El colectivo de enfermería tendrá que abordar este verano las consecuencias negativas de la falta estructural de profesionales en el Sistema Nacional de Salud. Una circunstancia que hará que la sobrecarga asistencial y las dificultades para dar relevo a los efectivos que se toman sus vacaciones afloren con mayor crudeza. “La escasez que tenemos es histórica, lo venimos denunciando continuamente: nos faltan enfermeras en España. Esto se pone aún más de manifiesto con la incidencia del verano”, lamentaba a ConSalud.es el secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE), Diego Ayuso.
En este sentido, la base del problema se encuentra en unas ratios de profesionales por habitante muy alejadas de las cifras que disfrutan muchos de nuestros países vecinos, que en muchos casos triplican los registros españoles de enfermeras. Sin embargo, esta escasez de plantillas es sólo la punta del iceberg de un amplio conjunto de reivindicaciones que la Enfermería sostiene desde hace mucho tiempo y que esperan que el comienzo del nuevo curso sanitario pueda servir para subsanar: apostar por las especialidades, una política eficiente de RR.HH., la jubilación activa, la recalificación profesional o la mejora en las condiciones laborales, entre otras cuentas pendientes.
MÁS ENFERMERAS Y MÁS ESPECIALIZADAS
Las enfermeras son el “pilar fundamental” y el colectivo sanitario más numeroso, con unos 330.000 efectivos en nuestro país. Una cifra que, por otro lado, continúa siendo insuficiente para cubrir las necesidades de toda la población. “Los responsables sanitarios tendrán que adecuar las ratios de enfermera-paciente a las cifras que hay en otros países vecinos”, advertía el responsable del CGE. No en vano, España dispone de alrededor de 6 profesionales de enfermería por cada 1.000 habitantes, lejos de la media europea de 9 efectivos.
"Si bien en nuestro país existen 7 especializaciones diferentes en el catálogo, a efectos prácticos “no se están implementando actualmente en el sistema de salud como se debería”
En esta línea, desde el Consejo General de Enfermería esperan que los dirigentes sanitarios se pongan manos a la obra para el desarrollo de las especialidades de Enfermería”. Si bien en nuestro país existen 7 especializaciones diferentes en el catálogo, a efectos prácticos “no se están implementando actualmente en el sistema de salud como se debería”, alertaba José Luis Cobos, vicepresidente tercero del CGE, quien también destaca que, pese a ello, la formación de las enfermeras españolas está considerada como “una de las mejores del mundo”.
En concreto, existen alrededor de 50.000 enfermeras especializadas en España, pero su reconocimiento pleno e integración en los servicios de salud es muy desigual todavía. Ante esta realidad, el colectivo no cejará en su empeño de continuar reclamando tras el verano que se “aproveche plenamente el potencialque tienen las enfermeras” y se den los pasos necesarios para adecuar la formación de los trabajadores a las labores asistenciales que desarrollan. No en vano, la especialización conlleva para la enfermera ampliar sus 4 años de Grado con 2 años adicionales de estudio.
La ministra de Sanidad, Mónica García, mostró al inicio de su mandato la intención de elevar la categoría profesional para las enfermeras (de A2 a A1) de cara a este 2024
En el mismo sentido, desde la asociación colegial desearían que se pudieran desarrollar los “diplomas de acreditación avanzada”. Una formación que, sin ser una especialidad, “permitiría una preparación más cualificada que la de cuidados generales”. Estos diplomas vienen recogidos en una normativa ya aprobada desde el año 2015, pero que no se está desarrollando desde entonces. Las enfermeras ven en su implementación un paso esencial para dar respuesta a los futuros desafíos sanitarios en los próximos años, como el envejecimiento de la población y el aumento de la demanda asistencial.
RECLASIFICACIÓN PROFESIONAL
La ministra de Sanidad, Mónica García, mostró al inicio de su mandato la intención de elevar la categoría profesional para las enfermeras (de A2 a A1) de cara a este 2024. Sin embargo, en lo que va de año no se ha producido ningún avance en este sentido.Por ello, con la vuelta del verano y el inicio del último cuatrimestre del año, la enfermería espera poder observar avances en la recalificación profesional dentro de un nuevo estatuto marco.
“Lo que pedimos es que nos equiparen al resto de profesionales con grado universitario y que podamos acceder a los mismos puestos gestores que ellos”
La actual clasificación A2 “nos limita a determinados puestos de gestión”. “Lo que pedimos es que nos equiparen al resto de profesionales con grado universitario y que podamos acceder a los mismos puestos gestores que ellos”, reclama Cobos. Una demanda histórica del colectivo que ha quedado recurrentemente aparcada por los diferentes responsables políticos y para la que ahora, como para el resto de las reivindicaciones enfermeras, se abre un nuevo horizonte.
JUBILACIÓN ACTIVA Y ANTICIPADA
Finalmente, los profesionales de enfermería aguardan también que el nuevo curso venga acompañado de mejoras laborales relacionadas con la jubilación. Por un lado, aspiran al derecho a una jubilación anticipada voluntaria a los 60 años y sin pérdida retributiva. Una circunstancia que consideran justa ante las circunstancias de “penosidad laboral” que viven muchas de estas trabajadoras. Asimismo, tienen en el foco que la jubilación activa voluntaria a partir de los 65 años, ahora sólo en manos de médicos, para que pueda llegar pronto a su colectivo. Todo esto sin perder de vista los avances en la prescripción enfermera.