Salvaguardar la salud de la juventud es esencial para asegurar beneficios sanitarios a largo plazo. Este bienestar futuro está ligado a la calidad de la educación y promoción de la salud recibida durante la etapa escolar. Por ende, la correcta atención de las necesidades sanitarias y educativas de los menores se erige como un pilar fundamental.
En este contexto, el rol de la enfermera escolar adquiere una relevancia determinante, si bien esta figura aún escasea a nivel nacional, con apenas una enfermera por cada 6.685 alumnos, y su reconocimiento sigue siendo limitado. Esta carencia y falta de reconocimiento amenazan con desatender adecuadamente las necesidades de salud y sanitarias de los estudiantes españoles en los centros educativos, especialmente cuando el 25% de ellos sufre enfermedades crónicas, según el último informe del Observatorio de Enfermería Escolar del CGE.
Ante esta situación, el Consejo General de Enfermería (CGE) y otras 15 entidades han instado a una colaboración entre los Ministerios de Sanidad y Educación para impulsar un procedimiento común que garantice la presencia de enfermeras escolares en todo el país. Esta iniciativa busca establecer criterios normativos homogéneos en cuanto a competencias, formación, dependencia y grado de integración de la enfermera escolar en la comunidad educativa. Algunas comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha, Canarias, Asturias, Ceuta y Melilla, ya han brindado su apoyo para hacer realidad este objetivo de manera gradual pero inmediata, mientras que otras, como el País Vasco y la Comunidad Valenciana, se sumarán en breve a esta iniciativa.
En este proceso, el CGE y las comunidades autónomas han establecido un diálogo orientado a avanzar en la implantación de la enfermera escolar en todo el territorio nacional, teniendo en cuenta el déficit existente de este personal especializado en el ámbito escolar. Estas conversaciones se centran en un cambio de modelo progresivo, adaptado a las particularidades de cada región, que prioriza la promoción de la salud y la atención a la enfermedad. El objetivo es garantizar la calidad de la atención y la seguridad de los estudiantes, fomentando poblaciones más saludables a futuro y asegurando la escolarización inclusiva de niños y niñas con enfermedades crónicas y agudas.
"Desde el CGE hemos insistido en la necesidad de un trabajo en equipo, donde haya programas coordinados entre ambas consejerías y en los cuales se generen apoyos a favor de la implantación de una figura que es determinante para la salud de los menores"
“Es importante conocer el abordaje de los modelos de enfermera escolar que existen en cada comunidad autónoma con el objetivo de dar visibilidad a esta figura. Debemos avanzar en la implantación de la enfermera escolar en todos los centros educativos de España, y desde el CGE hemos insistido en la necesidad de un trabajo en equipo, donde haya programas coordinados entre ambas consejerías y en los cuales se generen apoyos a favor de la implantación de una figura que es determinante para la salud de los menores”, afirma Diego Ayuso, secretario general del CGE.
Canarias ha sido la primera en participar en esta iniciativa, con la colaboración de los consejeros de Sanidad y Educación, así como de profesionales del Servicio Canario de Salud y representantes del Observatorio de Enfermería Escolar del CGE. Este esfuerzo conjunto busca garantizar que los estudiantes y sus familias reciban los mejores cuidados, sentando las bases para una presencia estable de enfermeras en cada centro educativo.
Los consejeros de Sanidad y Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes, Esther Monzón y Poli Suárez, respectivamente, y técnicos del Servicio Canario de Salud, implicados de forma directa en el proyecto de implantación de la enfermera escolar, junto con parte de los componentes del Observatorio de Enfermería Escolar del CGE, como son Diego Ayuso, secretario general del CGE; Guadalupe Fontán, coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera; Begoña Reyero y Marta Guillén, enfermeras del Servicio Canario de la Salud y Silvia Morales, presidenta de la Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (Aceese) han compartido experiencias y estrategias para garantizar la presencia de la enfermera escolar en los centros autonómicos.
“Tanto desde Sanidad, como desde Educación coincidimos en que la apuesta por la enfermería escolar aporta un valor incalculable en la promoción de los hábitos de vida saludables desde la edad temprana y, por tanto, en la prevención de la enfermedad”, afirma Esther Monzón, consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias.
ASTURIAS PRESENTA SU MODELO DE TRABAJO
Asturias ha compartido su enfoque y experiencia en la atención integral a alumnos y familias, destacando la importancia de una figura de referencia en los centros educativos, aunque no necesariamente presente todos los días. David Artime, director general de Inclusión Educativa y Ordenación de Asturias, junto con el Observatorio de Enfermería Escolar del CGE, ha abogado por un cambio de paradigma hacia la promoción de la salud en lugar de la atención exclusiva a la enfermedad, resaltando la necesidad de coordinación entre consejerías y una planificación gradual para la escolarización de niños con diversas patologías.
Por otro lado, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla han expresado su interés en el proyecto durante las reuniones mantenidas, mientras que el País Vasco y la Comunidad Valenciana están próximos a exponer su respaldo al plan de integración de enfermeras en las escuelas.
FIGURA REFERENTE EN EL SISTEMA EDUCATIVO
Bajo la dirección de Florentino Pérez Raya, el objetivo del CGE es promover políticas sanitarias que respalden la aprobación de la Ley Nacional de Enfermería Escolar. Esto implica la implementación gradual e inmediata de un plan para integrar a las enfermeras escolares en todos los centros educativos y de formación, lo cual requiere un impulso a nivel estatal para que las comunidades autónomas puedan llevar a cabo acciones que faciliten esta transición y cambio de modelo.
La enfermera escolar aún necesita una bolsa de empleo específica que garantice su estabilidad laboral y una continuidad asistencial más allá del período académico
Las enfermeras escolares son fundamentales en el sistema educativo, colaborando estrechamente con los equipos de atención médica y otros agentes de salud. Sin embargo, aún necesitan una bolsa de empleo específica que garantice su estabilidad laboral y una continuidad asistencial más allá del período académico, así como una titulación o acreditación que respalde su práctica profesional. Estas profesionales no solo proporcionan atención integral a los estudiantes y promueven la salud a través de programas educativos, sino que también abordan problemas de salud mental, prevención de adicciones y promoción de estilos de vida saludables. Además, trabajan en estrategias para fomentar la inclusión social, la diversidad estudiantil y la prevención de la violencia escolar, colaborando con el personal docente, las familias y los servicios de atención médica locales.
CREACIÓN DE UNA CARTERA DE SERVICIOS
El Observatorio del CGE trabaja en la creación de una cartera de servicios como base para instaurar esta figura. “El hecho de trabajar en una cartera de servicios de enfermeras escolares para los centros educativos tiene el objetivo de concretar y sintetizar las principales prestaciones que pueden realizar las enfermeras en los centros educativos, y que sirva de referencia para las administraciones públicas y también para los centros privados a la hora de impulsar la implantación de las enfermeras en escuelas e institutos”, explica Ayuso.
“Las posibilidades de actuación de las enfermeras escolares es muy amplio, va desde abordar de forma sistematizada la educación sanitaria y para la salud, con la adquisición de hábitos de vida saludables, el cuidado y seguimiento de niños y niñas con patologías crónicas que sin una enfermera tendrían complicado su escolarización, minimizando el absentismo escolar y el laboral en sus padres, la atención de episodios agudos, a ser referentes y agentes de salud dirigidos no solo a los alumnos, sino también a profesores y familias”, concluye.