Los médicos reflejaron este pasado sábado su rechazo unánime al borrador de Estatuto Marco que pretende aprobar el Ministerio de Sanidad. Más de cinco mil facultativos venidos de todo el territorio nacional se dieron cita en Madrid bajo el lema “Por un estatuto propio de la profesión médica y facultativa”. Tras esto, las miras de la profesión están ahora puestas en abrir un cauce de negociación con el departamento de Mónica García para evitar tener que llegar a la primera jornada de huelga nacional prevista para el próximo 23 de mayo.
En este contexto, el secretario general de CESM, Víctor Pedrera, avanza a ConSalud.es que este mismo martes remitirán al Ministerio de Sanidad un “requerimiento” para que se acoja a su derecho legal de establecer un espacio de negociación con el comité de huelga. “El objetivo de convocar la huelga es abrirle un camino al ministerio para poder sentarse con los médicos directamente en lugar de negociar en el ámbito, en una mesa que nos diluye y hace que la voz del médico apenas tenga la capacidad de ser escuchada”, refleja.
Al tratarse de un “porcentaje pequeño” de la plantilla total de personal estatutario del Sistema Nacional de Salud, “la inmensa mayoría de sindicatos que tienen fuerza en esa mesa de diálogo tienen, a su vez, “muy baja implantación en el colectivo médico"
El responsable de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos aclara que están acudiendo al ámbito de negociación que lleva la reforma del Estatuto Marco. Sin embargo, lamenta, al tratarse de un “porcentaje pequeño” de la plantilla total de personal estatutario del Sistema Nacional de Salud, “la inmensa mayoría de sindicatos que tienen fuerza en esa mesa de diálogo tienen, a su vez, “muy baja implantación en el colectivo médico y apenas representan a nuestro colectivo”.
La sensación de los facultativos es que, pese a su importancia crucial en el funcionamiento de la sanidad pública y la atención efectiva a los pacientes, están sometidos a unos designios generalizados que no coinciden con sus principales reivindicaciones. “Tenemos el objetivo claro de acabar de una vez por todas con una situación laboral que margina al médico con respecto al resto de profesiones sanitarias, por unas intenciones que tiene el ministerio de enrasar a todos los graduados universitarios en un mismo grupo cuando eso es totalmente irracional e ilógico”, expone.
“El Ministerio de Sanidad es nuestro empleador, por lo tanto, no puede eludir su responsabilidad en lo que tiene que ver con las retribuciones de sus empleados"
En esta línea, desde el colectivo de facultativos consideran que no se puede equiparar a profesionales que tienen el máximo nivel de responsabilidad con otros trabajadores del sistema público que tienen un tercio de formación y un nivel de responsabilidad “infinitamente menor”. La solución que plantean los médicos a esto es la puesta en funcionamiento de una “reclasificación profesional” que contemple esta significación y “reconozca, por ejemplo, las diferencias que hay entre lo que es un médico, una enfermera o un fisioterapeuta”.
Paralelamente, la profesión considera que la nueva clasificación que surja fruto de la reforma del Estatuto Marco ha de venir “asociada inevitablemente” a una mejora retributiva. “El Ministerio de Sanidad es nuestro empleador, por lo tanto, no puede eludir su responsabilidad en lo que tiene que ver con las retribuciones de sus empleados. Está claro que las CC.AA. tienen su competencia, pero el Estatuto Marco es el que fija unos mínimos a los que deben ajustarse, tanto en salario como en jornada, descansos u otras condiciones laborales”, defiende Pedrera.
“Nos quedaremos sin médicos, la única solución no es ponerse a abrir facultades de medicina como quien abre churrerías. Hay que actuar en la raíz del problema y dotar al facultativo de un estatuto propio”
CESM llama a que los responsables sanitarios aprovechen esta oportunidad, tras más de veinte años, para confeccionar un Estatuto Marco en el que se “equiparen” las condiciones laborales patrias a las que disfrutan los facultativos que ejercen en los países europeos de nuestro entorno, incluso a las que se disfrutan en la medicina privada. “Nos quedaremos sin médicos, la única solución no es ponerse a abrir facultades de medicina como quien abre churrerías. Hay que actuar en la raíz del problema y dotar al facultativo de un estatuto propio”, afirma el secretario sindical.
Pese a la apretada agenda que soportan gran parte de los médicos de nuestro país, la huelga del 23 de mayo está marcada en rojo entre sus citas. “Esperamos que para entonces haya evolucionado el tema de la negociación y hayamos llegado a un punto de acuerdo intermedio con mejoras sustanciales”, confía Pedrera, quien no obstante advierte de que, de no ser así, se plantean llevar el Estatuto Marco a Bruselas - remitieron ayer una carta a la eurodiputada Elena Nevado- para que revisen si el documento cumple los “criterios básicos” en la conciliación de derechos laborales europeos.