El Ministerio de Sanidad, comandado por Mónica García, se mostró abierto a reformular las categorías profesionales sanitarias dentro de un nuevo Estatuto Marco. Una posible vía que en su origen se sustentó en la histórica demanda enfermera de ascender desde su actual rango A2 hasta el A1. Sin embargo, esta hipótesis ha generado también una reacción desde el colectivo médico para defender su singularidad propia a través de lo que llaman la categoría A+. De esta manera, como si de una partida de ajedrez se tratase y a la espera de acontecimientos, desde la Psicología Clínica se han posicionado “allá donde vayan los médicos”.
El escalafón profesional A1 reúne en la actualidad a diferentes especialidades -aparte de los médicos- como las de los psicólogos clínicos, farmacéuticos, biólogos o químicos. Una serie de colectivos que ahora miran con expectación la posible reclasificación en el Sistema Nacional de Salud. “Desconocemos cuáles serían los nuevos criterios marcados a la hora de reformular las categorías, pero nuestra postura pasa –como mínimo- por mantener el actual estatus del que disponemos” destaca a ConSalud.es el presidente de la Sociedad Española de Psicología Clínica (SEPC-ANPIR), Javier Prado.
“Debemos de estar al lado de los facultativos todos los que formamos las diferentes especialidades no médicas que, aunque seamos un poco minoritarias, también existimos”
De esta manera, independientemente del nombre que se le quisiera dar al nuevo nivel profesional, “no debe utilizarse” para hacer una reconversión que “degrade los derechos adquiridos” por los psicólogos clínicos. “Debemos de estar al lado de los facultativos; nosotros, los biólogos, los químicos y todos los que formamos las diferentes especialidades no médicas que, aunque seamos un poco minoritarias, también existimos”. De lo contrario, el presidente de SEPC teme que su colectivo pudiera quedar en una situación de “desventaja”.
EVITAR LA INVISIBILIZACIÓN
Las categorías profesionales amparan una serie de derechos económicos y laborales para los empleados del Sistema Nacional de Salud (SNS) e influyen significativamente en su trayectoria laboral. El cambio en la escala de clasificación podría conllevar una modificación de los requisitos para acceder a determinados puestos de dirección o suponer un retroceso en la carrera profesional para quienes queden fuera de la nueva categoría. “Lo que nos preocupa no es tanto el dinero como la posición, porque nosotros necesitamos el estatus facultativo para desarrollar nuestra especialidad”, remarca Prado.
Si no disponemos de la misma categoría que nuestros compañeros médicos seríamos directamente una especialidad que se podría subordinar a una posición auxiliar”
En esta línea, entre las inquietudes que asaltan al colectivo de psicología clínica está la posibilidad de que la hipotética modificación del Estatuto Marco y la recategorización puedan ahondar en su “invisibilización” dentro del SNS; en concreto, dentro de los servicios de Salud Mental “gobernados”, en muchos casos, por una especialidad médica. “Nosotros aspiramos a tener servicios independientes y ostentar cargos de dirección en ellos. Si no disponemos de la misma categoría que nuestros compañeros médicos seríamos directamente una especialidad que se podría subordinar a una posición auxiliar”, aclara.
TODO EN EL AIRE
Por otro lado, el responsable de SEPC-ANPIR aclara que, hasta la fecha, todo este asunto es “mucho ruido y poca historia”. Lo único claro es la anunciada voluntad del Ministerio de Sanidad de reconocer una subida de rango profesional a las enfermeras. “Entiendo que es una reivindicación enfermera desde hace mucho tiempo y resulta muy importante atenderla. Sin las enfermeras todo el edificio reventaría, son el cemento que sostiene el sistema de salud”, tiene claro el psicólogo, quien también reconoce que “en el momento en el que juegas a subir un escalón se mueve todo el castillo de naipes y surgen las negociaciones, en las que cada uno aparece con sus propios intereses y temores”.
“Si, de repente, resulta que esto se va a contemplar en las mesas de negociación, pues evidentemente todos los facultativos tienen que ir juntos, se llame A plus, se llame A Premium o como sea"
En este sentido, la reciente idea de una categoría A+ para los médicos es un concepto surgido en el propio seno de los sindicatos médicos y está por ver si tendrá recorrido más allá de estos. Por el momento, no se ha conocido ningún pronunciamiento al respecto desde los responsables sanitarios. “No daré por hecho que se va a desarrollar, ya que no se encuentra en la mesa de negociación. Igualmente, desconozco si los intereses que persigue incluyen al resto del colectivo de facultativos o sólo a los médicos, será algo que tendrán que aclarar”, señala.
En este sentido, desde SEPC-ANPIR llaman a que, llegado el caso de que hubiera que reformular las actuales categorías, los médicos y los psicólogos clínicos –como hasta ahora- deberían ir de la mano. “Si, de repente, resulta que esto se va a contemplar en las mesas de negociación, pues evidentemente todos los facultativos tienen que ir juntos, se llame A plus, se llame A Premium o como sea. Lo que no podría ser es que fruto de una reclasificación surgiera un planteamiento en el que existiesen facultativos de primera y de facultativos de segunda”, concluye Prado.