Investigadores del CiMUS, coordinados por Pablo Aguiar, investigador de CiMUS de la USC y el IDIS, han llevado a cabo una investigación internacional que demuestra que las personas que presentan tauopatía primaria relacionada con la edad (PART) no siempre desarrollan la enfermedad de Alzheimer, como hasta ahora sostenía la ciencia.
Desde hace tiempo, los científicos saben que cuando se encuentran ante un paciente con una acumulación anormal de proteína tau en el cerebro, conjuntamente con la presencia de placas de amiloide, están ante un diagnóstico de Enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, algunas personas mayores sufren acumulación anormal de esta proteína tau en ausencia de placas de amiloide (tauopatía primaria relacionada con la edad, PART).
Se trata de una investigación en la que participan además Michael Schöll, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y Michel Grothe, del Instituto de Biomedicina de Sevilla. En su publicación en la revista JAMA Neurology, los científicos hicieron uso de la tomografía por emisión de positrones (PET) con un trazador sensible al tau patológico para confirmar que una cantidad significativa de personas con deterioro cognitivo padecen PART. Demostraron que estos pacientes continuaron acumulando tau patológico a lo largo del tiempo, pero a un ritmo mucho más lento que las personas con alzhéimer y en una zona restringida del cerebro.
Tras los resultados, los investigadores concluyen que, aunque esta acumulación de tau en individuos con PART no se puede considerar estrictamente como un proceso benigno, la evolución de los pacientes es completamente diferente a los pacientes con alzhéimer. En base a estos resultados, PART y la enfermedad de Alzheimer representan probablemente dos entidades patológicas diferentes, cada una de las cuales requerirá de un tratamiento específico. En este sentido, el PET de tau, originalmente ideado para detectar tau en la enfermedad de Alzheimer, puede tener una nueva utilidad diagnóstica detectando pacientes con PART, para los cuales no existe, en la actualidad, ningún biomarcador diagnóstico.
METODOLOGÍA
Para demostrarlo, los coautores principales del trabajo, Alejandro Costoya-Sánchez de la Universidad de Santiago de Compostela y Alexis Moscoso de la Universidad de Gotemburgo, analizaron imágenes PET de amiloide y tau, imágenes de resonancia magnética nuclear, biomarcadores de líquido cefalorraquídeo, y resultados de pruebas neuropsicológicas de 965 personas, que provenían de tres estudios internacionales: la Alzheimer’s Disease Neuroimaging Initiative (ADNI), el Harvard Aging Brain Study (HABS) y el estudio AVID-A05. La mitad eran mujeres, su edad promedio era de 74 años y el 93% eran caucásicos.
De todos los participantes, 264 pacientes tuvieron PET de tau positivo y PET de amiloide negativo, y por tanto fueron clasificados como individuos PART. Por otro lado, 451 pacientes tuvieron PET de tau positivo y PET de amiloide positivo, y fueron clasificados como pacientes con alzhéimer. El resto de los individuos mostraron biomarcadores negativos y estaban clínicamente sanos a nivel cognitivo, por lo que fueron clasificados como controles.
Los resultados de la comparación entre estos grupos mostraron que, al inicio del estudio, las personas con alzhéimer presentaban acumulación de tau generalizada en los lóbulos temporal, parietal y frontal
Los resultados de la comparación entre estos grupos mostraron que, al inicio del estudio, las personas con alzhéimer presentaban acumulación de tau generalizada en los lóbulos temporal, parietal y frontal, mientras que en los pacientes con PART esta acumulación se limitaba principalmente al lóbulo temporal medial. Durante los tres años de seguimiento, los participantes con PART acumularon poco tau, y restringido a los lóbulos temporales. En cambio, las personas con alzhéimer acumularon casi tres veces más tau anualmente en toda la corteza cerebral.
La atrofia y el deterioro cognitivo en estos individuos reflejaron el efecto de esta acumulación de tau. En los pacientes con PART, la atrofia se limitaba al lóbulo temporal medial, y el resto de la corteza permanecía intacta, a diferencia de los pacientes con alzhéimer, que mostraron atrofia en otras regiones corticales más allá del lóbulo temporal. Además, el deterioro cognitivo que presentaron los individuos con PART fue muy leve, casi tres veces inferior al deterioro que presentaron los pacientes con alzhéimer. Los investigadores pudieron concluir que los pacientes con PART muestran tasas de progresión significativamente más lentas en comparación con las de los pacientes con alzhéimer.
REPERCUSIÓN INTERNACIONAL
Desde su publicación, el trabajo ha tenido una repercusión importante entre los científicos a nivel global, con editoriales, comentarios y aproximaciones de distinta índole de expertos de entidades de diferentes puntos, como la Universidad de California, Berkeley, la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford o la propia Universidad de Gotemburgo sobre el alcance de este trabajo. En conclusión, los resultados de esta investigación pionera sugieren que PART parece ser una entidad patológica distinta a la enfermedad de Alzheimer que, a pesar de compartir algunas características similares, tiene unas consecuencias clínicas y patológicas distintas, por lo que probablemente requiera de un enfoque terapéutico diferente. En este sentido, el PET de tau puede ser una herramienta útil para detectar pacientes con PART y estudiar el efecto de nuevas terapias enfocadas a esta patología tan prevalente en la población envejecida