Según diversos estudios, las enfermeras graduadas siguen experimentando una transición difícil desde la universidad hasta la práctica profesional, al igual que las que cambian de unidad o centro de trabajo con una larga trayectoria profesional. Por eso, el Consejo General de Enfermería (CGE), junto a la Universidad de Huelva, ha arrancado un proyecto de investigación que tiene por objetivo “analizar la presencia de estrés en las enfermeras ante contextos clínicos no experimentados previamente”.
Es lo que se suele conocer como “choque de realidad ambiental”, una discrepancia entre las expectativas generadas y las percepciones que se tienen una vez incorporados a la organización. Así, se produce un shock de transición, caracterizado por situaciones de estrés y ansiedad.
“Cuando las enfermeras sufren un cambio laboral, se enfrentan a un mundo de emociones estresantes"
“Se entiende por contexto clínico no experimentado con anterioridad a aquella situación a la que se enfrenta por primera vez un/una enfermero/a en el ámbito asistencial (por ejemplo, el primer contrato de trabajo, un cambio de lugar de trabajo a un puesto en el que no ha estado antes, una rotación continua de puestos en diferentes días o en el mismo día, etc.)”, explica el estudio.
“Cuando las enfermeras sufren un cambio laboral, se enfrentan a un mundo de emociones estresantes relacionadas con la responsabilidad de tener que prestar unos cuidados de calidad en un entorno de trabajo desconocido, donde se espera que demuestren competencias como una enfermera experta”, aseguran los investigadores.
Por este motivo, lo que buscan con el estudio es “evaluar cómo gestionan este miedo y estrés en el entorno laboral, para dotarles de las herramientas necesarias, preservando su salud mental y de este modo prestar unos cuidados de calidad”. Y es que, además de ese citado “choque de realidad ambiental”, las enfermeras también se encuentran expuestas a otros muchos condicionantes.
“No hay que olvidar que España sufre un déficit crónico de enfermeras que pone en peligro el bienestar de la sociedad"
Entre otros, el CGE cita como algunos de estos condicionantes a la escasez de personal, las cargas excesivas de trabajo, los trabajos nocturnos, los largos turnos de trabajo, un elevado número de horas trabajadas a la semana, una alta frecuencia en cambios de servicio y una elevada carga psicológica debida al manejo de situaciones de carácter crítico.
“No hay que olvidar que España sufre un déficit crónico de enfermeras que pone en peligro el sistema sanitario y el bienestar de una sociedad cada vez más envejecida y aquejada de enfermedades crónicas, unos ciudadanos con una creciente necesidad de cuidados”, sentencia Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.