“A la hora del MIR, muchas mujeres eligen especialidades que tengan menos guardias para poder conciliar su vida laboral y familiar, pero a costa de su desarrollo profesional”
En el caso de la maternidad, los médicos cuentan con un obstáculo que les diferencia de otras profesiones: las guardias de 24 horas. En este caso, como señala Bartolomé en declaraciones a Consalud.es, los facultativos tienen un sistema de regulación de guardiascomún (sin distinciones entre hombres y mujeres), aunque suele ser la mujer la que acaba acogiéndose a las exenciones.“Muchas médicas piden exenciones de guardias por cuidado de menores o bien por tener familiares a su cargo, reduciendo así su número de horas de guardias trabajadas y, por tanto, su salario”, explica Bartolomé. Por otra parte, otra tendencia común para mujeres que están embarazadas o tienen intención de estarlo es, a la hora de elegir la especialidad MIR, decantarse por especialidades que requieran de realizar menos guardias “con el fin de conciliar su vida familiar con el trabajo, pero siempre a costa de su propio desarrollo profesional, claro”.
En lo que respecta al período de baja maternal (que en España es de 16 semanas para la mujer, frente a las 28 de media en los países de la Unión Europea), la portavoz sindical recuerda que, en algunas comunidades autónomas, el sistema permite anexar a esta baja el período de lactancia, pero en otras, sin embargo, no. Al igual que, en el caso de los hombres, algunas autonomías permiten tomarse cuatro semanas de baja maternal “para tener una corresponsabilidad”, pero otras tampoco dan esa posibilidad.
BAJA POR RIESGO BIOLÓGICO
Otro de los aspectos que perjudican a la mujer sanitaria, durante su período de gestación, es el riesgo laboral que puede sufrir en determinados servicios o actividades. “Hay especialidades dentro de la Medicina y actividades que serían incompatibles con un embarazo, como estar trabajando en Infecciosas, en salas de rayos o estar subiendo y bajando de una ambulancia, porque puede perjudicar a la mujer y al hijo”, añade Bartolomé.
Ante estos casos, la profesional puede solicitar la adaptación del puesto de trabajo y, en caso de que esto no sea posible, la mujer deja de trabajar pero manteniendo el 100% de su salario, que asume la Administración. No obstante, esto no siempre ocurre así, como yadenunció el Sindicato Médico de Andalucía.
OBSTÁCULO PARA LA CONTINUDAD LABORAL
Todos estos derechos plasmados sobre papel, en cambio, no impiden que haya “mobbing maternal” es decir, que la mujer se vea presionada “por reivindicar sus derechos laborales y por razón de su sexo”. Esto, incluso, afecta a la continuidad laboral y el acceso a los empleos en el propio sistema público, como señalan algunos estudios.
Por todo ello Bartolomé considera que “en un mundo donde sanitariamente más del 60% de los profesionales son las mujeres, se deberían articular medidas que realmente conciliarían la salud laboral y la vida familiar”.
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