Suena la alarma en el Parque de Bomberos de Navacerrada, en la Sierra de Guadarrama. Ismael Muñoz, enfermero de urgencias del SUMMA 112, se pone en marcha junto con el resto de sus compañeros, en pocos minutos está en el lugar del accidente -ya sea por vía terrestre o aérea- atendiendo a la persona herida, y, si todo va bien, de regreso en el parque esperando para volver a salir. Lo hace desde hace poco más de un año, cuando una orden permitió a los enfermeros trabajar conjuntamente con los bomberos dentro del Grupo Especial de Rescate en Altura de la Comunidad de Madrid (GERA). Ismael, apasionado de la montaña desde que tiene uso de la razón, pudo así cumplir uno de sus sueños y convertirla en su lugar de trabajo.
Hasta entonces, en el GERA había solo bomberos, que, después de hacer una primera asistencia muy general al paciente, debían esperar a que llegasen los enfermeros del SUMMA 112 a zonas, en ocasiones, muy difíciles de transitar. “Ha supuesto un avance tremendo en la calidad asistencial, sobre todo en casos más graves, tiempo dependientes. Los bomberos ya no tienen la responsabilidad sanitaria del aviso, sino que se pueden centrar en las labores de rescate. Todos, incluidos los pacientes, estamos mucho más tranquilos”, explica Ismael, uno de los más de quince enfermeros que se presentaron entonces al proceso selectivo, en una entrevista concedida a ConSalud.es.
“De hecho, cuando es un lugar de difícil acceso, el helicóptero del SUMMA 112 directamente no cabía, así que nos quedábamos sin poder pasar y teníamos que esperar a que los bomberos trajesen a los heridos. Ahora estamos viendo la diferencia, que podemos atender al herido en el lugar en el que está el herido. Lo valoramos, lo estabilizamos, le quitamos el dolor y, en caso necesario, le hacemos la atención primaria y evacuamos”, apunta el experto. “También nos sirve para optimizar recursos. Por ejemplo, hubo una vez que enviaron un helicóptero del SUMMA 112 con su UVI móvil a La Maliciosa porque una persona tenía dolores en la pierna y no podía caminar. Al llegar vimos que simplemente se había hecho un esguince”, añade.
"Los bomberos ya no tienen la responsabilidad sanitaria del aviso, sino que se pueden centrar en las labores de rescate"
De esas más de quince personas presentadas, fueron finalmente seis las elegidas, más una séptima disponible por si fuese necesario cubrir alguna baja. “Debíamos ser gente montañera y con experiencia en emergencias sanitarias dentro del SUMMA 112. Tanto el SUMMA 112 como los bomberos nos pusieron una serie de pruebas físico técnicas, un examen de protocolo y un caso de asistencia práctico, y en función de eso hicieron la selección de personas para crear el GERA”, recuerda el enfermero madrileño. Y es que su trabajo, así como, consecuentemente, las pruebas que les realizaron en noviembre de 2022 para poder acceder al puesto, no son para cualquier persona: “Desde el primer momento tienes que estar muy mentalizado”.
“Los bomberos nos hicieron una prueba selectiva de tres niveles: Una de fuerza y resistencia en la que teníamos que hacer una carrera de ocho kilómetros por la montaña con una mochila de cinco kilos los hombres y tres kilos las mujeres, y en la que en función del tiempo obteníamos una puntuación. Otra de hacer rápel, trepar y destrepar rocas y saber manejar cuerdas. Y una última invernal de manejo de carampones y piolets en la nieve”, cuenta Ismael.
Pero la cosa no termina ahí. Las labores de los miembros del GERA requieren de formación continua, a la que atienden durante el tiempo que están esperando en el interior del parque. De hecho, el enfermero del SUMMA 112 atiende a la llamada de este periódico en uno de los pocos huecos libres que encuentra durante su jornada. También tienen que estar continuamente haciendo repaso del equipo disponible, de los procedimientos, coordinando estrategias con los bomberos, realizando maniobras de recuerdo… e incluso ellos mismos forman en materia de sanidad a los bomberos.
"El 75% de las lesiones son patologías traumáticas, y la mayoría vienen producidas por la mala suerte"
“Apoyo al soporte vital avanzado, administración de sueros, cómo se monitoriza a un paciente, cómo nos pueden ayudar al hacer una RCP, a administrar oxígeno, a cortar una hemorragia… vamos dándoles píldoras todos los días que también tenemos que preparar nosotros. Al final, con todo eso ya te has comido la mañana entera”, comenta el miembro de un grupo que, como él mismo se encargó de celebrar en redes sociales, cumplió un año de operatividad el pasado 1 de julio… y lo hizo con muy buenas noticias de cara al futuro.
ATENCIÓN EN TODAS LAS ÉPOCAS DEL AÑO
Apenas un par de semanas después, los consejeros de Sanidad y de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute y Carlos Novillo, visitaron el Parque de Bomberos de Navacerrada para hacer balance del primer año de vida del GERA y anunciaron que sus servicios se ampliarían a los 365 días del año, puesto que hasta entonces se “limitaban” a los fines de semana y días festivos, en horario de nueve de la mañana a nueve de la noche. Los números justifican su decisión: durante los primeros doce meses del GERA, sus equipos se activaron en 118 ocasiones, principalmente para atender caídas y lesiones leves de escaladores o excursionistas en zonas cercanas al parque.
"El que es hipertenso o diabético en la ciudad también lo es en la montaña”
“Prácticamente el 75% de las lesiones son patologías traumáticas, que intervenimos suministrando calmantes y haciendo una inmovilización para sacarlo del lugar y, en caso necesario, trasladarlo al hospital”, señala, destacando que la inmensa mayoría de ellas vienen producidas por la mala suerte “-también atendemos muchas caídas de bicicleta en zonas que no son propiamente la sierra, como Las Rozas o Valdemorillo”- o por un “exceso de confianza” de los montañeros: “Esta montaña, tan cerca de una gran ciudad como Madrid y toda su periferia, es muy accesible, y sí que es verdad que algunas personas no van muy bien preparadas y son más propensas a sufrir lesiones. Pero en ese sentido son casi más los que se pierden que los que sufren lesiones".
Pero en el GERA también tienen que intervenir en casos de reacciones alérgicas, mareos, hipoglucemias o vértigos. Incluso, a veces, en infartos o ictus. “Son cosas que se pueden dar también por ejemplo en un gimnasio, porque la gente que practica ciertas actividades no reúne las condiciones físicas adecuadas. Lo que pasa es que ahora, sobre todo desde la pandemia, la gente sale más al campo, y enfermedades que antes veías en la ciudad ahora se están encontrando en la montaña. El que es hipertenso o diabético en la ciudad también lo es en la montaña”, sentencia Ismael Muñoz.