Bellido (SEEDO): "Nuestro objetivo es que la obesidad sea reconocida como una enfermedad crónica"

ConSalud.es entrevista al Dr. Diego Bellido, presidente electo de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), tras su nombramiento

Dr. Diego Bellido, presidente electo de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) tras su nombramiento (Montaje ConSalud)
Dr. Diego Bellido, presidente electo de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) tras su nombramiento (Montaje ConSalud)
Diego Domingo
10 diciembre 2024 | 07:00 h
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En un contexto donde la obesidad afecta a más del 50% de la población adulta en España y a un tercio de los menores, la lucha contra esta enfermedad crónica se ha convertido en una prioridad sanitaria. Diego Bellido, recientemente nombrado presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), asumirá este cargo en noviembre de 2025, en un momento crucial para esta enfermedad. Bellido afrontará retos como el reconocimiento de la obesidad como una enfermedad crónica a todos los niveles, combatir el estigma social asociado y garantizar el acceso a tratamientos multidisciplinares efectivos.

En esta entrevista concedida a ConSalud.es, Bellido aborda los desafíos actuales y futuros del manejo de la obesidad, destacando la necesidad de personalizar los tratamientos, fomentar la investigación epidemiológica y promover una atención basada en el respeto y la comprensión. Además, analiza cómo los avances farmacológicos están redefiniendo las estrategias terapéuticas.

Bajo su liderazgo, la SEEDO busca unificar esfuerzos entre profesionales sanitarios, psicólogos, preparadores físicos y dietistas para ofrecer un enfoque integral, capaz de mejorar tanto la salud física como la calidad de vida de los pacientes que conviven con esta compleja enfermedad.

Enhorabuena por su nombramiento como presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). ¿Cuáles son sus principales objetivos y retos para esta nueva etapa?  

Muchas gracias. Nos encontramos en un momento en el que la gente está más sensibilizada y se ve con ganas de conseguir objetivos para combatir la obesidad. Además, las estadísticas siempre nos indican que el porcentaje de pacientes con sobrepeso y obesidad siempre va a más, nunca va a menos.

Nuestro principal objetivo es que la obesidad sea considerada, a todos los niveles, como una enfermedad crónica. Esto implica que los pacientes que viven con obesidad sean reconocidos como tales y puedan beneficiarse de las terapias disponibles. Además, desde la SEEDO trabajaremos para difundir mensajes positivos contra la estigmatización, desarrollar guías de práctica clínica que involucren a distintos profesionales -desde sanitarios hasta dietistas, preparadores físicos y psicólogos- y fomentar la creación de unidades multidisciplinares. 

“Controlando la obesidad, controlaremos complicaciones asociadas, así como el perjuicio que tiene a nivel social, laboral o de estigmatización”

Conseguir tratar bien la obesidad va a incidir de una forma muy positiva en mejorar aquellas enfermedades que dependen de la obesidad. La obesidad en sí misma es el principal factor de riesgo de la diabetes tipo 2, pero también de la hipertensión, de la enfermedad metabólica hepática, del síndrome metabólico, dislipemias... Es decir, controlando la obesidad, controlaremos complicaciones asociadas, así como el perjuicio que tiene a nivel social, laboral, de estigmatización y también como una de las principales causas del aumento de la incidencia de cáncer en nuestra población.

¿Cómo ha evolucionado la prevalencia de la obesidad en España en los últimos años y cuáles son las tendencias actuales?

Más de la mitad de los adultos en España tienen sobrepeso u obesidad, y el 25% padece obesidad. En niños, aunque la incidencia parece haberse estabilizado, sigue siendo preocupante: un tercio de los menores presenta obesidad o sobrepeso. Es cierto que las campañas en colegios y comedores escolares están dando resultados, mensajes que no están calando tanto en la población adulta. Pero necesitamos más estudios epidemiológicos nacionales para contar con datos reales y no solo referidos. Esto permitiría una valoración más precisa, incluyendo parámetros como el exceso de grasa corporal, que es el verdadero indicador de obesidad. Esta es una asignatura pendiente que tenemos en España.

¿Cree que la obesidad está infradiagnosticada debido a la percepción de que perder peso es algo que cada persona puede manejar por su cuenta?  

Sin duda. Hay pacientes que no se consideran obesos, aunque lo sean, y, por lo tanto, no buscan ayuda. Otros, a pesar de intentarlo por su cuenta, no consiguen resultados sostenibles. El sistema público no puede atender a todos los pacientes con obesidad debido a su alta prevalencia, lo que complica su manejo. Por ello, es crucial que los tratamientos sean guiados por profesionales que puedan personalizar las estrategias según las características de cada paciente.  

