia clínica, la indicación terapéutica, la documentación disponible, la justificación para la donación y los criterios de seguridad. Además, se observarán también los antecedentes familiares, personales y ginecológicos.
Tras todas estas consideraciones, si se determina que la candidata es idónea, el procedimiento consiste en extraer una porción del tejido ovárico, por medio de una intervención de laparoscopia.
Posteriormente, este tejido se trasladará en un contenedor isotérmico para que profesionales de laboratorio del Banco de Sangre y Tejidos de las Islas Baleares lo procesen y lo almacenen a bajas temperaturas en contenedores de nitrógeno líquido para implantarlo en un futuro.
“Si extraes el tejido y lo congelas, se puede reimplantar, después de haber superado la enfermedad, para que vuelva a funcionar. Así es como se intenta restituir la capacidad reproductiva”, explica el jefe de unidad. Este tipo de intervención “es un gran avance y una prestación que se consideraba experimental hasta hace unos años, y ahora mismo se ha convertido en la única opción para este tipo de pacientes concretas”.