El sector sanitario tiene motivos para seguir denunciando una brecha salarial entre hombres y mujeres en España. Las quejas no son nuevas, pero los datos son claros y reflejan que el problema lejos de solucionarse sigue empeorando. Así lo ha reflejado el Instituto Nacional de Estadística en la última Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada este martes.
Los datos de 2020 fueron los peores en los últimos 13 años con una brecha de 10.290 euros entre hombres y mujeres en las actividades sanitarias y de servicios sociales situando a este sector entre los que cuentan con una brecha mayor dentro del mercado laboral español. Los datos publicados hoy, referentes a 2021, aumentan esa brecha a 10.867 euros.
Las mujeres del sector sociosanitario tuvieron una ganancia media anual de 26.403,18 euros en 2021, mientras que los hombres ingresaron una media anual de 37.270,15 euros
En concreto, las mujeres del sector sociosanitario (en las que se incluyen las actividades sanitarias, la asistencia en residencias y los servicios sociales) tuvieron una ganancia media anual de 26.403,18 euros en 2021, mientras que los hombres ingresaron una media anual de 37.270,15 euros. Con todo, el sector registró una ganancia anual por trabajador de 28.891,41 euros de media.
Los resultados aportados por el INE permiten también comparar la brecha del sector en los últimos 14 años. Este 2021, como hemos mencionado, se ha registrado la mayor diferencia entre lo que cobran mujeres y hombres en el ámbito sociosanitario. Igualmente, en el año 2016 se superó la barrera de los 10.000 euros. Exactamente fueron 10.067,98 euros.
Por su parte, en los años 2008 y 2009, antes de la crisis económica, se registraron las menores diferencias en el salario que de media ingresaron mujeres y hombres en el sector sanitario y social, con 7.400 euros y 7.900 euros de diferencia.
Esto quiere decir que en 2008 el sueldo medio era de 24.837 euros (4.050 euros menos que ahora) lo que refleja una subida del 16% en 14 años. Sin embargo esa subida no ha sido igual para hombres y mujeres. La subida para el sexo masculino ha sido del 22% (de 30.503 a 37.270) mientras que para el sexo femenino ha sido del 14% (de 23.088 a 26.403 euros). La brecha salarial de sexo ha pasado del 24.4% de 2008 a rozar el 30% en 2021 (29.2%).
COBRAN MÁS QUE NUNCA
Pese a esta desigualdad, lo cierto es que las mujeres cobraron en 2021 más que nunca (en base a los datos registrados) en el sector de las actividades sanitarias y de servicios sociales. Los 26.403,18 euros que ingresaron de media fue la mayor cifra en los últimos años. La menor se registró en 2013, con 22.691,89 euros. Por su parte, los hombres también cobraron más en 2021, con 37.270,15 euros, por los 30.503,04 de 2008.
Los trabajadores del área sociosanitaria no son los que más cobran; el sector con más remuneración anual fue el del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, con 53.775,71 euros
A pesar de ello, los trabajadores del área sociosanitaria no son los que más cobran. Por sectores, la actividad con mayor remuneración anual fue la del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, con 52.985,83 euros de media. El siguiente sector con los salarios más altos fue el de las actividades financieras y de seguros, con 46.122,24 euros.
En el lado contrario, la actividad de hostelería y actividades administrativas registró los salarios más bajos, con 14.632,81 euros de media al año y 18.118,66 euros respectivamente.
SIN ACCESO A ALTOS CARGOS
Las estadísticas publicadas por el INE no permiten analizar de forma específica al sector sanitario, sino que éste se engloba en un área más general. Asimismo, la muestra no distingue cuánto cobran hombres y mujeres en función del puesto que desempeñen dentro del propio sector, por lo que los datos son muy generales
En todo caso, organizaciones sindicales y asociaciones de profesionales llevan años exponiendo que pese a que el sector sanitario es mayoritariamente femenino, donde son más las mujeres colegiadas en 13 de 15 profesiones sanitarias, el problema recae en las dificultades que tienen para acceder a altos cargos y puestos de responsabilidad, debido en buena parte a la falta de políticas de conciliación.