El Ministerio de Sanidad trasladó a la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), este pasado jueves 14 de marzo, la propuesta de nuevas medidas para el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo. Una estrategia que levaba varios años en el cajón del departamento de Sanidad y que plantea como medidas más destacadas ampliar los actuales espacios libres de humo, elevar el coste de las cajetillas, financiar desde el SNS los tratamientos antitabaco o equiparar las nuevas modalidades tabáquicas –cigarrillos electrónicos y vapeadores-.
En este contexto, las CC.AA. apuran los 15 días habilitados desde el Ministerio para proponer mejoras o enmiendas a los planteamientos ya trasladados en la Comisión. Entretanto, desde ConSalud.es hemos querido conocer la valoración del presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), Francisco Salvador Pascual, quien considera que se trata de “un documento completo y ambicioso que nos ayudaría a disminuir el número de fumadores y la morbimortalidad asociada al tabaco”; igualmente, también apunta que “no difiere demasiado del borrador en el 2021 ya se nos presentó a todas las entidades”.
Se felicita por el hecho de que cuando analizas el documento puedes observar que “está casi todo contemplado: el etiquetado genérico, los precios, los espacios sin humos, el tratamiento, etc.”
Desde CNPT se muestran conformes con el documento, si bien, son conscientes de que las propias medidas recogidas “están pendientes de interpretaciones y tienen sus propios recorridos políticos e intereses, lo que implicaría que “pueda costar más o menos” ponerlas en práctica. “Desde el punto de vista científico, la evidencia probada y la necesidad de disminuir el tabaquismo, es un documento muy correcto”, remarca Pascual. No en vano, la propuesta de Sanidad se adhiere a las líneas de actuación en el ámbito apuntadas desde la comunidad científica internacional y la propia OMS.
El responsable del CNPT se felicita por el hecho de que cuando analizas el documento puedes observar que “está casi todo contemplado: el etiquetado genérico, los precios, los espacios sin humos, el tratamiento, etc.”, lo que le lleva a asegurar que “si se pudiese avanzar en todos estos campos, el objetivo de llegar a un 5% de fumadores en España para 2040 –cifra recomendada por la OMS- podría lograrse”. Por tanto, en relación a si desde su organización ampliarían alguna de las actuaciones, apostilla que “no añadiría más pólvora, por riesgo documento estalle”.
RENOVADA APUESTA FRENTE AL TABACO
La propuesta ‘revitalizada’ por el Ministerio de Sanidad ha suscitado un importante consenso entre las entidades del ramo, las sociedades científicas y los colectivos de pacientes, como sucediera años atrás. “El hecho de que estuviese parada desde 2021 no era una buena noticia. España ha sido pionera en estrategias antitabaco que servían para reducir la prevalencia y la mortalidad asociada, y la parálisis que vivíamos había hecho que la curva descendente se hubiese frenado”. Ante esta realidad observada desde CNPT, están “contentos de que la iniciativa se ponga en marcha de una vez”, remarca.
“Ofrece a los fumadores una estructura sanitaria de ayuda, ofreciendo fármacos y terapias -individualizadas o de grupo- con psicólogos costeadas por el SNS”, valora el presidente de CNPT
Entre las medidas a destacar aparece el hecho, no sólo de limitar el consumo de tabaco a través de estrategias coercitivas, sino también el de favorecer el acompañamiento asistencial a aquellas personas que se plantean dejar el hábito tabáquico. “Ofrece a los fumadores una estructura sanitaria de ayuda, ofreciendo fármacos y terapias -individualizadas o de grupo- con psicólogos costeadas por el SNS”, valora el presidente de CNPT, quién va más allá, destacando que el plan integral “se preocupa también por ofrecer respaldo a las familias españolas que viven del cultivo del tabaco para que reconviertan sus plantaciones”.
Con todo ello, el plan nacional no olvida que las personas fumadoras no son figuras a perseguir, sino víctimas de una adicción a las que, como a cualquier otra persona enferma, es necesario asistir. “El tabaquismo es una enfermedad de enfermedades; a la propia adicción le acompañan otra serie de patologías. Más que de una ley antitabaco, habría que referirse a ella como una ‘ley prosalud’”, asegura Pascual, quien destaca que “a nadie se le va a prohibir fumar”, sino que se le instará a hacerlo en el marco del derecho de “respetar la libertad, que también tienen los demás, a no tragar su humo”.
MALOS HUMOS FRENTE AL CAMBIO
Uno de los colectivos más reticentes a la puesta en marcha de estas medidas es el de la hostelería, restauración y locales de ocio, quienes temen que la imposibilidad de fumar en sus terrazas desaliente a los clientes de acudir a los mismos. “Toda la estrategia debe formar parte de un trabajo conjunto de muchos ministerios (Hacienda, Turismo y Comercio, Justicia, Sanidad, etc). Asimismo, hay que explicar a quienes temen perder dinero que la hostelería, como ya se vio en 2010, nunca se ha visto mermada por medidas de este tipo, todo lo contrario”, considera.
El lobby “está muy presente en nuestro país y tiene más peso del que creemos, así que puede estar detrás de que se pospongan muchas medidas”; asimismo, resulta importante “poner freno” a las nuevas modalidades tabáquicas
Por otra parte, el máximo responsable de Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo invita a ser conscientes de que “en el Club de la Hostelería están presentes como miembros Philip Morris y La Mesa del Tabaco”, los dos grupos más importantes de fabricantes y distribuidores de tabaco en España. El lobby “está muy presente en nuestro país y tiene más peso del que creemos, así que puede estar detrás de que se pospongan muchas medidas”; asimismo, resulta importante “poner freno” a las nuevas modalidades tabáquicas, como vapeadores o cigarrillos electrónicos, para “evitar un desvío del consumo”, concluye el presidente de CNPT.