El herpes zóster es una enfermedad con una baja tasa de mortalidad, pero que supone una importante carga en términos sociales y sanitarios. El herpes zóster se produce como resultado del virus varicela-zóster (VVZ), sobre el que se estima que más del 90% de la población adulta se ha infectado por lo que se encuentran en riesgo de desarrollar herpes zóster a lo largo de la vida (alrededor del 30% y hasta un 50% en las personas mayores de 85 años). Razón por la que la vacunación se erige como fundamental en términos de prevención.
La demanda de antivirales dispensados en farmacia para tratar el herpes zóster ha crecido entre enero y mayo un 15 por ciento en tasa anual, según el Observatorio de Tendencias elaborado por Cofares.
La mayor demanda de antivirales con está encabezada por Aragón (26%), Cataluña (24%) y Asturias (22%). Se trata de una progresión claramente al alza y que los expertos siguen de cerca, ya que podría aparecer en 1 de cada 3 adultos a partir de los 50 años.
Esta primavera se observó un crecimiento en la demanda de tratamientos antizóster del 22% en marzo
Precisamente, esta primavera se observó un crecimiento en la demanda de tratamientos antizóster del 22% en marzo, el repunte más elevado, registrado en paralelo al crecimiento de ingresos hospitalarios por complicaciones respiratorias en la antesala de la primavera.
Esta afección puede provocar quemazón, dolor y en el peor de los casos podría desembocar en una dolencia crónica. Se trata del virus que causa la varicela, asociada a población infantil, y que en adultos puede volver a manifestarse. El aumento del estrés y otros factores desencadenantes como la baja inmunidad pueden motivar su reactivación.
VARICELA EN LA INFANCIA Y HERPES ZÓSTER EN LA EDAD ADULTA
Más del 90 por ciento de las personas adultas se han infectado con varicela y, por lo tanto, son susceptibles de desarrollar zóster. Se estima que el riesgo de esta infección es de alrededor del 30 por ciento a lo largo de la vida, pudiendo llegar al 50 por ciento en las personas de 85 años o más.
Las características epidemiológicas de esta enfermedad varían poco en el mundo occidental, ya que la incidencia es bastante similar entre países y siempre aumenta con la edad. Su aparición es más frecuente en mujeres, en personas con enfermedades crónicas y con una inmunidad reducida. El zóster se considera una causa importante de morbilidad, especialmente entre la población adulta mayor de 50 años.
En España se ha descrito una incidencia media anual de zóster de aproximadamente 4,6/1.000 personas al año en la población general, una cifra que aumenta en el caso de las personas mayores de 65 años.