Desde que nace, e incluso antes, cualquier persona puede ser susceptible de someterse a una cirugía. Malformaciones de diferentes partes del cuerpo, problemas esqueléticos o funcionales, trastornos digestivos o pulmonares… cada vez son más los problemas que detectados durante el embarazo o que se producen en los primeros meses de vida de los pacientes son intervenidos. Unos hitos en cirugía neonatal y pediátrica que se han alcanzado en las últimas décadas gracias a importantes avances en el diagnóstico, los cuidados intensivos y las técnicas y los materiales quirúrgicos.
Gracias a estas mejoras en técnicas mínimamente invasivas y en cuidados, actualmente se realizan intervenciones de alta complejidad de unas patologías con muy baja incidencia. Como consecuencia, el pronóstico de pacientes con malformaciones congénitas ha cambiado radicalmente. Una realidad por la que solo en menos de una década se ha permitido que los pacientes que nacen con problemas de corazón sobrevivan con mejores condiciones a una cirugía en el momento más temprano de su vida.
En España se estima que ocho de cada mil nacidos vivos sufren una cardiopatía congénita, una patología de las cuales el 12-15% son de gran complejidad, según datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). En estos casos más graves, las intervenciones se realizan al poco tiempo de nacer, para evitar el fallecimiento de los niños, afrontando las dificultades que supone una malformación en un corazón que está formándose y cuya estructura es diferente al de otro corazón con otra cardiopatía congénita. Gracias a la consecución de estas cirugías actualmente la tasa de supervivencia es de un 80-90%, frente al 20% de la década de los años 80, apuntan los cardiólogos.
Gracias a los avances en cirugía cardiaca infantil actualmente la tasa de supervivencia es de un 80-90%, frente al 20% de la década de los años 80
“Gran parte de esta mejora se ha dado con la aparición de los centros de referencia, donde la acumulación de estos pocos casos han permitido mejorar su abordaje al alcanzar los equipos una mayor experiencia”, explica a ConSalud.es el Dr. Lorenzo Boni, jefe de sección de Cirugía Cardiaca Infantil del Hospital Universitario 12 de Octubre. La aparición de equipos multidisciplinares especializados en estas intervenciones con pacientes tan delicados ha supuesto este cambio de paradigma que, a su vez, se ha visto influido por mejoras en la técnica.
En los últimos años, las intervenciones “a corazón abierto”, que se realizaba a estos pequeños y que hacía muy compleja la recuperación post-quirúrgica, han progresado positivamente gracias a las técnicas de circulación extracorpórea, un sistema por el que una serie de cánulas y tubos hacen las funciones básicas del corazón y los pulmones durante la cirugía. De esta forma, los profesionales sanitarios pueden dedicar entre cuatro y cinco horas a la operación sin que los varios órganos sufran las consecuencias de una perfusión sub-optima. “Hace una década los niños salían de quirófano en condiciones peores tras una cirugía tan larga”, recuerda el Dr. Boni.
Además de avances durante las operaciones, los últimos años también han traído mejoras en los post-operatorios y las técnicas de reanimación. La existencia de los sistemas portátiles ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea) facilita la recuperación de estos pacientes que en un primer momento no consiguen recuperar por completo la función cardiaca. “Si no tuviéramos este tipo de máquinas que suplen durante varios días la función del corazón y los pulmones muchos menos niños saldrían adelante”, incide el experto.
PASOS PARA MEJORAR EL ABORDAJE
Las mejoras en los últimos años han sido importantes. Con todo, todavía queda un importante camino para abordar de mejor forma a estos pacientes poco frecuentes y para los que no siempre se cuenta con todo el conocimiento necesario. En este sentido, el Dr. Boni señala la importancia de contar con un registro de pacientes comunes en el que poder consultar los datos que puedan ayudarles en su trabajo y en la investigación.
Dr. Boni: “Es primordial que se adquiera y trasmita la experiencia en los equipos multidisciplinares y que se comparta entre los diferentes grupos internacionales que abordan a los mismos pacientes”
También destaca la importancia de mantener el contacto con otros expertos en la materia para compartir desafíos y conocimientos. Y apuesta por preservar los centros de referencia y que estos sean cada vez más grandes, pero menos numéricos. Es decir, que por ejemplo Madrid contara con un único CSUR sobre intervenciones en cardiopatías congénitas de alta complejidad que agrupara los tres existentes, en vez de los tres centros separados de la actualidad, “para que los equipos trabajaran con más pacientes y pudieran conseguir una mayor pericia”, indica el experto.
Las cirugías son muy complejas, pero es que, además, en muchos casos no son curativas, y los pacientes precisarán de más cuidados, atenciones e incluso intervenciones quirúrgicas posteriores. “Son personas muy delicadas para los que son precisos equipos entrenados tanto en cirugía como en cuidados intensivos, en cardiología, en anestesia o en enfermería”, manifiesta el Dr. Boni. “Es primordial que se adquiera y trasmita la experiencia en los equipos multidisciplinares y que se comparta entre los diferentes grupos internacionales que abordan a los mismos pacientes”, concluye.