Las varices generalmente se malinterpretan como un problema estético, pero en el caso de no tratarse, pueden evolucionar a una enfermedad más grave llamada insuficiencia venosa crónica (IVC). Una patología vascular muy frecuente y muchas veces no diagnosticada que, según un estudio internacional, se calcula que el 48,5% de los españoles mayores de edad presenta algún estadio de enfermedad venosa crónica.
La enfermedad venosa crónica se produce por el mal funcionamiento de las válvulas de las venas, las cuales no realizan su labor de redirigir la sangre al corazón correctamente, no circulando en su sentido y velocidad adecuadas, y acumulándose así, en las venas de la parte inferior de las piernas.
"Ante estos síntomas, es importante acudir al médico. Sin tratamiento, los signos y los síntomas pueden progresar y afectar significativamente a la calidad de vida, e incluso llegar a provocar úlceras venosas en las piernas”
“Si notamos que nos duelen las piernas de forma habitual, las sentimos pesadas o inquietas, o si empezamos a detectar varices o arañas vasculares, podría tratarse de signos de reflujo venoso. Ante estos síntomas, es importante acudir al médico. Sin tratamiento, los signos y los síntomas pueden progresar y afectar significativamente a la calidad de vida, e incluso llegar a provocar úlceras venosas en las piernas” advierte el Dr. Javier Álvarez, Presidente del Capítulo Español de Flebología y Linfología (CEFyL) de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV) y Coordinador de Cirugía Vascular de la Asociación Española de Cirujanos (AEC).
Por lo general, según apuntan los expertos, las mujeres tienen más factores de riesgo para desarrollar varices, suponiendo 2 de cada 4 casos diagnosticas, aunque esta patología también puede darse en hombres. Además, la incidencia aumenta tanto con la edad, como con el sobrepeso y los embarazos.
El doctor destaca que un diagnóstico temprano es fundamental, y por ello, es esencial educar a la población general para que sepa cómo detectar los síntomas de la IVC y que acuda al especialista, quien podrá asesorar el caso y determinar cómo determinar el mejor tratamiento según cada caso.
“Actualmente disponemos de opciones terapéuticas con las que reducir o detener el flujo inverso de la sangre de forma efectiva, tratando la vena dañada y evitando que el reflujo venoso provoque consecuencias más graves"
Con este objetivo, desde asociaciones profesionales como la SEACV (Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular) o actores de la industria como Medtronic Ibérica llevarán a cabo esta semana iniciativas que aborden los signos y síntomas de esta patología. “Actualmente disponemos de opciones terapéuticas con las que reducir o detener el flujo inverso de la sangre de forma efectiva, tratando la vena dañada y evitando que el reflujo venoso provoque consecuencias más graves. Con un abordaje adecuado, podemos parar la progresión de la patología y mejorar los síntomas del paciente, lo que les permite recuperar sus actividades diarias y calidad de vida”, declara el Dr. Álvarez.
Respecto al tratamiento, y como recoge la página web destinada a pacientes de Medtronic Ibérica, actualmente existen diversas opciones que dependen del grado de progreso de la patología y las necesidades de cada paciente.
En el caso de los tratamientos no esclerosantes, el objetivo pasa por sellar la vena dañada, ya sea mediante un adhesivo médico o aplicando calor de forma localizada mediante un catéter de radiofrecuencia o una fibra láser, y redirigir la sangre hacia las venas sanas de alrededor, proporcionando un alivio de los síntomas. Por parte de los esclerosantes, se inyecta un agente de este tipo para conseguir la fibrosis y obstrucción de la misma. Además, también existe la posibilidad de recurrir a una cirugía.