Asma infantil e inhaladores de rescate: “Fue una revolución, permitió reducir el uso de fármacos”

El abordaje del asma infantil, una patología con especial peso en la calidad de vida de los más pequeños, vivió un cambio con la aparición de inhaladores de rescate

Niño con inhalador de rescate (Foto. Freepik)
Niño con inhalador de rescate (Foto. Freepik)

Casi el 6 % de los menores de 14 años en España tiene asma. Un total de 397.000 niños que sufren una patología crónica con un gran impacto en su día a día. Según un estudio publicado en Archivos de Bronconeumología, la revista de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el 75% de los niños que tiene mala calidad de vida se debe al asma, que a la mitad de los más pequeños les limitan su actividad diaria.

La alta frecuencia de consultas en Pediatría por asma infantil evidencia el calado de esta patología. “Su complejidad y consecuencias ponen de manifiesto que hace falta un enfoque asistencial integrado, con una continuidad de la atención sanitaria entre el ámbito educativo y los dispositivos asistenciales”, indica Antoni Sisó-Almirall, director de Investigación del CAPSBE, jefe del Grupo de Investigación Transversal en Atención Primaria del IDIBAPS, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria y participante en el estudio publicado en la revista de SEPAR. Una atención que vivió un vuelco con la aparición de los inhaladores de rescate presurizados, que supusieron un cambio en el tratamiento de estos pacientes.

“Estos inhaladores nos han permitido utilizar menos medicación y menores dosis"

El asma es una patología respiratoria sin cura, cuyo abordaje tiene como meta el control de la enfermedad. Actualmente, existe un importante arsenal terapéutico entre los que se encuentran los broncodilatadores de corta acción, los conocidos como inhaladores de rescate. Aquellos que alivian las exacerbaciones en asma y EPOC, y previene el deterioro, la hospitalización y la mortalidad, y que supusieron “un hito increíble”, explica a ConSalud.es la Dra. Ana Martínez-Cañavate Burgos, de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

“Estos inhaladores nos han permitido utilizar menos medicación y menores dosis, al ir directamente al órgano diana, en este caso a los pulmones”, ahonda la experta. “Fue un antes y después en el tratamiento del cuadro del paciente asmático”.

EN BUSCA DE FÁRMACOS MÁS SOSTENIBLES

Los inhaladores presurizados de rescate tienen un principal beneficio que les hace únicos frente al asma infantil, “cuentan con una cámara de inhalación o con mascarillas que facilita la toma a diferencia de otros fármacos de rescate como los inhaladores de polvo seco”, explica la Dra. Martínez-Cañavate Burgos.

El problema reside en que por esa cámara de inhalación se emite una importante huella de carbono que promueve la contaminación, factor de riesgo de aparición del asma y empeoramiento del mismo. Un problema “al que hay que dar respuesta”, explica la experta.

Aunque los inhaladores como los de polvo seco reducen hasta un 90% la huella de carbono de los presurizados, para los más pequeños estos dispositivos son indispensables por esa cámara que les facilita la toma. “El cambio se deberá hacer en base a la clínica del paciente y lo que sea mejor para él”, recuerda la presidenta de SEICAP. Con todo, se muestra esperanzadora con los esfuerzos de la industria de conseguir sistemas que no precisen de la colaboración del paciente y contaminen menos, y que se están acercando.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído