CGE: “La enfermería penitenciaria está falta de efectivos y necesitada de actualizar protocolos”

En España existen menos de 600 profesionales de Enfermería para los alrededor de 46.000 internos. El secretario general del CGE, Dr. Diego Ayuso Murillo, nos traslada la realidad de este colectivo

El secretario general del CGE, Diego Ayuso, atiende a ConSalud.es. (CGE)

La enfermería penitenciaria es, en cierto modo, una de las facetas más olvidadas de este colectivo sanitario. De la misma manera que ocurre con sus compañeras en los servicios de salud, padecen una falta crónica de efectivos que limita la capacidad de ofrecer una mejor asistencia a sus pacientes. Igualmente, se enfrentan a una serie de particularidades concretas asociadas a tener que atender dentro de un centro penitenciario, como el hecho de no encontrarse suscritos al Ministerio de Sanidad, sino ser funcionarios del Ministerio del Interior con su oportuna oposición para acceder al puesto.

Para adentrarnos en la actual radiografía nacional de este colectivo que vela por la salud de los reclusos, el secretario general del Consejo General de Enfermería de España (CGE), Dr. Diego Ayuso Murillo, aclara a ConSalud.es que “en todo el país el número de enfermeras que trabajan en prisión no llegan a las 600” para cubrir a los alrededor de 46.000 internos en el sistema penitenciario español. Una patente escasez de efectivos que les lleva también a padecer “cierta invisibilización profesional y falta de representación” a la hora de tratar de elevar sus demandas.

“No fue hasta el 2019 cuando, a instancia del colectivo y con la colaboración de CGE, se aprueba una resolución para actualizar las competencias de estas enfermeras"

En esta línea, el secretario aclara que estos trabajadores se han venido rigiendo hasta hace bien poco por un reglamento totalmente obsoleto que data de los años ochenta. “No fue hasta el 2019 cuando, a instancias del colectivo y con la colaboración del CGE, se aprueba una resolución para actualizar las competencias de estas enfermeras y, posteriormente, se logra publicar el nuevo documento marco un año después”, destaca. Con ello, quedaron atrás 40 años en los quelas funciones para las enfermeras de prisiones no habían sido actualizadas a nivel normativo.

Sin embargo, desde el CGE destacan que, más allá de este importante avance, estas profesionales de Enfermería siguen teniendo una situación "muy compleja" por varios factores que merman sus condiciones laborales. Una de estas circunstancias tiene relación directa con la falta de compañeros facultativos. “Las prisiones de nuestro país carecen de suficientes médicos y los que hay se están jubilando sin poderse reponer sus plazas. Esto lleva a que las enfermeras y enfermeros de prisiones se encuentren muchas veces solos a la hora de realizar su actividad asistencial”, alerta el Dr. Ayuso.

"Las enfermeras y enfermeros tenemos nuestras competencias y funciones claramente definidas; pero somos profesionales de Enfermería, no somos médicos ni pretendemos serlo”

La imposibilidad que surge para poder atender a los pacientes reclusos en compañía de un médico, conlleva una serie de consecuencias negativas en el profesional y paciente. “Evidentemente, es un problema. Las enfermeras y enfermeros tenemos nuestras competencias y funciones claramente definidas; pero somos profesionales de Enfermería, no somos médicos ni pretendemos serlo”, aclara el secretario. Una circunstancia que se hace más palpable en situaciones más graves en las que la presencia de un facultativo es ineludible en la intervención.

De esta manera, la falta de médicos lleva a que las enfermeras penitenciarias se encuentren solas y se vean exigidas a “tomar decisiones que no les corresponden y deberían ser responsabilidad última de los facultativos”. Un escenario, relata, que implica un perjuicio para los pacientes, que se encuentran privados de la oportuna atención de un equipo de sanitarios, pero también crea una situación de “desamparo legal” para las propias profesionales de Enfermería, que han de salirse de su marco competencial en determinadas situaciones.

Surge la necesidad de que se formalicen unos “protocolos de decisión en ausencia de médico”; los cuales estarían firmados por los responsables de las diferentes prisiones"

A la vista de esta realidad, entre las reivindicaciones que apuntan desde el Consejo General de de Enfermería, surge la necesidad de que se formalicen unos “protocolos de decisión en ausencia de médico”; los cuales estarían firmados por los responsables de las diferentes prisiones y “dotarían a las enfermeras de mayores competencias”. Sin embargo, estas nuevas funciones recogidas en los marcos de actuación “siempre deberían circunscribirse exclusivamente al ámbito competencial puramente enfermero”. Una iniciativa que no es nueva, pues se aplica ya en los hospitales de nuestro país cuando hay una toma de decisión que se puede delegar en una enfermera.

PERFIL DE LOS PACIENTES

El trabajo que desempeñan las enfermeras en centros penitenciarios es muy variado y similar en competencias al de cualquier compañera, pero cuentan también con “una parcela muy específica ligada a la tipología de sus pacientes”. No en vano, en muchos casos, los residentes en prisiones son personas provenientes de ámbitos marginales, en los cuales la atención sanitaria o continuidad asistencial ha brillado por su ausencia y se han visto “más propensos a situaciones tóxicas, malos hábitos y adicciones”, apunta el Dr. Ayuso.

De la misma manera, entre las intervenciones llevadas a cabo por estas enfermeras se encuentra también, con gran frecuencia, “el ámbito de la salud mental o el tratamiento de patologías como el sida”. Todo ello prueba la importante labor de este colectivo por ofrecer la mejor asistencia sanitaria a personas con dolencias que “habitualmente no han sido diagnosticadas previamente y a las que tienen que hacer frente en la cárcel”, concluye el secretario general del Consejo General de Enfermería de España.

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