Los médicos residentes de Corea del Sur llevan en huelga desde hace varias semanas. En concreto, protestan por la decisión de su Gobierno de aumentar el número de matriculados en las escuelas de Medicina, lo que ha provocado que el Ministerio de Sanidad norcoreano envíe avisos previos de suspensiónde licencia a cerca de 5.000 de estos residentes. A partir de ahora, informa la agencia de noticias Yonhap, tienen de plazo hasta el 25 de marzo para alegar medidas.
Así lo ha indicado el viceministro de Salud, Jun Byung Wang, quien ha asegurado que han completado el envío de estos documentos de suspensión de licencia a 4.944 médicos. "El Gobierno no escatimará en esfuerzos para ayudar a los médicos en formación que deseen regresar a los hospitales", ha declarado, después de anunciar que las autoridades abrirán una línea directa este martes para "proteger" a aquellos que deseen trabajar a sus puestos de trabajo.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa, Jean Ha Kyou, ha afirmado que está dispuesto a enviar un gran número de médicos militares a los hospitales generales para ayudar a abordar las preocupaciones sobre las interrupciones del servicio médico por la huelga masiva.
"El Gobierno no escatimará en esfuerzos para ayudar a los médicos en formación que deseen regresar a los hospitales"
Estas declaraciones han tenido lugar después de que enviara alrededor de una veintena de médicos militares: "Si hay solicitudes adicionales, el Ejército establecerá las condiciones para el apoyo médico dentro de sus recursos disponibles", ha señalado.
Aproximadamente el 90% de los 13.000 médicos internos y residentes del país han apoyado dichas protestas en los últimos 20 días, realizando renuncias masivas después de que las autoridades propusieran aumentar en 2.000 los matriculados en sus escuelas para el próximo año.
La huelga colectiva de los médicos en formación, que desempeñan un papel vital en la asistencia con cirugías y servicios de emergencia en los hospitales generales, ha resultado en retrasos generalizados en cirugías y tratamientos médicos de emergencia. Los médicos temen que la reforma erosione la calidad del servicio y la educación médica, mientras que los defensores de la medida acusan a la profesión de intentar salvaguardar sus salarios y estatus social.