Hay un fenotipo muy variable de pacientes. Todavía hay pacientes que tienen obesidad, pero no se consideran obesos. Y este, evidentemente, es un paciente que no va a acudir al médico, porque no se va a considerar que tiene una obesidad. Luego nos encontramos con el paciente que tiene obesidad, que sí que se considera obeso, que lleva intentando perder peso toda la vida, pero no lo consigue. Y eso genera un coste sanitario importante. La asistencia pública, es muy complicado que pueda atender, desde el punto de vista a nivel asistencial, a todos los pacientes que conviven con obesidad. Es casi imposible, porque estamos hablando de más del 50% de la población. 

“Todavía hay pacientes que tienen obesidad, pero no se consideran obesos, por lo que nunca van a acudir a un médico”

Lo que es cierto es que lo que mejor funciona es cuando un paciente no hace las cosas por su cuenta, sino que acude a un profesional y le dirige la estrategia más indicada para sus características. Primero valoramos al paciente, lo fenotipamos. Es decir, vemos qué características tiene: hay comedores compulsivos, personas que tienen una falta de actividad, personas que tienen trastornos compulsivos de ingestos, trastornos por atracones… Pero también hay personas que hacen las cosas bien y tienen un gasto metabólico bajo y, realmente, haciendo lo mismo que el de al lado, engorda más. Tras estudiar esto, lo valoramos y adecuamos el objetivo de tratamiento a las necesidades del paciente.

Hablando de personalización, ¿cómo influyen los factores genéticos en la obesidad?  

Aunque la obesidad monogénica es rara, hay múltiples factores genéticos que influyen en la predisposición al aumento de peso. Cada vez se descubren más genes asociados, y esto abre la puerta a tratamientos específicos según el tipo de obesidad. De hecho, ya no hablamos de obesidad como una única enfermedad, sino de "obesidades" con causas y manejos distintos. Por ejemplo, en obesidad mórbida -con un índice de masa corporal superior a 40-, la cirugía bariátrica sigue siendo una opción, pero no es viable para todos los pacientes, considerando que hay más de un millón y medio de personas en esta categoría en España.  

¿Qué avances han marcado un antes y un después en el tratamiento de la obesidad?  

En los últimos años, los agonistas del GLP-1 han revolucionado el tratamiento farmacológico. En España ya disponemos de tres fármacos aprobados que están mostrando resultados significativos en la reducción de peso. Estos tratamientos, además de reducir la obesidad, ayudan a controlar enfermedades asociadas como la diabetes tipo 2. Sin embargo, al considerar la obesidad como una enfermedad crónica, el tratamiento debe ser mantenido a largo plazo, y su elevado coste supone una barrera para muchos pacientes. Tenemos tratamientos realmente eficaces, con indicaciones amplias y que ayudan a perder peso y a tratar la obesidad, pero que para mantener a largo plazo los objetivos que se consiguen a corto plazo hay que mantener el tratamiento.

La obesidad también conlleva un fuerte estigma social. ¿Cómo enfrentan este desafío los profesionales?  

El estigma es un reto enorme. Desde las sociedades científicas, debemos trabajar de la mano de las asociaciones de pacientes, escucharlos y apoyarlos. Es esencial utilizar un lenguaje respetuoso, evitando términos como “gordo” u "obeso", sino que se trata de personas que conviven con una enfermedad crónica que no eligieron. Además, hay que promover campañas en medios de comunicación que desestigmaticen a estos pacientes, así como integrar la atención psicológica en su manejo. Todo esto es clave para que se sientan comprendidos y apoyados en su lucha contra la obesidad.  

¿Cree que la sociedad está preparada para abordar la obesidad de forma global?  

Todavía nos queda mucho por hacer. Vivimos en un ambiente obesogénico se hace todo sentado, se está muchas horas sentado en la televisión o en el ordenador y no se hace nada de ejercicio físico. Además, las ciudades tampoco lo favorecen. 

En cuanto a la alimentación, antiguamente uno comía lo que podía y ahora come uno lo que quiere. Con lo cual la ingesta es cada vez más calórica. Y si existe un ambiente a nuestro alrededor obesogénico, pues esto nos perjudica. Nos perjudica, ni con fármacos ni sin fármacos, porque estos son una ayuda, pero dentro de un constructo global donde se hagan muchas más acciones.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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