Dentro de su labor de atención al paciente uno de los cometidos que vienen desarrollando los profesionales de enfermería es la prescripción de medicamentossujetos a receta frente a un problema de salud. Este cometido, históricamente desarrollado exclusivamente por los médicos, ha venido abriéndose paso entre las funciones de enfermería para determinados ámbitos. Se trata de una de las principales reivindicaciones del colectivo, quien lo considera necesario para reducir el gasto sanitario y mejora la atención de los usuarios en el Sistema Nacional de Salud (SNS). La propia legislación estatal ya regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros en determinadas circunstancias.
Este mismo miércoles, 26 de abril, ha tenido lugar un nuevo encuentro de la Comisión de Farmacia en la que toman parte profesionales del ramo junto con el Ministerio de Sanidad y representantes de la Comunidades Autónomas. En este encuentro se continuará trabajando para desarrollar la normativa sobre las guías y protocolos para la prescripción de los medicamentos por parte de las enfermeras. El vicepresidente III del Consejo General de Enfermería (CGE), José Luis Cobos, al tanto de las últimas novedades al respecto, traslada a ConSalud.es los avances y la radiografía de esta realidad en nuestro país.
“En la comisión estamos analizando qué otros procesos similares -hasta ahora restringidos a la prescripción- pueden abrirse también a la indicación”
En la actualidad la normativa nacional de prescripción enfermera de medicamentos recoge cinco diferentes protocolos de actuación que habilitan al profesional a llevarla a cabo en lo referente a heridas, quemaduras, diabetes, hipertensión y ostomías. Unos campos de trabajo en los que se viene actuando y que esperan ir sucesivamente ampliando. “En la comisión estamos analizando qué otros procesos similares -hasta ahora restringidos a la prescripción- pueden abrirse también a la indicación de medicamentos por parte de la enfermera”, explica Cobos. Se trata de un trabajo conjunto con Sanidad y los diferentes responsables autonómicos para aunar criterios y delimitar el marco de actuación.
El Ministerio de Sanidad, a través de esta Comisión de Farmacia, establece a nivel estatal la autorización para que las enfermeras puedan indicar estos medicamentos y luego las CC.AA. han de adaptarlo de forma paulatina dentro de sus circunstancias. “Todas las comunidades autónomas lo están implementando, pero a nuestro parecer está siendo muy lento y deberían desarrollarlo de forma más ágil. Al fin y al cabo, se trata de una prestación en beneficio de la sociedad”. Entre las regiones donde su implementación esta aplicándose de manera más destacada, desde el CGE destacan al “País Vasco, Cataluña o Madrid; asimismo, Andalucía podría ser la pionera, al ser la primera en disponer de una normativa al respecto”.
“Entendemos que su implementación se venga haciendo de manera paulatina. Sin embargo, la prescripción de medicamentos en enfermería es una realidad que la ciudadanía viene normalizando”
El camino para lograr esta reivindicación del colectivo enfermero ha sido largo y su implementación es ya totalmente efectiva, aunque se viene dilatando en el tiempo más de lo que al CGE le gustaría. Desde el año 2009 comenzó a legislarse en España esta habilitación para el colectivo enfermero; con un posterior desarrollo definitivo en el Real Decreto de 2018. Desde entonces, los diferentes territorios españoles han estado trabajando para amoldar esta medida a su marco normativo autonómico. Un proceso colectivo que, en el cómputo del territorio, ha finalizado recientemente.
En concreto, a finales del 2022 se logró un marco concreto aplicado para cada región. “El pasado mes de diciembre terminó el proceso por el que tenemos una normativa en este ámbito para todas las CC.AA. “Entendemos que su implementación se venga haciendo de manera paulatina. Sin embargo, la prescripción de medicamentos en enfermería es una realidad que la ciudadanía viene normalizando”, destaca el responsable del CGE. Así, cada vez más se está viendo que las enfermeras, en su atención sanitaria, tienen a su alcance poder indicar determinados fármacos de forma totalmente segura y autónoma.
“El afectado acude directamente a la enfermera, quien inicia y termina el proceso de atención; sin necesidad de dirigirse reiteradamente al médico”
Esta realidad supone una serie de ventajas importantes tanto para los pacientes como para los propios profesionales sanitarios y el SNS en general. Estos protocolos facilitan el seguimiento habitual de los pacientes, especialmente con patologías crónicas –hipertensión o diabetes-, y el acceso a la medicación o al cuidado de heridas en procesos agudos. “El afectado acude directamente a la enfermera, quien inicia y termina el proceso de atención; sin necesidad de dirigirse reiteradamente al médico para recibir su receta”, asevera Cobos. Lo cual permite descongestionar la sobrecarga de citas en consulta de los facultativos y reducir sus agendas.
El ahorro de costes que supone para los sistemas sanitarios públicos es otro elemento a favor de esta progresiva prescripción enfermera. El vicepresidente III del CGE remarca que, según algunos estudios, en Andalucía la implementación de estos protocolos “han supuesto en los primeros años” un reducción en los costes acometidos por su sanidad de “entre 4 y 5 millones de euros”. Por otro lado, la legislación nacional al respecto y las normativas autonómicas han conllevado para los profesionales de enfermería mayor tranquilidad y seguridad jurídica para acometer su trabajo.
ANTICOAGULACIÓN, PROCESOS FEBRILES Y SALUD SEXUAL
Entre los protocolos en los que el Consejo General de Enfermería viene trabajando con las autoridades nacionales y autonómicas en el Consejo de Enfermería, que ha vivido este miércoles una nueva cita, se encuentra la inclusión de nuevos ámbitos de prescripción. En concreto se trabaja en el análisis y futura incorporación de medicamentos relacionados con la anticoagulación, la salud sexual –anticonceptivos- y los procesos febriles. En el caso de los primeros, aclara Cobos, “las enfermeras ya vienen trabajando en la línea de ajustar la dosis de anticoagulantes tras la pauta inicial por parte del médico”, concluye José Luis Cobos.