El suicidio se ha convertido con el paso del tiempo en un grave problema global de salud pública llegando a afectar a todo tipo de personas. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que más de 800.000 personas mueren por suicidio cada año, sin llegar a contar los intentos de suicidio. Esta cifra en España es de alrededor de 4.000 personas al año.
Ante esta situación el 10 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, y para crear conciencia sobre este problema de salud pública que llega a afectar a millones de personas en todo el mundo, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) busca enfatizar la importancia de este día y su relevancia en el cuidado de la salud mental y la prevención del suicidio.
Uno de los aspectos más importantes es promover la conciencia sobre los factores de riesgo y las señales de advertencia del suicidio. La detección temprana y la intervención adecuada pueden salvar vidas. En muchos casos, las personas que consideran el suicidio envían señales o indicios que podrían ser detectados por amigos, familiares o profesionales de la salud, por ello es esencial educarse sobre estas señales y tomarlas en serio.
"Tenemos que trabajar es la estigmatización que, pese a los esfuerzos de los profesionales, rodea a la salud mental y al suicidio convirtiéndose en un obstáculo significativo para la prevención"
Un grave problema en el que es necesario trabajar, según indica la sociedad científica, es la estigmatización que, pese a los esfuerzos de los profesionales, rodea a la salud mental y al suicidio convirtiéndose en un obstáculo significativo para la prevención provocando que decenas de miles de personas que luchan con problemas de salud mental no busquen ayuda debido al estigma social y la falta de comprensión. El Día Mundial de la Prevención del Suicidio busca romper este estigma y fomentar un ambiente en el que las personas se sientan cómodas al hablar sobre sus problemas de salud mental y buscar apoyo.
Por otra parte, los profesionales de la salud, incluidos los médicos de atención primaria, desempeñan un papel crucial en la prevención del suicidio. En este sentido, Semergen recuerda que la detección temprana y el tratamiento adecuado de las condiciones de salud mental son esenciales. "Los médicos de atención primaria son a menudo la primera línea de defensa para las personas que buscan ayuda, y deben estar capacitados para reconocer las señales de advertencia y proporcionar el apoyo necesario".
Además de la detección y el tratamiento, la prevención del suicidio también implica la promoción de la resiliencia y el bienestar mental en la comunidad en general. Esto incluye, en palabras de la sociedad científica, la promoción de entornos seguros y de apoyo, la reducción del acceso a medios letales y la educación sobre la salud mental.
Por último, desde Sermegen subrayan que en el ámbito de la atención primaria es importante que los médicos y profesionales de la salud se enfoquen en identificar a las personas que pueden estar en riesgo de suicidio y proporcionarles las opciones de tratamiento adecuadas. Esto puede incluir la derivación a especialistas en salud mental, la terapia y el seguimiento constante para garantizar la seguridad de los pacientes.