“El Ministerio de Sanidad financiará próximamente la vareniclina, el genérico de “Champix”. Ya son tres fármacos disponibles para dejar de fumar.” Con estas palabras escritas en X (el antiguo Twitter) celebraba la ministra de Sanidad, Mónica García, la llegada de un nuevo tratamiento antitabaco financiado por el Sistema Nacional de Salud, que se unirá a los ya existentes hasta la fecha -cistina (Todacitan y Recigarum), bupropion (Zyntabac) y nicotina (Niquitin clear)- y que sirve como el preámbulo perfecto para el Día Mundial sin Tabaco.
Y es que, según el Observatorio de Tendencias Cofares, la demanda en farmacia comunitaria de medicamentos antitabaco se mantiene al alza desde enero de 2023, justo cuando se aprobó el Racigarum. La financiación de estos tratamientos por parte de Sanidad, por su parte, comenzó en 2020. “Sí que es verdad que se paró un poco al poco de empezar, debido a la pandemia, pero hemos vista una mayor demanda de gente que quiere dejar de fumar desde que se aprobó la receta de fármacos antitabaco financiados por el Ministerio”, confirma a ConSalud.es Raúl de Simón, coordinador del GT de Tabaquismo de SEMERGEN.
El Ministerio de Sanidad financiará próximamente la vareniclina, el genérico de “Champix”. Ya son tres fármacos disponibles para dejar de fumar.
— Mónica García (@Monica_Garcia_G) May 30, 2024
No es la única medida: luchamos contra el tabaquismo desde todos los frentes. Vamos a por la primera generación libre de humo.
En concreto, apunta el mencionado Observatorio, la demanda en las farmacias ha aumentado un 54,5% con respecto al 2023, alcanzando actualmente una demanda mensual media de 33.257 unidades. Pero es que, justo un año después de la aprobación de la financiación de Racigarum, se alcanzó un nuevo pico en la demanda, que llegó a las 40.000 unidades. “El mensaje de que no están solos y de que pueden contar con profesionales como nosotros ha sido muy importante. De hecho, también hay una proporción muy alta de fumadores que quieren dejarlo pero que todavía no saben cómo hacerlo o a quién acudir”, afirma de Simón.
"Hay una proporción muy alta de fumadores que quieren dejarlo pero que todavía no saben cómo hacerlo o a quién acudir”
Una de las formas, recuerda, es a través de las consultas de Atención Primaria, tanto de Medicina de Familia como de Enfermería. Precisamente, él atiende la del centro de salud Luis Vives, en Alcalá de Henares (Madrid), y es testigo de primera mano de cómo acuden a ella pacientes pidiendo ayuda para dejar de fumar. Además, claro está, es el encargado de recetar los fármacos. “Hay muchos que vienen espontáneamente, y su motivo de consulta es precisamente ese: dejar de fumar. Estamos viviendo un momento de mucha gente que se está incorporando a esta serie de ayudas y de fármacos”, insiste.
Las guías de tratamiento actuales, explica Raúl de Simón, consideran que a cualquier persona que se compromete a utilizar fármacos se le debe considerar como que realmente está en proceso de dejar de fumar. No obstante, esta no es la única medida: “Forman parte de un plan mucho más grande, que utiliza estrategias conductuales y cognitivas. Son unidades de tabaquismo que combinan apoyo psicológico y farmacológico”. De hecho, señala, los fármacos tienen “serias” contraindicaciones, y no pueden ser administrados a adolescentes ni a niños.
Tampoco se incluye a los fumadores “de bajo consumo”, que son los que fuman menos de diez cigarrillos diarios. Modificar los pensamientos negativos, técnicas de control de estímulos… son parte de ese apoyo psicológico que recetan desde Atención Primaria, mientras que los fármacos ayudan a controlar el síndrome de abstinencia. “Todo en conjunto constituye el mejor tratamiento, y es el que tiene las mejores evidencias”, indica el representante de SEMERGEN. Madrid (27%), Cataluña (16%) y Comunidad Valenciana (13%) son las regiones de España donde más se nota la demanda de medicamentos antitabaco a farmacias comunitarias.
OTROS TRATAMIENTOS CONTRA EL TABACO
Dentro de todos estos tratamientos que tanto han crecido en los últimos años, el que más lo ha hecho ha sido el de los parches de nicotina. Concretamente, informa el Observatorio de Cofares, han experimentado un crecimiento acumulado del 400% desde la pandemia, pasando de las 4.213 unidades por mes en 2020 a las 21.034 en 2023. Los chicles y caramelos para dejar de fumar, por su parte, se han mantenido estables, mientras que los sprays han disminuido.
“La motivación de los fumadores para dejarlo también es fluctuante y modificable, y en eso el papel de los profesionales es súper importante"
“La motivación de los fumadores para dejarlo también es fluctuante y modificable, y en eso el papel de los profesionales, desde la proactividad, es súper importante. Incluso en aquellos fumadores que inicialmente no desean dejar de fumar”, comenta Raúl de Simón, quien, como coordinador de este grupo dentro de SEMERGEN, que lleva ya constituido varias décadas, cree firmemente en la formación y en la investigación como forma de prevenir la adicción de los pacientes: “Hay muchísimas patologías relacionadas con el tabaquismo, sinergias entre el tabaco y otras enfermedades. Pero, por desgracia, también hay pacientes que no lo saben”.
Medidas gubernamentales como esta de la financiación de fármacos, o el recientemente aprobado Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo -vigente hasta el 2007-, resultan fundamentales para ayudar a la población a dejar una adicción de la que es muy difícil salir. Sin embargo, de Simón alerta: “Se están aplanando un poco las curvas de descenso, y la prevalencia se mantiene estable. Con pequeños descensos, pero estable”. “Las cifras siguen siendo muy elevadas, y nos hablan de que el tabaquismo sigue siendo un problema sociosanitario de primer nivel. Hay que seguir aplicando medidas”, sentencia.