A la hora de pensar en un médico nos viene a la cabeza un profesional dedicado exclusivamente a atender a los pacientes en el centro de salud u hospital. Sin embargo, la labor de estos profesionales va más allá del mero ámbito asistencial –si bien es fundamental-. Existen otras importantes funciones que también tienen recogidas y que frecuentemente se suelen olvidar, tales como es la formación a otros compañeros o el hecho de disponer de tiempo para el estudio y la investigación. La sobrecarga asistencial que se produce en los servicios de salud lleva a que los facultativos carezcan de algún periodo disponible en su jornada para estas importantes facetas que van en favor del propio sistema sanitario.
De esta manera, el estatuto marco que les ampara recoge que todos los trabajadores del Sistema Nacional de Salud (SNS) ostentan la función “asistencial, docente e investigadora”. Una realidad sobre el papel que, en las actuales circunstancias de exceso de demanda asistencial y falta de efectivos, no parece fácil de aplicar, según traslada a ConSalud.es el presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), Dr. Tomás Toranzo; quien remarca que “los médicos no estamos sólo para trabajar a destajo viendo pacientes, porque resulta contraproducente si no viene asociado a un tiempo para analizar y evaluar lo que hemos hecho - qué impacto en la salud tiene, si se está haciendo la mejor práctica, etc-. Eso es investigar”.
“Tenemos que ayudar a la formación pregrado. Con independencia de la función de los tutores, que son otras figuras, todos colaboramos en la formación profesional"
Por otra parte, el Sistema Nacional de Salud tiene la importante función en nuestro país de estar a disposición de toda la actividad docente relacionada con las Ciencias de la Salud. Las distintas facultades de estudios asociados a la sanidad cuentan con planes de colaboración para la educación de sus alumnos. “Tenemos que ayudar a la formación pregrado. Con independencia de la función de los tutores, que son otras figuras, todos colaboramos en la formación profesional. Además, se añaden las funciones de formación continuada que son obligatorias y un derecho de los profesionales”, desvela Toranzo, quien lamenta que “no en todos los sitios la presión asistencial permite que esto se desarrolle”.
MUCHOS PACIENTES, POCO TIEMPO
Los profesionales sanitarios a lo largo de todo el país han de enfrentarse a importantes agendas de pacientes y a la “presión” de unas elevadas listas de espera en todas las CC.AA. En este contexto actual, la posibilidad de encontrar un nicho de tiempo para las labores formativas e investigadoras, tanto en “los centros de salud como en los centros hospitalarios”, resulta complicado ante la demanda de los gerentes sanitarios que “achuchan para que estemos únicamente haciendo actividad asistencial”; lo cual, paradójicamente, sólo termina “deteriorando la propia calidad en la atención al paciente”, aclara el presidente de CESM.
“Disponer de este tiempo está directamente ligado con que mejore la práctica clínica. Si sólo nos centramos en despachar pacientes por el camino dejamos la calidad"
No en vano, que los médicos cuenten con el derecho a disponer de espacio para la formación e investigación “no es un capricho”. Estos cometidos implican una serie de beneficios para el SNS nada desdeñables. “Disponer de este tiempo está directamente ligado con que mejore la práctica clínica. Si sólo nos centramos en despachar pacientes por el camino dejamos la calidad de nuestra práctica profesional; evaluar los impactos en el paciente, la correcta utilización de las tecnologías, la iatrogenia, etc.”, remarca el doctor. Por tanto, el dilema que se presenta es la necesidad de dar salida a las abultadas consultas y listas de espera, frente a velar por la mejor calidadposible de la práctica profesional.
El propio paso del tiempo y la llegada de nuevos avances –médicos y tecnológicos- pueden hacer aún más necesario que los profesionales sanitarios dispongan de estas parcelas reconocidas de formación e investigación. “La medicina evoluciona a una velocidad de vértigo y obliga a dedicar tiempo a la docencia y a la formación continuada. Un derecho que, además, siempre ha de desarrollarse dentro del horario de trabajo del facultativo”, de lo contrario, advierte Toranzo, “te puedes quedar totalmente obsoleto y anclado en la medicina del pasado”.
CUMPLIR LA LEY DE SANIDAD
Desde el colectivo médico reclaman únicamente que se cumpla la Ley General de Sanidad y se respeten “las tres parcelas –asistencia, formación e investigación- para que el sistema sanitario funciones correctamente”. Unas competencias médicas, aclara el presidente de CESM, que “todo el mundo reconoce y han de ser trasladadas del papel a la realidad”. Una aplicación efectiva que implica desde las Administraciones la “consideración y dotación de recursos”, tales como “la inversión en más plantillas, la oportuna tecnología, el acceso a buena bibliografía, etc. Como todo, el tiempo vale dinero”.
LEY DE CIENCIA: “DESPLIEGUE INCOMPLETO”
Por otro lado, en la línea de impulsar la investigación en Sanidad, Tomás Toranzo destaca también la necesidad de impulsar Ley de Ciencia, aprobada en 2022, y donde se recoge la posibilidad de crear modalidades estatutarias que comprometan al menos un 50% de la jornada de los sanitarios a labores investigadoras. “Existe la posibilidad de aplicar estos contratos de investigación; hay que potenciarlos y deberían ser más. Estos ayudarían a que el Sistema Nacional de Salud desarrolle potencialidades, proyectos y forme a investigadores”, apunta, ya que “la investigación en el SNS no sólo puede ser voluntarista y tiene que contar con personas cuyo cometido principal sea la investigación”.
“El despliegue por parte de los servicios de salud de las CCAA se encuentra aún muy incompleto"
Una inquietud que la propia secretaria de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación, Raquel Yotti, compartía esta misa semana cuando instó a las CC.AA. al cumplimiento de esta norma para blindar a los profesionales sanitarios el derecho a disponer de “tiempo” dedicado a la investigación. En opinión de la responsable nacional, habiendo pasado un año ya desde la publicación de esta ley, “el despliegue por parte de los servicios de salud de las CCAA se encuentra aún muy incompleto".