Los profesionalessanitarios, junto a otros trabajadores esenciales, han sido uno de los colectivos que más se han visto afectados durante la pandemia de Covid-19. El desconocimiento de la enfermedad, la intensa atención a los pacientes y la saturación asistencial han tenido un importante impacto sobre su salud mental, generándoles importantes niveles de estrés.
Esta circunstancia, no obstante, no ha llegado de primeras con la pandemia. Antes incluso, el colectivo sanitario estaba expuesto a importantes cargas laborales, situación que se ha agravado de forma muy importante con la llegada del coronavirus. Bajo este contexto y con el propósito de propiciar una mejora en la salud mental de los sanitarios, la Comisión Europea solicitó la opinión al Panel de Expertos independiente que analiza formas efectivas de invertir en salud (EXPH).
Los expertos proponen que se potencie la idea del bienestar mental del personal sanitario "como parte inherente del lugar de trabajo"
Recientemente, este plantel compuesto por 15 expertos, han emitido un dictamen con recomendaciones para tratar de impulsar un cambio al respecto. Con ellas, se dirigen especialmente a los responsables nacionales y de la UE que son los encargados de llevar a cabo las políticas de salud.
Durante la exposición, los expertos instan a cambiar el enfoque de la salud mental, de forma que no se centre tanto en la escala de enfermedad sino que potencie el lado asociado al bienestar. En este sentido, proponen que se potencie la idea del bienestar del personal sanitario “como parte inherente del lugar de trabajo”. Además, invitan a actuar en todos los niveles posibles, poniendo el énfasis en la “prevención de los riesgos psicosociales relacionados con el trabajo y el fortalecimiento de los factores protectores”.
OCHO RECOMENDACIONES
La primerarecomendación redunda en la anterior idea: centrarse en los aspectos positivos de la salud mental, promoviendo así el bienestar. La segunda, relacionada con ello, pasa por tratar el bienestar mental del personal “como parte inherente de la organización”, a través de la elaboración de un plan específico, identificando los peligros que se dan en el lugar y mejorando los protocolos.
Proteger la salud mental en la legislación laboral, elaborar planes específicos en los centros o preparar a las organizaciones para promover un bienestar mental positivo son algunas de las recomendaciones
Crear un entorno de apoyo es la tercera propuesta. Para ello, plantean proteger la salud mental “en la legislación del mercado laboral” abordando las condiciones del empleo, desarrollando herramientas de detección o asegurando la rendición de cuentas de las entidades responsables. Mientras, la cuarta pasa por crear una “metodología de análisis de costo-beneficio de intervenciones de bienestar mental”.
La quinta recomendación se refiere a facilitar financiación para ayudar a “construir una base de conocimientos” y que se puedan “implementar intervenciones innovadoras y efectivas y programas de bienestar mental”. En cuanto a la sexta, los expertos proponen que a nivel de la UE se identifiquen “intervenciones estructurales de bajo coste pero efectivas” que puedan efectuarse “rápidamente” por los Estados miembros.
La séptima propuesta se centra en preparar y capacitar tanto a las organizaciones como a sus líderes para “promover un bienestar mental positivo en sus organizaciones”. Además, plantean una formación a largo plazo y brindar apoyo para situaciones de emergencia. Mientras, la octava y última recomendación se refiere a “asegurar la derivación adecuada a los servicios de salud” y desarrollar “un enfoque integrado basado en la atención primaria y la salud mental comunitaria”.