Las dificultades para abordar la falta de médicos en verano están monopolizando la atención de los responsables sanitarios en las últimas fechas. El pasado miércoles fue el tema central del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en el cual diferentes consejeros demandaron al Ministerio de Sanidad unas coordenadas claras sobre la manera de emplear a los MIR de último año como refuerzo estival. Una repuesta que llegó ayer en forma de carta desde el Departamento de Mónica García.
En el origen de todo está el hecho de que los R4 en Medicina de Familia y Comunitaria no podrán ser contratados en mayo –momento en que solían terminar su residencia verano atrás- fruto de los retrasos arrastrados por la pandemia, la cual dilató el comienzo de su estancia MIR en 2020. Un refuerzo que ha resultado siempre clave en un periodo de especial necesidad por las vacaciones de los facultativos y la necesidad de reponerlos para mantener la relativa normalidad asistencial.
El déficit de médicos es un “defecto crónico en las plantillas sobre el que no se ha tenido previsión durante años”
En este sentido, la carta trasladada por la ministra a las consejerías autonómicas sobre el empleo de estos MIR “tampoco es ningún avance”, puesto que a lo que sólo se limita es a “describir el actual marco normativo que ampara al personal residente en formación, dejando, eso sí, alguna ambigüedad en ciertos puntos de su aplicación”, destaca a ConSalud.es la secretaria técnica nacional de Médicos Jóvenes y MIR de CESM, Sheila Justo, quien deja en evidencia que el déficit de médicos es un “defecto crónico en las plantillas sobre el que no se ha tenido previsión durante años”.
En su misiva a los responsables sanitarios, el Ministerio remarca el aumento que se ha producido en los cupos de profesionales extracomunitarios que llegan al Sistema Nacional de Salud para reforzarlo, que ha aumentado en los dos últimos años del 4% al 10%. Si bien, la representante sindical de los jóvenes facultativos opina que “estamos robando médicos de otros países que realmente ahora nos vienen muy bien, pero, por otro lado, todavía tenemos la nota de corte en las convocatorias de examen MIR que deja a miles de médicos españoles fuera de la formación sanitaria especializada”.
SUPERVISIÓN: SIEMPRE POR UN TUTOR
En el texto de Sanidad se recuerda que los residentes de cuarto año de Medicina Familiar y Comunitaria “tienen que ser capaces de hacerse cargo de forma autónoma y completa de una consulta sin la presencia de un tutor”. No obstante, añade, deben poder consultarle al propio tutor o, en su defecto, a otro especialista cualquier circunstancia de duda. Todo ello, desprendido del programa formativo MIR, que, partiendo del Real Decreto 183/2008, incluye el principio de la “asunción progresiva de responsabilidades por parte de los residentes y un nivel decreciente de supervisión a medida que avanzan en su formación”.
“Puede que no se encuentre presente de manera física, pero siempre ha de haber una supervisión por parte del tutor asignado desde un principio”
En este punto, la secretaria técnica en CESM detecta cierta “ambigüedad” en el planteamiento de esta obligada supervisión de los R4, dado que “el programa formativo, efectivamente, recoge que los residentes de Medicina de Familia y Comunitaria tienen que pasar consulta solos durante un mínimo de dos meses, lo que no significa que estén realmente solos”. “Puede que no se encuentre presente de manera física, pero siempre ha de haber una supervisión por parte del tutor asignado desde un principio”, aclara.
De esta manera, el hecho de que esta supervisión de los MIR en Atención Primaria durante el verano pueda delegarse en otro especialista del centro en cuestión donde el residente acuda como refuerzo, contravendría la obligación de ser siempre asistido por su propio tutor asignado para su residencia. “Alegan que la propia plantilla de médicos del centro también puede apoyar la tutorización del R4, pero conviene aclarar que esas funciones corresponden exclusivamente al tutor, quien está legitimado para ello y cumple con unos requisitos concretos”, remarca la Dra. Justo, quien ostenta actualmente este papel de tutora.
“Pueden preguntar a cualquiera de sus compañeros médicos, como es normal, pero, en el caso específico de la Atención Primaria, esto está bastante bien regulado: el tutor es una figura que se elige desde el primer año”
La normativa acerca de la supervisión de los residentes pendientes de terminar su formación es muy clara al respecto, “pueden preguntar a cualquiera de sus compañeros médicos, como es normal, pero, en el caso específico de la Atención Primaria, esto está bastante bien regulado: el tutor es una figura que se elige desde el primer año”, aclara la doctora, quien percibe en la carta ministerial “frases ambiguas para poner en duda esta figura”. En esta línea, prosigue, cabe mencionar que para acceder a ser tutor los facultativos interesados han de postularse y seguir unas exigencias previas: “no vale cualquiera”.
ROTACIÓN EXTERNA
Del mismo modo, desde CESM alertan sobre el importante riesgo de que los responsables sanitarios quieran justificar la movilidad veraniega de los MIR por diferentes centros con necesidades bajo el paraguas de las llamadas “rotaciones externas”. Esta herramienta para habilitar la movilidad de los residentes tiene como función ampliar su formación, conocimientos técnicos o habilidades, y debe ser desempeñada en centros acreditados. “Obviamente, si a un residente le movilizan a otro centro de salud para pasar consulta, no se cumplen los criterios de lo que supone una rotación externa”, pone sobre aviso la secretaria técnica nacional de Médicos Jóvenes y MIR de CESM.