Las malas condiciones laborales perjudican la salud mental de los trabajadores sanitarios. Así lo ha dado a conocer la OCDE en su último informe sobre entornos de trabajo en el sector de la salud. De hecho, “más de la mitad de los médicos y enfermeras que trabajan en hospitales en los países de la OCDE piensan que los niveles de personal y el ritmo de trabajo no son suficientes para brindar atención segura”.
“La escasez generalizada en el sector de la salud empeora las condiciones de los trabajadores, que pueden estar expuestos a largas jornadasy a recursos y apoyos laborales inadecuados”, se alerta. En este sentido, cabe destacar que el sector representó el 11% de todas las lesiones laborales no mortales en los países de la Unión Europea en 2017. En este sentido, vemos que los principales tipos de lesiones y daños laborales en la atención sanitaria incluyen infecciones, violencia interpersonal, lesiones físicas, e incluso enfermedades que afectan a la salud mental.
Además, las enfermeras se llevan la peor parte. Según las cifras de la OCDE, estas trabajadoras ocupan el puesto más alto en términos de riesgos para la salud y la seguridad en el trabajo. Más concretamente, si la media de estos riesgos en el conjunto de la unión se sitúa en un 34%, este sector en concreto presenta un 69%.
La escasez en el sector de la salud empeora las condiciones de los trabajadores, que pueden estar expuestos a largas jornadas y a recursos inadecuados
Es más, el 61% de las enfermeras de la Unión Europea ha experimentado tensión laboral, según se informa. Pero los datos en salud mental son aún peores: de media, casi el 40% de los médicos de atención primaria menores de 55 años se sienten agotados, y más del 10% quisiera dejar de atender pacientes.
Desde la entidad también se alerta de que la inseguridad en el entorno laboral de los profesionales sanitarios afecta directamente a la calidad de la asistencia que brindan. “Se ha descubierto que la seguridad de los trabajadores y la seguridad del paciente están estrechamente vinculadas”, explican. Por ello, “es esencial contar con personal sanitario suficiente y bien capacitado para garantizar la cobertura sanitaria universal y la agilidad en tiempos de crisis”.
Es por ello que la OCDE pone sobre la mesa una “prioridad clave a corto plazo”. Esta sería la de aumentar las tasas de retención de los profesionales sanitarios para evitar así la escasez. Para ello, se debe atender a las condiciones laborales que se ofrecen a estos profesionales, pues “menos de la mitad de los médicos de atención primaria en la mayoría de los países están satisfechos en general con la calidad de su trabajo, incluidos aspectos de ingresos, tiempo dedicado a cada paciente, carga de trabajo diaria, tiempo dedicado a tareas administrativas, o conciliación”.
Menos de la mitad de los médicos de atención primaria en la mayoría de los países están satisfechos en general con la calidad de su trabajo
Otra de las claves que se proponen es la medición de resultados de satisfacción de los trabajadores. Según la entidad, disponer de información sobre la percepción que tienen los propios trabajadores de sus condiciones, es “crucial para identificar el apoyo y los recursos necesarios para mantener y mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de la salud para respaldar la prestación de atención segura y de alta calidad a los pacientes”.
Así, se propone aumentar la cobertura nacional de encuestas que evalúan las condiciones laborales de los trabajadores de la salud. Además, se propone crear plataformas de colaboración internacionales. Es decir, compartir la información nacional con otros países para mejorar la cobertura. De esta manera se podría armonizar las métricas, intercambiar conocimientos y experiencias e implementar mejoras.
Finalmente, se recomienda también crear mediciones e indicadores comunes para poder medir las evaluaciones y compararlas a nivel internacional. “Desarrollar un conjunto de indicadores comunes o armonizar los indicadores ya utilizados, podría permitir la evaluación comparativa internacional y las comparaciones tanto dentro como entre países”. De esta manera se explica que al alinear los enfoques de medición, los países pueden evaluar su desempeño, identificar áreas de mejora y esforzarse por alcanzar la excelencia en la provisión de un entorno seguro y de apoyo para los trabajadores de la salud.