España ya cuenta con una nueva familia de fármacos para tratar la Enfermedad Renal Crónica (ERC) de los pacientes con diabetes. Estos fármacos son los antagonistas de los receptores de mineralocorticoides no esteroideos. Este tratamiento tiene una composición química que se diferencia de los hasta ahora disponibles por una serie de propiedades diferentes que los hacen más eficaces y más seguros a la hora de tratar la ERC en los diabéticos.
“Esperamos que con estos fármacos menos gente necesite diálisis y menos gente se muera de forma prematura como consecuencia de la ERC”, afirma a ConSalud.es el Dr. Alberto Ortiz Arduán, Doctor en Medicina, jefe de Nefrología e Hipertensión en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y Catedrático de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid. Y es que reconoce que a pesar de que la insulina existe desde hace un siglo, y que los tratamientos para la nefropatía diabética se conocen desde hace 50 años: “Cada año en Europa 17.000 personas comienzan diálisis debido a la ERC por la diabetes”, apunta el doctor.
“Cada año en Europa 17.000 personas comienzan diálisis debido a la ERC por la diabetes”
“La diabetes es la principal razón que lleva a la gente a necesitar diálisis. El número de pacientes en diálisis y trasplante aumentó un 20% en 6 años en España”, revela el Dr. Ortiz. “Si seguimos a este ritmo, antes de final de siglo en España habrá entre 200.000 y un millón de personas en diálisis o con necesidad de trasplante”, añade.
Ante estas cifras “dramáticas”, el experto apunta que “claramente hay que hacer algo”, y lo primero apunta es “prevenir la enfermedad renal crónica, una patología que ahora es prevenible gracias a que existen algunos fármacos antidiabéticos que previenen la enfermedad renal además de tratarla”.
Se estima que la enfermedad renal crónica es la causa de muerte prematura que más está creciendo en el mundo junto con el Alzheimer, siendo actualmente la undécima causa en el mundo y con la previsión de que antes del año 2040 pase a ser la quinta a nivel mundial y la sexta en España. “Claramente tenemos que cambiar la forma en la que estamos haciendo las cosas aprovechando la contribución que nos ofrecen las nuevas oportunidades terapéuticas”, apunta el Dr. Ortiz.
“Con la enfermedad se pierde la función del riñón de producir la proteína ‘klotho’, lo que implica un envejecimiento acelerado del paciente”
Detalla que la batalla diaria del nefrólogo es hacer ver que esta es una enfermedad silenciosa que no duele, y que cuando el paciente nota molestias como falta de aire, pérdida de ganas de comer o nauseas, ya implica la necesidad cercana de diálisis. “La enfermedad renal es la gran desconocida, a diferencia del colesterol, diabetes, cáncer o enfermedad cardíaca, y cabe recordar que mata tanto o más que las otras”, advierte el experto.
“Una de las funciones esenciales del riñón que se pierde con la enfermedad, es la de producir una proteína antienvejecimiento que se llama klotho”, explica el doctor. Se trata de una de las conocidas como proteínas del antienvejecimiento. “Es por ello que la gente con enfermedad renal crónica tiene un envejecimiento acelerado y muerte prematura, y este problema no se soluciona ni con la diálisis ni con el trasplante, por lo que hay que tratar antes para evitar que las personas lleguen a este punto”, asevera.
La enfermedad renal crónica acorta la vida en décadas e influye en la calidad de vida de quién la sufre: “Es un problema del que la gente no es consciente. Una persona de 20 años en diálisis en España tiene una esperanza de vida cuarenta años menor que una persona que no está en diálisis”, ejemplifica. Al ser una enfermedad silenciosa los cribados son fundamentales. El experto destaca que para su detección el criterio diagnóstico son un análisis de sangrey otro de orina y sin ellos no se puede detectar la enfermedad.
“Debemos seguir las guías europeas de prevención de riesgo cardiovascular y que las personas conozcan su ABCDE”
“En un análisis de sangre siempre se analiza la glucosa que permite diagnosticar la diabetes, el colesterol que permite detectar la hipercolesterolemia, y la creatinina que permite diagnosticar la función renal”, explica el doctor. Pero apunta que cuando la enfermedad se detecta a través de un análisis de sangre significa que la función equivalente a uno de los riñones ya se ha perdido y el otro está dañado por la misma causa que se llevó por delante al primero. Por eso, apuesta por nuevas formas diagnósticas más sencillas y baratas: el análisis de orina para la albuminuria. “Esta prueba permite detectar a personas que tienen los riñones dañados pero que no han perdido su función todavía y es posible mantener esa funcionalidad durante mucho tiempo”, destaca.
El Dr. Ortiz reclama a la sanidad pública española que la albuminuria esté a la misma altura que la creatinina para la enfermedad renal, el colesterol para la hipercolesterolemia o la glucosa para la diabetes. “Estamos luchando porque haya conocimiento a nivel de la sociedad, de las autoridades sanitarias y de los médicos de la importancia de este análisis de orina”, declara.
“Debemos seguir las guías europeas de prevención de riesgo cardiovascular que dicen: que todo varón por encima de 40 años, toda mujer por encima de 50 años o postmenopáusica, debe conocer su ABCDE”, reclama el doctor. "A" significa "albuminuria", "B" corresponde en inglés a "presión arterial", "C" se refiere a "colesterol", "D" significa "diabetes" y "E" hace referencia a la "estimación de la función renal, como filtrado glomerular", a partir de la creatinina en sangre, que muestra qué tan bien los riñones eliminan desechos de la sangre. El perfil ABCDE no sólo ayuda a identificar el riesgo de enfermedad renal, sino también de enfermedades cardiovasculares. Conocer estos datos puede llevar a pacientes y facultativos a tomar medidas preventivas en una fase temprana. Tanto en el caso de la insuficiencia cardíaca como de la enfermedad renal, cuanto antes se detecten estas enfermedades, mejores son los resultados del tratamiento.