El Consejo General de Enfermería reivindica, con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, el papel educador y concienciador de los enfermeros para lograr una sociedad sin odio, diversa y plural. Así, el CGE ha querido aprovechar la ocasión para apostar por el trabajo de las enfermeras escolares y de Atención Primaria para detectar casos de discriminación y luchar contra ellos desde dentro del sistema sanitario.
Los delitos de odio en España aumentaron un 70% en 2022, con respecto a 2019, según los últimos datos del Ministerio del Interior. Según el Informe sobre la Evolución de los Delitos de Odio, las denuncias relacionadas con la orientación sexual o identidad de género son las segundas más numerosas, por detrás de la motivación racista o xenófoba.
A pesar de que se están haciendo grandes avances en la lucha contra la discriminación, aún queda mucho camino por recorrer. Un ejemplo de ello es el atentado de odio que sufrió la sede del Consejo General de Enfermería. El edificio colgó, como todos los años, la bandera LGTBIQ+ (arcoíris) en su fachada pero, días más tarde, apareció rajada y con quemaduras.
Florentino Pérez Raya: "Las enfermeras somos referentes en el cuidado de las personas y no podemos tolerar la discriminación de nadie por ningún motivo"
Tras este incidente, las enfermeras y enfermeros colocaron una bandera de mayor tamaño para denunciar públicamente que están en contra del odio. Tal y como ha apuntado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, “para las enfermeras, tolerancia cero con la discriminación”.
"Las enfermeras somos referentes en el cuidado de las personas y no podemos tolerar la discriminación de nadie por ningún motivo, así como tampoco podemos permitir bajo ningún concepto una escalada de agresiones verbales o físicas", añade Pérez Raya.
Este año, además, se ha querido poner el foco en las personas LGTBI con discapacidad, pues son doblemente estigmatizadas y se enfrentan a mayor discriminación debido a la poca visibilidad que se les da. Para hacer frente a esta situación, los enfermeros apuestan por ofrecer mayor formación a los profesionales sanitarios en materia de cómo tratar y proporcionar mejor atención a estas personas.
“Nos encontramos con mayor estigma. Por ejemplo, una mujer trans con discapacidad tiene que luchar contra la discriminación por su discapacidad, por ser mujer y por ser trans", explica Jesús González, presidente de la Comisión de Diversidades Sexuales y Discapacidad del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).
"Es importante hablar de diversidad en todos los ámbitos, desde los colegios hasta la edad adulta y las enfermeras tienen un papel clave porque todo el que entra en el proceso de formación o el proceso educativo de las personas puede ayudar en este ámbito”, prosigue González.
Raquel Rodríguez: "Estamos a favor de que se realicen programas formativos y poder aprender más sobre las distintas realidades sexuales que existen y que debemos tratar con respeto y educación en todas las consultas"
Así, los profesionales defienden que las administraciones preparen programas para proteger al colectivo y que cuenten con los enfermeros para ello. "Además, las enfermeras somos profesionales en continua actualización de conocimientos. Por eso, estamos totalmente a favor de que se realicen programas formativos y poder aprender más sobre las distintas realidades sexuales que existen y que debemos tratar con respeto y educación en todas las consultas", añade Raquel Rodríguez Llanos, vicepresidenta del CGE.
Por otro lado, el CGE ha hablado con tres personas LGTBIQ+ con discapacidad, con el objetivo de descubrir más sobre la realidad que viven. “Está muy extendida la idea de que únicamente puedas ser sorda, pero no sorda y lesbiana”, cuenta Rocío Tato, actriz con discapacidad auditiva, que pide afrontar esas situaciones “desde una mirada que abrace la diversidad, derribando tabúes y educando en igualdad desde todos los ámbitos”.
Rocío, además, defiende que la formación en el mundo sanitario es esencial “porque todavía es recurrente que en las consultas te hagan preguntas heteronormativas”. “Sería interesante que personas del colectivo pudieran explicar estas realidades a los profesionales sanitarios”, añade Enrique Ponce, hombre trans de 30 años con discapacidad visual.
Finalmente, José Luis Sánchez, hombre gay con una discapacidad física, concluye que “las enfermeras y enfermeros tienen una sensibilidad especial con las personas y me consta que, por ejemplo, las escolares, están muy atentas en los casos de acoso escolar".